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Biografia De Alfonso X El Sabio Resumen

El rey se inclinó en un inicio por Sancho, pero presionado por ciertos familiares, procuró compensar a sus nietos, provocando un enfrentamiento con Sancho, que procuró eludir la creación de un reino en Jaén para el mayor de los hijos de Fernando, llamado Alfonso de la Cerda. Alfonso X \’El Sabio\’ fue entre los monarcas más esenciales de la España medieval cristiana. Hijo de Fernando III \’El Beato\’ (unificador de los reinos de Castilla y León), su reinado se desarrolló desde el año 1252 hasta el momento de su muerte, en 1284. El monarca castellano-leonés potenció claramente los estudios musicales y en el lote propiamente recreativo destaca la obra que salió de los talleres alfonsinos llamadas Libros de axedrez, dados e tablas.

Nuestro Juan Gil es creador de una amplia y extensa producción, aún por concretar, modificar y estudiar en su mayoría, que muestra otras conexiones con las proyectos alfonsíes, como pasa con su Liber Marie, en la misma tradición de las Cantigas de Santa Maria. Finalmente, en relación con las propias Cantigas, se han rescatado los nombres de Arias Núñez y de un tal Bonamí, aunque nuevamente desconocemos el papel exacto de estos colaboradores. Entendemos que algunos intelectuales estuvieron unidos a la cancillería, como por poner un ejemplo el italiano Egidio de Tebaldis, con lo que resulta muy posible que quienes trabajaran en la redacción de documentos tengan la posibilidad de haberlo hecho en ocasiones asimismo en la copia de contenidos escritos, o a la inversa.

Por lo que se refiere a la arquitectura, la obra más importante llevada a cabo durante su reinado fue la catedral de León. En todo caso es indispensable destacar el carácter internacional que tuvo en todo momento la Corte del rey castellano-leonés Alfonso X. ¿Cómo olvidar, por poner un ejemplo, a los varios vasallos de países extranjeros que asistieron a esa Corte, entre ellos Gastón de Bearne, Gui de Limoges, Hugo de Borgoña o Guido de Flandes? ¿No fue asimismo a dicha Corte, para que el rey de Castilla y León le armara caballero, el príncipe Eduardo de Inglaterra?

Como he señalado antes, Alfonso X ordenó de forma temprana la traducción de un Lapidario cuyas fuentes aún no han sido aclaradas. Hablamos de un lapidario astrológico, que muestra la relación de las piedras con cada nivel de los signos zodiacales, lo que habría de beneficiar el aprovechamiento de sus virtudes y propiedades. Al lado de este lapidario se conservan otros tres, más breves, pero el Libro de las formas e imágenes, que vendría a ser una summa de esta literatura, se ha perdido, y apenas puede reconstruirse merced al índice de la obra, lo único que se guarda. Una suerte parecida le cupo al Libro de astromagia, en el que se recogen partes del Picatrix, del Liber Razielis y de otros textos mágicos, y que se ha preservado muy fragmentariamente, ya que han llegado hasta nosotros solo 36 folios. Con lo que se refiere a las tierras murcianas el rey de Aragón, Jaime I, en el momento en que intervino en aquel lugar para aplastar la revuelta mudéjar, realizó ciertas esenciales concesiones a esenciales caballeros de sus reinos. No obstante, el repartimiento más notable de aquel territorio, que ofrece muchas semejanzas con el de Sevilla, fue el realizado por Alfonso X, entre los años 1266 y 1267, en la ciudad de Murcia.

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Asimismo conviene señalar que durante el reinado de Alfonso X se fortaleció la institución de las Cortes, generalizada para los reinos de Castilla y de León. Sin ningún género de dudas Alfonso X procedió a convocar Cortes con enorme continuidad, en la mayoría de los casos frente a la necesidad de solicitar relevantes recursos económicos, de todo punto imprescindibles para mantener su aspiración al imperio germánico. En lo político, el optimismo con el que Alfonso X accedió al trono de León y Castilla no se vio refrendado por el curso de los hechos.

Al fallecer Alfonso X, según la Crónica del rey Alfonso X, “el infante don Juan, é todos y cada uno de los ricos omes, é la reina de Portugal, su fija, é los otros infantes sus fijos ficieron muy grand llanto por él”. Los restos mortales de Alfonso X fueron depositados en Santa María de Sevilla, cerca de los de su padre, Fernando III, y de los de su madre, Beatriz de Suabia. Una faceta sumamente interesante del reinado de Alfonso X fue la relativa a las relaciones que mantuvo con las minorías musulmana y judía.

Literatura

En un comienzo Alfonso X llevó a cabo una fuerte pelea contra los musulmanes de al-Andalus e incluso contra los islamitas que estaban establecidos en el norte del continente africano. Es más, si se asiste a los contenidos escritos legales de la Corte alfonsina, y específicamente a Las Partidas, están críticas negativas tanto hacia los musulmanes como hacia los judíos. Respecto a estos últimos se puede leer en Las Partidas que los hebreos vivían en tierras de cristianos “como en cativerio para toda la vida e fuese remembranza á los homes que ellos vienen del linage de aquellos que crucificaron a nuestro señor Jesucristo”.

Por su lado, el infante lusitano don Dionís ha dicho al monarca Alfonso X que “sodes el mucho más noble rey que ha en el planeta”. Las considerables realizaciones del monarca en el campo de la civilización le merecieron con justicia el apelativo de \’Sabio\’. La nota más singular de su empresa cultural fue su vinculación simultánea a Oriente y Occidente. Con él se desarrolló en la Corona de Castilla una cultura de síntesis, donde ingresaban ingredientes tanto cristianos como musulmanes y judíos. La fecundidad de la colaboración entre intelectuales de las tres etnias tiene su expresión máxima en la Escuela de Traductores de Toledo. Alfonso X el Sabio fue rey de Castilla y León, su vida coincidió con el fortalecimiento del poder monárquico registrado durante el siglo XIII en toda la península Ibérica, que vivía un instante crítico de su extendida pelea contra el islam.

Nació en Toledo en el 23 de noviembre de 1221, festividad de San Clemente, en los viejos palacios del Alficén, donde también fue bautizado. Triste y avejentado, el 4 de abril de 1284 moría el rey en Sevilla a los sesenta y un par de años de edad. Primogénito de Fernando III y Beatriz de Suabia, Alfonso X nació el 23 de noviembre de 1221 en Toledo, aunque sus primeros años los vivió alternando esta localidad con Burgos. Su amor por los versos, la música, los números y las estrellas lo distinguía del resto, aun de los mayores, y, más allá de su afabilidad, fue por fuerza un solitario. Contaba nueve años cuando la muerte de su abuelo Alfonso IX en Villanueva llevó a la abuela Berenguela a viajar a toda prisa al acercamiento del hijo de los dos, Fernando, quien se encontraba proyectando el cerco de Córdoba. Sabía que, por rencor hacia ella, Alfonso dejaría por herederas a sus 2 hijas del primer matrimonio con Teresa de Portugal, y trataba de conseguir el trono de León para Fernando.

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Generalmente, se afirmaría que los traductores actuaron con determinada libertad, en resumen cuando lo creían oportuno y también incorporando distintos materiales nuevos, aunque el mucho más singular de estos textos semeja ser el Liber Razielis, un artículo de magia cabalística cuya forma se debería a los colaboradores alfonsíes. Por de pronto el monarca castellano-leonés tuvo graves problemas con ciertos ámbitos de la alta nobleza de sus reinos, la que, a causa de una asamblea conmemorada en la villa de Lerma, en el año 1271, se sublevó contra su monarca en el año siguiente, esto es en 1272. Al tiempo los magnates nobiliarios pedían que a ellos no se les cobrase la alcabala, impuesto que gravaba el tráfico mercantil. De todos modos Alfonso X intentó pactar con los nobles rebeldes, pero fue la intervención de su mujer, la reina Violante, en el año 1274, la que logró silenciar aquella dañina revuelta.

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Que ciertos ayudantes se desplazaran en algún instante con el rey y trataran de algún artículo en particular es algo que coincide con el testimonio de don Juan Manuel, pero sólo debió de generarse en casos puntuales o en las fases de concepción o de revisión de los textos. El hecho de que Alfonso X, al reemprender en Sevilla la Estoria de España hacia 1282, lo hiciera a partir de un borrador bastante primitivo y con un ingreso muy parcial a las fuentes, apunta a que el escritorio que había producido esta obra años atrás no se encontraba de hecho en Sevilla. El de Bernardo de Brihuega, a quien el rey encargó una compilación sobre las vidas de los apóstoles, los mártires y los santurrones, colección que está íntimamente conectada con la General estoria. Es probable que el propio Bernardo haya participado en otras fases de esta obra, quizá desde un instante muy temprano, o en otros contenidos escritos, pues el rey le logró una donación en Sevilla en 1256. Por otra parte, Juan Gil de Zamora compuso en 1278 una obra histórica en latín para la capacitación del infante Sancho, llamada De preconiis Hispanie, que exhibe en ocasiones una estrecha relación con los trabajos del taller historiográfico alfonsí.

También fue de un gran relieve la obra poética de Alfonso X, cuyo testimonio más importante fue las Cantigas, escritas en lengua gallega, que el Monarca castellanoleonés consideraba un idioma considerablemente más correspondiente para la lírica. También hay que resaltar el definitivo papel que el Rey Sabio dio a la lengua castellana, en la que se efectuaban las traducciones que se efectuaban en la escuela de Toledo. En las Partidas se afirma que “Vicarios de Dios son los Reyes cada uno de ellos en su reyno, puestos sobre las gentes para sostenerlas en justicia y también de verdad quanto en lo temporal, bien assí como el Emperador en su Imperio”. Asimismo se identificaba en aquel tiempo a los reyes y a los emperadores al asegurar que rex est imperator in regno suo. Precisamente sus antecesores habían ostentado grandes poderes, pero Alfonso X, como ha señalado el historiador Manuel González, quería “innovar, crear Derecho y facer leyes”. Por lo demás Alfonso X instauró cargos nuevos, como el de almirante, persona a la que se le encomendaba el gobierno de la actividad marinera, y los de los adelantados, los cuales tenían básicamente atribuciones judiciales aunque también podían desempeñar funciones de carácter militar.