Cuando el torero que la quiere, al tanto de su desdicha conyugal, le pregunta si puede acompañarla a casa, ella, muy digna, responde que no puede ir por la calle con otra compañía que no sea la de su marido. La buena esposa, por definición, está dispuesta a no olvidar los votos maritales si bien no reciba la misma lealtad a cambio. El andalucismo es uno de los pilares de Esa voz es una mina , indudablemente la película mucho más célebre de Antonio Molina, en la que este interpreta algunos de sus temas mucho más inconfundibles, como Soy minero o La paloma blanca.
Entonces vendrían El cristo de los faroles , Café de chinitas –ambas dirigidas por Delgrás— y Puente de coplas ,apuntada por Santos Alcocer, en estas dos últimas formó pareja con el otro enorme cancionero del momento, Rafael Farina. Fue desde 1952 cuando sus canciones sonaban a diario en la radio y sus espectáculos le depararon las primeras ganancias hasta transformarlo en millonario al final de esa década. Su canción mucho más recordada es \’Soy minero\’, pero su amplísimo repertorio se constituye de otros éxitos como \’Adiós a España\’, \’Soy un pobre presidiario\’, \’¡Ay mi Málaga! \’, \’Cocinero, cocinero\’, \’María de los Antídotos\’, \’Ángela del alma mía\’ o \’Yo quiero ser mataor\’. Molina estrenó una media de prácticamente un espectáculo al año hasta 1986.
La trama, que gira en torno a una explotación minera donde semeja que se canta más que se trabaja, se utiliza para mostrar las ideas sociales propias del franquismo. Solamente iniciar, una voz en off nos advierte que los mineros andaluces no son como los de Liverpool, que solo abren la boca para soliciar la nacionalización de la industria pesada. «Generalmente todo el operativo de rescate fue algo impresionante, sin precedentes, se ha creado un espíritu de solidaridad y cooperación, de asistencia recíproca, que ojalá no se pierda nunca», mantiene Escaño.
Estilos
Allí interpretaba “Soy minero”, copla de éxito, que nunca dejaría de cantar. Era un número uno en su género, simpático y muy habitual en toda España. En escaso tiempo se hicieron muy populares por medio de la radio. Resaltaba ahora por su voz aguda, sus alardes, extendiendo las oraciones hasta un interminable falsete. La madre de Antonio, bailaba los verdiales en Totalán y según confirmaba a su familia, manifestaba que su hijo heredó el talento en el cante por su famiia, ya que un hermano suyo cantaba muy bien flamenco y verdiales.
«Mi padre cuenta que iba a las bodas invitado y cantaba gratis junto a otro primo que también tenía dotes para el cante», detalla De Oses, quien confiesa que en ámbas familias, tanto en los Molina como en los De Oses, existen varios integrantes «con características» para la música. «Para los vecinos es un orgullo tener como paisano a Antonio Molina, si bien debemos dejar claro que él no nació aquí, sino en la ciudad más importante», añade. Los más destacados momentos de su carrera se sitúan en los años cincuenta. En las décadas siguientes siguió actuando de forma asidua pero, si bien proseguía cantando con gusto, el esfuerzo había hecho mella en sus cuerdas vocales que progresivamente fueron perdiendo facultades. La irrupción de los recientes ritmos anglosajones menguaron algo su popularidad.
Son personajes que encarnan una determinada iniciativa de la virilidad, basada en el coraje y el sentido del honor. El pueblo lo tuvo siempre muy presente, según explica el alcalde de Totalán, Miguel Ángel Escaño .El último homenaje que le rindió fue en julio de 2017, en el momento en que se inauguró una estatua y una plaza con su nombre, justo a la entrada del casco urbano. De antemano, a mediados de los años noventa, se había instalado ahora un pecho del artista, una obra de Antonio Gallero, en este mismo entorno, una pieza que se encuentra ahora en la oficina de turismo.
A pesar del éxito de su primer disco, a Antonio no le fueron bien las cosas en sus primeras actuaciones en Barcelona. De esta forma al año siguiente rodó su primer largometraje, El pescador de coplas,de Antonio del Amo, al lado de Marujita Díaz y Tony Leblanc en la que interpretaba dos pasodobles archipopulares Adiós a España y Yo quiero ser mataor. A este debut cinematográfico sucedieron Esa voz es una mina, apuntada en 1955 por Luis Lucía, donde interpretaba Soy minero, y Malagueña, junto a Lolita Sevilla. Por año siguiente rodó La hija de Juan Simón,de Gonzalo Delgrás, donde cantaba Soy un pobre presidiario –con ese aire de optimismo convincente pero poco verosímil que ya imprimiera en la comentada Soy minero—.
Antonio Molina, El Vecino Más Ilustre De Totalán
La madre del artista bailaba los verdiales en Totalán y según afirmaba, su hijo «heredó el talento en el cante, ya que un hermano suyo cantaba muy bien flamenco y verdiales». Su repertorio, en cuando a canciones, es muy extenso, siendo algunas de las más populares “Soy un pobre presidiario”, “Cocinero, cocinero”, “Ángela del alma mía”, “Adiós a España”, “¡Ay mi Málaga! No obstante, cabe señalar que a Antonio Molina se le suele recordar por la canción “Soy minero”, probablemente la mucho más popular de su extenso repertorio.
En Totalán viven hoy en día diez familiares directos de Molina, entre primos y sobrinos.José de Oses, de 91 años, y su hijo Jesús, de 58, son dos de ellos. «Tanto Micky como Ángela acostumbran a subir al pueblo toda vez que vienen a Málaga y cuando voy a Madrid siempre y en todo momento quedamos», cuenta Jesús, que regenta unos apartamentos rurales en la localidad. «Antonio era muy reservado, no solía charlar bastante de su infancia ni adolescencia, toda su vida adulta la logró en Madrid, si bien es verdad que a Málaga siempre y en todo momento la llevó en el corazón», considera. Elrescate del pequeño Julen Roselló ha puesto a Totalán en el mapa.
Biografía De Antonio Molina
Intervino en múltiples espectáculos al lado de Juanito Valderrama, Rafael Farina, Pepe Blanco, Porrinas de Badajoz y otros muchos artistas de primera fila. Hizo el servicio militar en Madrid tiempo que aprovechó para formarse con el profesor Legaza. Se presentó a un certamen organizado por Radio La capital de españa quedando primeramente. Desde ese momento empezó a grabar discos y a hacer giras por España.
Hace 20 Años Murió Antonio Molina
Fue en el verano de 1988, en Barcelona, en el Parque de Atracciones de Montjuïc, donde yo asistía frecuentemente a conocer conciertos de cantantes populares que por entonces no se prodigaban en otros escenarios catalanes. En el final, si conocía al artista, pasaba a saludarle al camerino. Para esto había que franquear la señora de los lavabos, una mujer de bata azul muy arreglada, cuya misión era la de no dejar pasar a absolutamente nadie hasta el momento en que Santi Castellanos, el presentador y el alma de aquellos conciertos, diera su permiso. El bueno de Santy, que había sido artista en su juventud, se habituó a verme por ahí de forma asidua y jamás me puso problemas. Sin embargo a Antonio Molina no le conocí entre bambalinas sino a la vera de un trenecito que recorría el parque. No era él el artista que actuaba aquella tarde, en este momento no recuerdo quién era, debía manifestarse al término de la actuación del artista de turno y recibir una sonora ovación del público asistente que haría gustoso de plus.
La mujer se hunde víctima de las circunstancias, de un hombre que se explota de ella y de otro que es demasiado orgulloso para olvidar su mentira. Ha querido ser libre, dejar atrás un ambiente en el que otros se creen con derecho a meterse en sus asuntos. La castidad femenina resultaba siempre y en todo momento en especial frágil. Cualquier transgresión en este sentido suponía una afrenta a la dignidad de la familia.