Semeja extraño que desde un ubicación en apariencia marginal, pero asumido deliberadamente, se constituya en guía de su generación y precursor de líneas escenciales que luego desplegarán la política y las letras de su país y Sudamérica. En los apartados precedentes he señalado las contribuciones de su presencia civil a la política y la sociedad; querría cerrar estas páginas con una especial mención de las primordiales líneas que inaugura en la literatura este verdadero precursor. Los logros de esta prosa directa y combativa están en la adaptación de las novedosas ideas «prestadas» a nuestra realidad y en el coraje de arriesgar juicios en el instante mismo en que se generaban los hechos, al indicar los aciertos y los errores de los partidos de su época y avizorar las vías fundamentales de la construcción nacional. Algunos dejan el país y engrosan el grupo de los proscriptos; otros se recluyen en el exilio interior, como en un principio Echeverría, que opta por Los Talas, la estancia de la familia en la provincia de Buenos Aires donde había buscado remedio a sus crisis inquietas y tranquilidad para redactar.
A pesar de sus deudas y transcripciones textuales de autores de europa, será la obra cumbre del ensayo político del autor y incentiva una provechosa polémica obtenida en las Cartas a de Angelis, que afinan y desarrollan el ideario político del conjunto del 37. Echeverría estudió en Argentina hasta el momento en que se trasladó a Europa a los veinte años, donde estudió en Francia antes de regresar a su país de origen, donde ingresó las influencias románticas. Su posterior participación política en el Alzamiento de Dolores provocó su exilio en Uruguay, donde residiría hasta su muerte. Escritor y poeta argentino, Esteban Echeverría fue uno de los grandes exponentes del romanticismo de su país. Considerado miembro de la llamada Generación del 37, Echeverría es popular por obras como La Cautiva o El matadero. Echeverría perseguía un fin testimonial y didáctico, hoy secundario, pero consigue, sin proponérselo quizá, expresar la problemática contradictoria de una situación social y cultural.
Son muchos los aportes y el deber de Echeverría con su país y su época, que resulta inútil, o cuando menos ruin, apuntar las omisiones de una vida entregada con pasión a crear denodadamente una nación por medio de las nuevas ideas, la fe en la palabra literaria y el magisterio oral. Ciertos miembros del Salón Literario son perseguidos y tienen que exilarse; ya absolutamente nadie puede meditar en una posición conciliadora. La prudencia recomienda el cierre del Salón, pero algunos de los jóvenes, convocados por Echeverría, continúan reuniéndose en forma clandestina en una logia, La Joven Argentina, rebautizada luego como Asociación de Mayo, inspirada en las logias carbonarias italianas. En la primera asamblea se leen las quince Palabras simbólicas que resumen el ideario del conjunto y se ocupa a Echeverría la redacción del programa, discutido en las asambleas y llamado Credo, catecismo o creencia de la joven Argentina, o Código. Alberdi, que va a marchar pronto al exilio, lo publica en Montevideo, el 1 de enero de 1939, con el título de Código o declaración de principios que constituyen la creencia social de la República Argentina.
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Disfruta de acceso a millones de ebooks, audiolibros, gacetas y considerablemente más de Scribd. La crueldad muda de Matasiete, que «no hablaba y obraba», diestro con el cuchillo para matar al toro enfurecido y «degollador de unitarios», se vuelve verbal en las voces anónimas del entorno que lo azuza. Otro aporte original de Echeverría es la elección del espacio en el que ubica el cuento «El matadero».
Sus logros incuestionables en política exterior quedan empañados por la intransigencia y el autoritarismo con que ejercita el poder y la manipulación del resentimiento habitual contra todo libre pensador ilustrado, que va a ser denostado como elitista, afrancesado, ateo o anti-criollo. Las dos etapas, la rivadaviana y la parisina, son decisivas para el avance futuro del conductor y del literato. Su capacitación en Buenos Aires, había mezclado el conocimiento directo de la verdad, conseguido en el trato con los gauchos en la estancia pampeana de Los Talas y en sus andanzas juveniles por el suburbio porteño, con la interpretación teórica de esa realidad llevada a cabo de espaldas al país real, desde las cátedras europeizantes de la Universidad. En París se desprende del legado de los claustros rivadavianos (más exactamente, de la parte envejecida de ese legado) y, por empatía generacional, adhiere a las nuevas doctrinas del romanticismo en nuestro teatro de su gestación, y toma conocimiento del socialismo utópico que acabará de reforzar con lecturas recomendadas por sus amigos en Buenos Aires.
Datos Sobre Esteban Echeverría
La búsqueda de libertad, el ideal de independencia, la revolución política de los versistas próceres de Mayo, aún encorsetados en los moldes neoclásicos de La lira argentina, hallará en el desborde romántico un formato a su medida. En esa turbulencia intelectualmente fecunda y también incentivadora, Echeverría descubre no sólo su destino de poeta, sino su identidad de poeta civil americano; y encuentra asimismo el instrumento nuevo, el lenguaje, para ejercerlo. Confiado en el poder de la palabra, el poeta fija la vista en su tierra, y con las herramientas del romanticismo y su propia sensibilidad encuentra las formas correctas para instaurar en el artículo espacios, temas, personajes y perspectivas auténticos que luego desarrollará la literatura nacional. En su salida apurada hacia el exilio debió dejar a Martina, su pequeña hija de unos cuatro años, a la que jamás volvería a ver, y que murió anciana, en Buenos Aires en 1922, sin haber prácticamente popular a su padre. Al lado de sus libros, casa y demás pertenencias, debió dejar el original de La insurrección del sud, poema fechado en Los Talas en noviembre de 1839 sobre el levantamiento de los hacendados, que se salvó de la destrucción gracias a «una patriota de San Andrés de Giles» que lo ocultó entre sus ropas junto a otros papeles y, años después, lo hizo llegar a su creador. Años después, en 1846, se reeditará en Montevideo una versión actualizada por nuestro autor con el título definitivo de Dogma socialista de la Asociación de Mayo.
Este deber de la obra con el medio natural y social en el que aparece, y del escritor que se vale de la poesía para el alegato y la demanda, va a ser una constante del romanticismo americano en el que la situación poscolonial recarga al escritor de responsabilidades políticas. La cautiva lo consagra como poeta romántico y como líder del conjunto de jóvenes que será llamado generación del 37. A lo largo de los años anteriores a su muerte en el exilio, ocurrida el 19 de enero de 1851, Echeverría escribió ciertas poemas sin bastante éxito como “La Guitarra” y su continuación de “El Ángel Caído” . Pero fue un esbozo en prosa, “El Matadero”, encontrado entre sus papeles y anunciado en 1871, el que aseguró su reputación literaria. Esta anécdota crudamente realista, que relata la muerte de un joven opositor zl régimen de Rosas a manos de los incondicionales del dictador, usados en el matadero de Buenos Aires, es una de los mucho más poderosos y memorables narraciones en prosa que se han escrito en la América de españa. El más riesgoso aporte literario de Echeverría es, sin lugar a dudas, la invención de una lengua «ruin», que aún tardaría años en ser incorporada de lleno a la prosa literaria.
Echeverría, Esteban
Más allá de que no se tiene puntual noticia de la participación de Echeverría ni de sus relaciones con los personajes principales del momento, no es bien difícil sospechar que aspiró el intenso clima de cambio cultural de la región y que adhirió al nuevo credo romántico por flechazo generacional. En la conformación del país, en la pugna entre las provincias del interior y los porteños, la derrota militar de Buenos Aires en la batalla de Cepeda supuso paradójicamente su prosperidad, merced a la autarquía federal que la favoreció con los recursos de la aduana y el puerto. Su juventud porteña coincide con el protagonismo público de Bernardino Rivadavia, político ilustrado que llegará a ser el primer presidente de la flamante Nación ( ) si bien su predominación abarcó un periodo mucho más amplio, desde 1821, en el momento en que aceptó como ministro de gobierno. José Esteban Antonio Echeverría nace en el vecindario porteño del Alto, el día de hoy San Telmo, en 1805, durante las turbulencias anteriores a la Revolución de Mayo de 1810 que culminará, años después, con la independencia de las colonias españolas de Sudamérica.
Su credo, escrito por Echeverría y publicado en 1846 bajo el título “Dogma Socialista”, fue una obra idealista de publicidad democrática. El dictador Juan Manuel de Rosas, finalmente forzó a muchos de los integrantes de la asociación, incluyendo Echeverría, a huir a Uruguay. B) También transcurre la víspera del Viernes de Dolores; asi que evoca la pasión de Cristo y hace destacar aún mucho más la alianza anormal entre la Iglesia y el federalismo, alianza criticada seriamente por el creador desde la primera página del cuento. En el primer párrafo, Echeverría adopta una actitud volteriana para ingresar el tema de la carne en cuaresma y para señalar la cooperación de la Iglesia en los sufrimientos del pueblo argentino. Según la iglesia, hay mandamientos carnificinos como la cuaresma en que no se puede comer la carne. En el primer párrafo, Echeverría adopta una actitud volteriana (Voltaire, pensador y dramaturgo francés, , la separación del estado y la iglesia) para introducir el tema de la carne en cuaresma y para indicar la complicidad de la Iglesia en los sufrimientos del pueblo argentino.
Biografia De Esteban Echeverria
Su obra fue fundamental para el desarrollo del Romanticismo en Hispanoamérica, pues su estancia en París entre 1825 y 1830 lo puso en contacto con la literatura y con el pensamiento mucho más avanzados en la Europa del momento (De Vigny, Musset, Dumas y, en el chato ideológico, Fourier y Saint-Simon) y le dejó propagarla a su regreso. Además, en el plano político, Echeverría alcanzará notoriedad como opositor a la dictadura del General Manuel de Rosas, oposición que lo va a llevar al exilio en Montevideo en 1840 por su actividad al frente de la Joven Generación Argentina (asimismo llamada Asociación de Mayo), que él mismo había fundado dos años antes. Varios de los cantos de este poema ahora habían sido anticipados en las lecturas del Salón Literario, de corto pero intensa vida , cenáculo que reúne a escritores y artistas en la librería de Marcos Sastre.