En 1956 Franciscadonó este tesoro al Estado en lugar de un pisito en La capital de españa y de que le pagaran la carrera a su nieta Rosi, que es hoy la conocida periodista Rosa Villacastín (nieta de Francisca por un momento matrimonio y quien recreó recientemente la crónica de su abuela en la novela La Princesa Paca). La historia amorosa también está ampliamente documentada en Acompañando a Francisca Sánchez, de Carmen Conde, o enEste otro Rubén Darío. La abuela Paca se volvió a desposar en 1921, cinco años tras la muerte de Rubén, con José Villacastín, en Navalsauz (Ávila). El varón murió y la niña, Carmen, es la madre de Rosa y Ángeles Villacastín. Con él viajó hasta Managua para visitar la tumba de Rubén y también creó una editorial para reeditar su extensa obra literaria.
En el “cuaderno de hule negro”, registrado con el nº 540 en el Archivo Personal de Rubén Darío, se puede ver la letra irregular de Francisca, llevando a la práctica caligrafía, copiando un capítulo de la novela inédita de Darío titulada Oro de Mallorca. “Quisiera que este acercamiento televisivo ayuda para recompensar el interés por este muy, muy grande poeta”, ha indicado para resaltar también la predominación que tuvo en los escritores en lengua española de todo el mundo, y especialmente en los de la Generación del 98 en España. En palabras del ministro, el aparato que está tras \’La Princesa Paca\’ puso “alma, corazón y vida” a esta película y los autores del libro, Rosa Villacastín y Francisco Reina, han logrado mover la “enorme ilusión” que les llevó a escribir la obra y que hoy posibilita comunicar este “sueño” con sus autores. En el acto, tanto el ministro de Justicia como la presidenta del Congreso han destacado la importancia de una figura como Rubén Darío para la crónica de la literatura y el español y han trasladado igualmente su acompañamiento a la industria del cine para promocionar y dar a conocer estos referentes. En la ficción, Paca es interpretada por Irene Escolar (Goya a mejor actriz revelación en 2016), que ha subrayado que hablamos de una historia amorosa “muy intrépido” y puso en valor la valentía que demostró Francisca Sánchez al renunciar a su familia y a lo que en teoría debía vivir para apostar por el amor. Desde Málaga, el mejor de los deseos en la singladura literaria de este nuevo y bien documentado libro que hace justicia a esas grandes mujeres olvidadas por nuestra historia.
Francisca Sánchez: La Dueña Del Amor Y De La Obra De Rubén Darío
En este caso el cariño entre los dos fue indispensable para el devenir de todo. Francisca fue una avanzada a su temporada en varios puntos», asegura Manuel Reina, coautor de la novela. La narración de Francisca Sánchez del Pozo, \’Paca\’, y el Príncipe de las letras, el nicaragüense Rubén Darío. En 1956, Francisca Sánchez, casada con José Villacastín, y ahora en el ocaso de su vida, recibe en Navalsaúz a dos escritores, Antonio Oliver y Carmen Conde.
Él, enviado especial del períodico argentino La Nación, departía con Ramón del Valle-Inclán. Ella, hija del jardinero del rey Alfonso XIII, le agasajó con una flor. El poeta quedó tan prendado de la hermosura y lozanía de Francisca, que entonces tenía 24 años, que volvió días después, esta vez sin compañía. El barco Antonio López una parte del puerto con destino a Centroamérica. En el muelle, Francisca Sánchez se despide entre lágrimas de su amado, Ruben Darío, príncipe de la letras hispanas que se va para impartir charlas de paz en tiempos de guerra.
La Gran Historia Amorosa De Rubén Darío Y Francisca Sánchez En Malasaña
Tanto Francisca como José custodiaron el legado del poeta desde su muerte, acaecida en 1916, hasta 1956, cuando la amada de Darío decidió donarlo al Ministerio de Educación. Aunque es famosa por trabajo en prensa rosa, Rosa Villacastín es una de las grandes conocedoras de la vida y obra de Rubén Darío. La razón de este vínculo es Francisca Sánchez, abuela de la periodista, de quien se enamoró perdidamente Darío tras un acercamiento fortuito en el Retiro en 1879 en el momento en que paseaba por el parque con Valle-Inclán, uno de sus mucho más fervientes seguidores. Darío antes de fallecer redactó testamento a favor de Francisca y su hijo Güicho, pero ella fue muy consciente de lo precario de la coyuntura económica en que había quedado y su pueblo natal, Navalsauz, siempre fue su cobijo. Posteriormente contrajo matrimonio con José Villacastín quien recopiló la obra de Rubén Darío, dispersa por el planeta, cumpliendo de esta manera el deseo de Francisca de honrar la figura del poeta. También cartas, escritas en las muchas temporadas en las que pasaban separados por los compromisos de él, en las que se aprecia que su familia fue el puntal fundamental en aquellos años.
Solo conseguía estar abstemio cuando pasaba largas temporadas con ella. «La historia fué injusta con ella por el hecho de ser mujer y no ser la mujer lícita. En figuras determinantes de la Historia como Rubén, su biografía es primordial para entender la obra.
Fue la última de muchas despedidas, nunca más volvería a conocer a su amado poeta. Incluye documentos autógrafos, manuscritos y mecanografiados referentes a su tarea como diplomático, a su actividad literaria y a su relación sentimental con su esposa, además de contar con tres testamentos escritos de puño y letra, y poesías autógrafas. A todo ello hay que añadir fotografías, notas, postales, tarjetas de visita, telegramas, recortes de prensa, facturas o menús. Francisca Sánchez murió el 6 de agosto de 1963, a la edad de 84 años. La primera oportunidad que Rubén Darío viajó a España, en 1892, el creador nicaragüense era ahora el impresionante creador de Azul, aunque probablemente fue su segundo viaje, en el final de la década, el que acabaría de situarle como entre los escritores más respetados por los escritores españoles actualmente. La exposición traslada al visitante la dificultad y riqueza de la vida del padre del modernismo literario, permitiéndole asomarse a su faceta pública, literaria o diplomática, pero asimismo a su mundo íntimo.
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Viajó entonces hasta el diminuto pueblo de Navalsáuz para ir a su acercamiento y pedirle a sus progenitores que permitieran a Francisca acompañarle a París. Francisca estaba embarazada de Carmen, una hija que moriría prematuramente. Era, en realidad, una solicitud de mano sin matrimonio viable por estar ya casado Rubén. Al verle llegar a su humilde casa –a él, que había frecuentado la aristocracia de varios países- susurró al oído del escritor “¡de qué forma te agradezco que hayas venido! En el cementerio de aquel pueblecito descansarían después los restos del hijo de ambos (llamado también Rubén Darío, fallecido prematuramente en 1905). La miniserie, coproducida por RTVE y La Cometa televisión, narra el cariño del escritor Rubén Darío con la de españa Francisca Sánchez.
La crónica de Francisca Sánchez del Pozo, \’Paca\’, y el escritor Rubén Darío… Este contenido está efectuado por un anunciante y no interfiere en la información de eldiario.es. Fue a lo largo de esta estancia, en la primavera de 1899, en el momento en que Darío quedó prendado de Francisca Sánchez durante un paseo por la Casa de Campo junto a Ramón María del Valle Inclán. La joven, que era hija de un jardinero real, les regaló una flor para la solapa cuando se acercaron a beber agua a la caseta del jardinero. Actualiza tus datos de pago para proseguir siendo socio de elDiario.es. A ella le dolían las prolongadas separaciones de su amado; él la esperanzaba con firmes promesas y con ruegos de que le fuera leal.
Sirva como un ejemplo esta tarjeta postal del Central Hôtel de Berlín con la dirección “Madame Rubén Darío.30, Rue Feydeau. París, fechada en 11 de mayo de 1905 y las claves telegráficas que utilizaban para estar comunicado entre ellos, anotadas en la página 40 del citado cuaderno de hule. Analfabeta, sin entender leer ni redactar, su relación con Rubén Darío “no fue un amor pasajero”, como detalla Villacastín en su novela, puesto que, fruto de esta relación de más de 15 años nacieron cuatro hijos, aunque tres de ellos murieron tempranamente. Aunque Darío jamás logró divorciarse de su mujer, Rosario Murillo, se casó con Paca, a quién hizo heredera de su patrimonio.
El nicaragüense guardaba la numerosísima correspondencia que recibía y copia de la que enviaba, cartas, notas, peticiones, convidaciones a congresos y conferencias, telegramas, tarjetas de visitas, invitaciones a homenajes… Y a lo largo del tiempo de convivencia llegó a reunir más de 5.000 documentos que a su muerte han quedado en poder de Francisca, custodiados a lo largo de décadas en un baúl en su hogar de Navalsauz hasta octubre de 1956 cuando escoge ceder el fichero personal al Ministerio Español de Educación Nacional. Francisca y Darío vivieron, como cualquier otra familia, una vida con alegrías y desdichas, no siempre simple, con los menesteres rutinarios, donde hubo instantes de riqueza y no pocos de estrecheces económicas, debido eminentemente a la vida bohemia del escritor, la adición al alcohol y a su fragilidad sensible. Tuvieron cuatro hijos en común, dos de los cuales fallecieron al poco de nacer, “Phocás el campesino” y Carmencita.
Francisca Conoció A Rubén En La Casa De Campo
No se atrevieron ni a hacerle proposiciones; su posición ética les rechazaba de antemano. Y, si bien no vivía espléndidamente, ella sabía que tenía más que todas y cada una, porque era la querida de un príncipe. El mismo año en que se conocieron, la pareja arrendó un piso en La capital de españa, en la calle Marqués de Santa Ana, 29.