Las pretensiones financieras le forzaron a acuñar moneda asimismo en este segundo reinado, si bien de menor valor y calidad que los dinares de oro de su primer emirato. Iniciaba así Muḥammad XI, Boabdil, su segundo y postrero emirato que sería, además, el último de los casi ocho siglos de historia de al-Andalus. Lo logró en compañía de los Banū l-Sarrāŷ y tras eliminar a sus 4 principales contrincantes, todo ello comunicado a la reina Isabel la Católica exactamente el mismo día de su restauración.
No se trató de un monarca inusual y su reinado estuvo envuelto en las luchas internas que acabaron de fragmentar finalmente el reino sin dependencia de Granada.
Tampoco tienen la posibilidad de recogerse aquí todas las divergencias o datos dispares que sobre ciertos puntos de su vida proponen las fuentes árabes, cristianas y hebreas. Con las puertas de la ciudad más importante cerradas por la fuerza y por el derecho, Muḥammad XI se dirigió a Guadix, donde continuó cierto tiempo con la promesa de apoderarse de Granada y vencer a su padre y a su tío. Pero su situación se complicó allí y se trasladó a Almería, donde se reunió con su hermano Yūsuf, aunque esto propició que su padre estrechara más aún el cerco sobre ambos. Frente ello, Boabdil envió a su visir a solicitar ayuda al rey español y, como no obtuvo resultado, fue en persona con exactamente el mismo objetivo. Sacd al-Zagal en Almería, hacia [muḥarram] de 890/febrero de 1485, con la connivencia de ciertos alfaquíes de la ciudad —Baeza apunta que tras seis meses de asedio y mediante amnistía—. Abū l-Ḥasan ordenó que fuesen ejecutados los amos rebeldes, incluido su hijo Yūsuf —según las crónicas cristianas, Boabdil huyó entonces de Almería o de Vera a Córdoba—.
Granada
Aparte de que los Reyes se asociaron por entonces con el príncipe Abu Abd Allah , conocido por los españoles como Boabdil, «El Rey chico» , que sumió al bando musulmán en una guerra civil. Hijo del Rey Muley Hacen y Aixa, prima del soberano, Boabdil se crió bajo una alargada profecía que afirmaba, desde su nacimiento, que llevaría a la muerte a todos y cada uno de los que le amasen, y entre sus manos la media luna se terminaría convirtiendo en cruz. Pero no fueron palabras, sino más bien líos de faldas, lo que distanció al heredero de su padre, Muley Hacén , quien postergó a Aixa a un segundo plano por una concubina cristiana del harén.
Boabdil combatió a su padre y su tío el Zagal, quienes también se consideraban legítimos reyes de Granada, durante una guerra civil en la que fue apresado por los Reyes Católicos. Para promover la discordia entre los musulmanes, Fernando II de Aragón le devolvió la independencia en lugar de hacerse vasallo del Reino de Castilla y dar los territorios del reino que estaban en posesión de su padre Muley-Hacén. Como relata José María Sánchez de Toca y Fernando Martínez Laínez en «El Gran Capitán» , Hernán Pérez del Pulgar , el de las Hañazas, entró de noche en Granada con 15 de los suyos, clavó con su daga el Avemaría en la puerta de la mezquita mayor y al irse incendió el mercado de la región. Por su parte, en esas mismas datas fracasó el intento de dejar en libertad a los 7.000 cautivos cristianos que estaban enjaulados en las prisiones granadinas. Esta rivalidad entre Boabdil y su tío coincidió con grandes adelantos cristianos, de modo que los 2 emires dividieron la localidad en dos y, por lo menos en apariencia, se reconciliaron para enfrentarse a los Reyes Católicos.
Semana Santa Granada
Abu \’Abd Allāh, en el charla granadina, debía pronunciarse como Bu Abdal-lah o Bu Abdil-lah, pero le llamaban Bu Abdi-Lih y de ahí el nombre castellano Boabdil, a quien se añadió “el Chaval”, epíteto que equivale al latino junior, para distinguirlo de su tío Abu \’Abd Allāh “el Viejo” o senior. En el año 1493 se trasladó a Fez, donde años después halló la desaparición peleando contra los jarifíes en la batalla librada en el Vado de Bacuna. En 1482, en Guadix, se rebeló contra su padre y lo destronó con el apoyo de la familia de los Abencerrajes y de la madre. Sin embargo, por año siguiente cayó prisionero de los Reyes Católicos a lo largo de su ataque a Lucena, situación que aprovechó Muley Hacén para recobrar el trono granadino, apoyado por su hermano, el señor de Málaga. El último emir siguió viviendo en la Península, en un territorio asignado por los Reyes en las Alpujarras, pero al cabo de dieciocho meses cruzó el Ajustado para fallecer en Fez décadas después. Además, apenas podía sostener los gastos del Gobierno y la capital ante la escasez de rentas disponibles, con lo que asimismo dependía a nivel económico de Castilla —incluso, en algún instante de su vida tuvo que empeñar joyas propias—.
Para recobrar su libertad se vio obligado a firmar el denominado Pacto de Córdoba, por el que se comprometía a entregar la zona del reino que controlaba su tío a cambio del acompañamiento cristiano para recobrar Granada, que estaba nuevamente en poder de su padre; además de esto se declaraba vasallo de los Reyes Católicos. Boabdil, apodado por los cristianos como «el Chico» y por los musulmanes como «el Zogoibi» , entregando las llaves de Granada es una de las escenas predilectas de la historiografía decimonónica. El pintor Francisco Pradilla reconstruyó el episodio en el que tal vez es su cuadro más conocido, «La rendición de Granada» , que cuelga el día de hoy del Palacio del Senado, en La capital española. A pesar de la derrota, el sultán nazarí aparece en el cuadro con dignidad y fortaleza, en frente de la majestuosidad de los Reyes Católicos y sus tropas. De este modo se eleva, sin base histórica, su figura a la del héroe sacrificado que fue víctima de las circunstancias. Otras representaciones y proyectos de ficción le muestran, de forma directa, como el último centinela de una cultura más sofisticada, ante la llegada de los sucios conquistadores cristianos dispuestos a destruirlo todo.
La Realidad Sobre La Traición De Boabdil, El Aliado De Los Reyes Católicos Que Entregó Granada
Para distinguirlo de este último, dada su homonimia de nombre ykunya, asimismo fue llamado como el Rey Chico/Chiquito en las crónicas cristianas —en frente de su tío, rey viejo—, que cabe sospechar también se aplicaría en al-Andalus en árabe, como ya había sucedido con anteriores situaciones de contemporaneidad de dos emires homónimos. Boabdil, aprovechando la ausencia de su padre, rompió el pacto y tomó la Alhambra y con ella la autoridad real. Mientras tanto, Muley, adjuntado con su hermano Abdallah el Zagal y lo mejor de las tropas nazaritas, derrotó a los cristianos en Málaga. Boabdil, receloso de los triunfos militares de su tío, salió de Granada para atacar directamente los campamentos cristianos de los aledaños; fue derrotado en Lucena en 1483, donde cayó en poder de los Reyes Católicos.
El último emir de Al-andalus se dirigía, acompañado de su familia y una pequeña escolta, hacia una zona de la Alpujarra granadina que los monarcas habían acordado cederle, pero antes de ir hasta allí, debió presentar respetos frente al Rey Fernando y realizar la entrega de llaves. El sultán Abu Abd Allah, popular por los cristianos como Boabdil y como Muhhamad XII en las lista de reyes nazaríes, fue el último dirigente musulmán que gobernó un estado de la Península Ibérica. Pertenecía a la dinastía Nazarí que se había hecho con el Reino de Granada en 1238 una vez desaparecida la predominación almohade en la última etapa de los Reinos de Taifas. A la desaparición de Muley en 1485, sus incondicionales promovieron al trono a su hermano El Zagal, lo que volvió a desatar la guerra civil, impulsada por los Reyes Católicos que apoyaron con tropas las metas de Boabdil, para continuar así con su política de debilitar al reino nazarita con continuas guerras intestinas. Se llegó, tras este nuevo conflicto, a una solución de compromiso, por la que se dividía el reino entre los 2 pretendientes, ambos residían en Granada, El Zagal en la Alhambra y Boabdil en el Albaicín. Para intensificar la presión sobre el emir, los Reyes Católicos han comenzado en el verano de 1491 la construcción del campamento de Santa Fe, construido de manera cuadricular frente a Granada, con la estable resolución de que solo lo levantarían tras la caída de la región.
En el caso de Boabdil, el movimiento insurreccional que lo llevó al trono estuvo protagonizado por los incondicionales de la sultana dejada, Fátima, quienes habían preparado la conspiración aprovechándose del descontento por la pérdida de Alhama. Todo empezó con la huida de Boabdil de la Alhambra, donde estaba vigilado por su padre, refugiándose en Guadix donde fue proclamado emir, con lo que brotó la guerra civil; inmediatamente, mientras Muley Hacén se replegó hacia Málaga, su hijo se apoderó de la ciudad más importante y de buena parte del reino. El día 2 de Enero de 1492 se produce la distribución de las llaves de Granada por parte de Boabdil a los Reyes Católicos.
La muerte de Morayma, su entierro y la partida de Boabdil quedó descrita en varios documentos de la zona cristiana, con gran lujo de datos. Boabdil emprendió camino hacia Santa Fe, donde se encontraban los 600 rehenes nazaríes, asi para abrazar a su hijo que se encontraba cautivo en la fortaleza de Moclín. Aunque en el cuadro de Francisco Padilla hace aparición la figura de Isabel de Castilla, en realidad esta estaba con sus tropas en Armilla, aguardando la llegada del rey Fernando de Aragón y que, al lado de la reina Isabel, habían antes abandonado el luto por la muerte del príncipe Alonso de Portugal, casado con una hija de Isabel. El 1 de Enero de 1492 los rehenes han quedado en el Real de Santa Fe, bajo la custodia de Don Juan de Robles, alcalde de Jerez. Durante esa noche, el ingeniero Muhammad Palacios, mudéjar aragonés, crea una vía de acceso al castillo nazarí, en la región de Realejo, tras la localidad, y que hoy es la cuesta del Caidero, y Gutierre de Cárdenas, comendador de León, ingresa a la Alhambra para asegurar militarmente la fortaleza. Los Reyes Católicos, como garantía de su cumplimiento, solicitaron la distribución de 600 nazaríes, hijos de los caballeros mucho más relevantes del Reino.