Además, están flipados delante de un cadáver que no semeja, para nada, un cadáver. La Anna Fritz del título es una muchacha actriz de cine (bella y conocida, una genuina estrella de la alfombra roja) que termina de morir en una fiesta. De gente corriente que se convierte en un monstruo e procura subsistir al precio que sea por el momento no física sino socialmente.
Se trata de una película inspirada en un hecho real, que el director leyó en este periódico hace 15 años. El cine europeo y en un caso así español, tiende a ser, si bien creo que más el español que cualquier otro, las actuaciones suelen ser mucho más creíbles, la forma de expresarse. Skalope, deadgirl era muy turbadora; los sucesos se contemplaban sin demasiadas explicaciones y paradojicamente se asimilaban por el espectador con sencillez.
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Decisiones como que el único que no se mueva furtivamente por el hospital sea el que va vestido de celador o la falta de capacidad de reacción de nuestra heroína son sólo dos ejemplos de las aristas poco limadas que nos ofrece El cadáver de Anna Fritz. Nuestra mega estrella patria Anna Fritz termina de fallecer y su cuerpo se encuentra pendiente de autopsia en los sótanos de la Morgue del hospital en el que trabaja Pau. Inútiles de soportar la tentación de ver su cuerpo desnudo, Pau y dos de sus colegas se colarán en el depósito y entre gracietas y cocaína terminarán por atravesar la raya que separa la gamberrada de la violación. Desgraciadamente Anna no está tan fallecida como semeja y su despertar creará problemas morales y enfrentamientos entre los amigos. Amoral para bastantes, pero muy atractiva para el aficionado al gore y el terror.
“Preguntamos al distribuidor en todo el mundo de la película si la habían puesto en Filipinas, y nos dijeron que no. Investigué a través de la multitud que me añadía, y me contaron que ahí éramos súper conocidos y que el largometraje se había hecho viral. Me dijeron que la habían visto a través de un perfil de Fb”, cuenta. Y semeja que esta ópera prima de Héctor Hernández Vicens, unthriller que trata el tabú de la necrofilia, gustó por esos lares. Según comunica Fotogramas, se estima que hoy día la vieron en aquel país entre 5 y 7 millones de personas. El cadáver de Anna Fritz, según contaba su director en una entrevistacon fundamento del estreno en Sitges, está basada en un caso real que leyó hace años en el diario.
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En su defensa diré que, aunque para mí es una iniciativa suspensa, mucha gente gozó de lo hermoso con El cadáver de Anna Fritz, cinta que prometía altas dosis de incomodidad y transgresión. Al final la cosa no fue para tanto y más allá de un punto de inicio realmente interesante y arriesgado, la película termina por ser un ramillete de ideas desaprovechadas y ejecutadas de manera simplista. Sin embargo, la película únicamente hace referencia a dichas menciones únicamente como punto de inicio. Aftermath queda como una vaga referencia dentro de su propuesta, que es la necrofilia. El joven Paul trabaja como celador en el hospital donde han llevado el cuerpo.
No es la intención del aparato, ni de su director, pero posiblemente, concluya levantando alguna ampolla con apariencia de polémica entre el público más usual y menos informado sobre la auténtica intención de la iniciativa. Aunque, de ser de esta forma, espero que no llegue a la tontuna de colectivos pro-defensa moral y también hipócritas carentes de información -que empieza por ver la película- como en el caso de A Serbian Largometraje. Hay datos curiosos cerca del triunfo supuestamente aleatorio de este truculento guion en Filipinas. Según indica Google plus Trends, Filipinas es el país líder mundial en lo que se refiere a buscas de la palabra \’necrophilia\’. Además, esas estadísticas informan de que en febrero de 2016 se ha producido el techo de esa solicitud, muy superior con en comparación con mes de enero.
El directivo Hèctor Hernández Vicens, con los actores Alba Ribas y Albert Carbó, y Cristina Pellisé, del departamento de maquillaje. 7 de 12 integrantes 8 Buena historia, qué pena que los actores no lo sean tanto. La película no es para reirse pero la he visto con mi pareja y estuvo toda la película, DIOS ME ESTOY PONIENDO MALA, DIOS ME ESTOY PONIENDO MALA! Esa faceta le corresponde a Cristian Valencia en el papel de Ivan, que pese a sobreactuar algún instante del largo, el personaje le va como anillo al dedo, manipulador y tan macarra que se queda solo. Pero si el largo consigue levantarse vencedor, es gracias a la intensidad con la que va creciendo en un espacio tan fácil y poco amplio como resulta la fría y también inhóspita salón donde se lleva a cabo la mayoría de la película.
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Detrás de \’El cadáver de Anna Fritz\’ hay ni más ni menos que cinco productoras. Se fueron sumando en diferentes fases, pero, antes de ingresar en preproducción, ya estaban todos ahí metidos. Una de las fórmulas de llevar a cabo una película con poco dinero, en un momento en el que los productores tampoco están por invertir, es ir a tocar a cinco puertas en vez de solo a una. No hablo solo de dinero, naturalmente, sino todo el trabajo de producción ejecutiva, oficina, salas de montaje, etcétera.
Un guion que sin ser extensamente reciente para cualquier aficionado al género, aborda entre los razonamientos mucho más escabrosos de la sociedad de la cual formamos parte, la necrofilia, pero con un enfoque distinto al frecuente. Este contenido está efectuado por un anunciante y no interfiere en la información de eldiario.es. Verás las novedades de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es. A lo largo del relato se cuestiona la moralidad de los personajes convertidos en necrófilos que se ven atrapados en una callejón sin salida, analiza la forma de reaccionar de cada uno y el accionar que deciden tomar por último. Lo que no tienen idea es que van a bajar a un infierno del que les va a ser realmente difícil salir, lo que provoca el desasosiego en el espectador con la tensión que se crea.
Es imposible entender con seguridad, pero seguramente ese incremento está relacionado a este éxito. Habrá que ver de qué manera evoluciona el fenómeno \’Anna Fritz\’ en ese país. O incluso si vive una segunda vida en España merced a este empujón mediático.
Es un chaval tímido e introvertido que toda vez que entra en el depósito el cadáver de una chica interesante, no puede eludir mirarla. Cuando éstos llegan a la morgue, se quedan fascinados por su enorme hermosura. Anna Fritz es una muchacha, conocida y interesante actriz que hace aparición fallecida en un hotel.