Actualmente prosiguen la Regla de San Benito cerca de 700 monasterios masculinos y unos 900 monasterios y viviendas religiosas femeninas, ubicados en los cinco continentes. Para sus frailes, famosa luego como la Santa Regla, que fue inspiración para muchas de otras comunidades religiosas. Al comprobar la vida de su fundador, el prior de Leyre protege que san Benito «no huyó del mundo para esconderse o eludir dificultades. Él se refugió en Subiaco para huir del pecado y hallar a Dios, y eso es algo que se puede realizar en Subiaco y asimismo en el metro de Madrid.
La marcha del Santo fue lo mucho más reservada posible, pero cuando solamente se había distanciado ocurrió una exhibe de justicia divina. Dios Todopoderoso castigó a Florencio y cuando este estaba en la azotea de su casa, festejando la marcha de San Benito, la terraza de repente se desmoronó con gran estrépito, quedando éste enterrado y fallecido bajo los escombros. Era tanto el renombre que alcanzaba ahora San Benito, que la envidia empezó a hacer mella en ciertos. Incitado por el “antiguo enemigo” (Satanás) y lleno de celos, Florencio intentó separar de él a cuantos podía.
Era práctica del monasterio que, cuando se encontraban a la hora de la parva comida sentados a la mesa, en espera de recibir la bendición abacial sobre la bebida de todos, cada uno de ellos con su copa de vino enfrente, se le presentase al Abad la suya. En tal copa habían echado el veneno, aguardando que tras la bendición, este hiciera su mortal efecto, al ser ingerido por su superior. Él, que proseguía en Subiaco, tras oírles, rehusó la propuesta, a pesar de las reiteradas súplicas de la embajada de la comunidad.
Obra De San Benito
Los padres asisten a la ermita de San Benito para rogarle que proteja a su hijo. No posiblemente un niño de tan corta edad pueda subsistir a tan bajas temperaturas, con apetito y sed. En medio de sus juegos vieron acercarse a un hombre que les ocasionó temor por su apariencia desaliñado, y salieron corriendo apartándose del hogar.
En el año 529, san Benito dejó Subiaco para asentarse en Montecassino. Ciertos han explicado que este cambio fue una manera de escapar de las intrigas de un eclesiástico local envidioso. Pero esta explicación resulta poco convincente, pues su muerte inmediata no impulsó a san Benito a regresar (Dial.II, 8). De todos modos, tomó esta resolución pues había entrado en una nueva fase de su maduración interior y de su experiencia monástica. Esta medalla se acuñó por vez primera en 1880 para conmemorar el decimocuarto centenario del nacimiento de Benedicto y también lleva por nombre la Medalla del Jubileo; no obstante, se desconoce su origen exacto. En 1647, en el transcurso de un juicio por brujería en Natternberg cerca de la abadía de Metten en Baviera, las mujeres acusadas declararon que no tenían poder sobre Metten, que se encontraba bajo la protección de la cruz.
San Benito De Nursia
Llevar a Dios en el corazón lo puede realizar alguno, con independencia del lugar en el que esté. La madre, frente a lo que le afirma su hijo, se dirige hacia la iglesia de Castilblanco para ofrecerle las gracias a la Virgen de los Dolores, pensando que era ella quien había precaución de su hijo. Pero cuando llegan ante la Virgen le preguntan a Ángel si esa era la señora que le había cuidado, pero el niño tras mirarla mencionó que no. San Benito sigue con sus milagros también tras su muerte, realizando el bien a quienes, merecedores de su fe, lo piden o aun a los que no. Son innumerables desde la fecha de su muerte a la actualidad, de los cuales se tiene noticias desde distintas partes del planeta.
Un día vertieron veneno en una copa de vino destinada a su abad, pero en el momento en que Benito la bendijo con la señal de la cruz, la copa reventó en mil pedazos. Mauro marchó a toda prisa para socorrer a Plácido, en tal forma que, creyendo que paseaba sobre la tierra firme, en el momento en que se encontraba a la orilla del lago anduvo sobre las aguas, hasta llegar donde estaba el niño. Y asiéndole de los pelos, en tanto que por su corta edad todavía no se encontraba tonsurado, regreso con él velozmente a la orilla. Apenas llegó a tierra firme, miró hacia atrás y tomó conciencia de que, impresionantemente todavía para él, había andado sobre las aguas.
Benito De Nursia
Empezó entonces a rezar, postrado en tierra y con lágrimas en los ojos. Al terminar su oración, corrió hacia la nodriza y, al unísono que la consolaba tiernamente, le devolvió la criba, que aparecía completamente entera y sin señal de rotura ni soldadura alguna. El hecho pronto fue popular por todos y cada uno de los del sitio y colgaron la criba a la entrada de la iglesia. 4.Biografía de San Benito San Benito (Nursia 480-Montecasino 547) nació en una familia noble italiana y medró junto a su hermana gemela, la asimismo santificada Escolástica. Gracias a la buena coyuntura económica de su familia, Benito fue enviado a estudiar en Roma, donde recibió una exquisita preparación.
También en este caso no quiere sencillamente contar algo extraño, sino probar cómo Dios, advirtiendo, prestando asistencia e incluso castigando, participa en las situaciones específicas de la vida del hombre. Quiere enseñar que Dios no es una hipótesis lejana, situada en el origen de todo el mundo, sino que está que se encuentra en la vida del hombre, de cada hombre. A poca distancia de Enfide está la entrada a un valle estrecho y sombrío, que penetra en las montañas y conduce de forma directa a Subiaco. La gruta tiene una gran abertura de manera triangular y tiene unos diez pies de profundidad. En su camino desde Enfide, Benedict se encontró con un monje, Romanus de Subiaco , cuyo monasterio estaba en la montaña sobre el barranco que dominaba la gruta.
Una tradición refiere que fundaría con su hermano Benito, sobre el 530 D.C., el primer monasterio muy próximo al de Monte Cassino, que viene dentro por mujeres religiosas que, después serían llamadas benedictinas. San Benito, al comprender esta novedad, rompió en gimoteos, y pese a que podía volver a Subiaco sin temor a las malévolas acciones del fallecido, prosiguió su marcha en pos de nuevos lugares donde ejercer su apostolado. A lo largo de su marcha, tres cuervos escoltaban al cortejo y en todos y cada cruce de caminos 2 ángeles, bajo la manera de jóvenes, le señalaban la dirección a proseguir. Florencio, abrasado por la llama de la envidia, decidió enviar a San Benito un pan, como si se tratara de un obsequio, llevando en su interior una pócima venenosa.
En una carta al obispo Maximiliano de Siracusa, Gregorio afirma su intención para sus Diálogos , diciendo que son una suerte de floretum (una antología , literalmente, \’flores\’) de los milagros mucho más espectaculares de los santurrones italianos. Al tiempo que muchos eremitas iban a Egipto y a Asia Menor a unirse a otros ermitaños y conformar comunidades en el desierto, Benito simplemente viajó varias jornadas caminando hasta que encontró una gruta en Subiaco, a 70 km al este de Roma, donde comenzó a llevar una vida de soledad y oración. Allí vivió durante tres años, asistido solo por un monje amigo que le llevaba comida de vez en cuando. Curiosamente, la Regla de San Benito tuvo un relativo éxito en los siguientes siglos a su creación, puesto que los distintos cenobios europeos se regían por diversas reglas.
Después de estudiar en Roma oratoria, filosofía y derecho, empezó a practicar la vida eremítica en Subiaco, donde reunió a algunos acólitos. En el periodo de tiempo de 20 años se formaron 12 grandes comunidades unidas a la de Benito. Tenía unos 49 años en el momento en que se trasladó a Casino y allí fundó el célebre monasterio de Montecassino.