Pero estas clasificaciones admiten varios matices, en tanto que autores como Heráclito o Jenófanes son difícilmente clasificables en este conjunto. Por otro lado, y aunque se prosigue teniendo en cuenta, en general, a Tales como el principal creador de la filosofía, no puede dejarse de lado el papel racionalizador de los mitos de autores anteriores, como Homero o Hesíodo. En el siguiente texto, Anaximandro cita su comprensión del arché o principio fundamental de la Naturaleza, tema habitual entre los filósofos presocráticos. Y también) Que análogo era el origen de los animales, bien que los gérmenes o principios vitales de estos, en vez de proceder del aire, habían caído del cielo. C) Su doctrina sobre la realidad y el método de la misma, hace más fundada la segunda opinión, puesto que, según Anaxágoras, a la razón sola y no a los sentidos forma parte juzgar de las cosas, reconociendo la primera como método de la realidad.
Entre los autores presocráticos contemporáneos de Sócrates destacan el atomista Demócrito, el naturalista ecléctico Diógenes de Apolonia y muchos sofistas. Heráclito fecundó, además de esto, el pensamiento heleno, depositando en él las semillas, siquiera groseras y muy incompletas, de la psicología y de la fisiología. Lo cual, unido a la nueva fase y al notable avance que comunicó a la escuela jónica, proponiendo al unísono el problema de la pluralidad y distinción de los seres, revela la originalidad relativa de su genio, y que con razón ocupa sitio preferente entre los pensadores del periodo antesocrático. Diógenes, lo mismo que Anaxímenes, señalaba el aire como origen y esencia de todas las cosas, sin excluir el alma humana, a la cual consideraba como una derivación sutilísima de este primer principio. A juzgar por las indicaciones de Aristóteles, el filósofo de Apolonia opinaba que nuestra alma mientras conoce el resto cosas, en cuanto y pues tiene dentro en sí el aire, primer principio y substancia de todas ellas , a la vez que con motivo de su sutileza es causa de los movimientos vitales. Al hylozoismo primitivo de la escuela jónica en sus primeros pasos, Heráclito reemplaza el principio dinámico y la ley universal del fieri; los atomistas y Empédocles sustituyen el principio mecánico; Anaxágoras tiende a desenvolver y coronar los principios precedentes y la concepción general de la escuela jónica a través de un principio espiritualista.
El Logotipos
O sea, fueron los primeros que comenzaron el llamado «paso del mito al logos », proceso propiciado por las especiales especificaciones de espíritu crítico y condiciones sociales que dejaron una especulación libre de ataduras a dogmas y textos sagrados. En este sentido, son tanto pensadores como cosmólogos, físicos o, mucho más en general, «sabios». Y, si bien distribuyen algunas peculiaridades comunes, no forman un conjunto bien definido sino que se dividen en distintas academias de pensamiento, en ocasiones muy distanciadas unas de otras. Exacto es reconocer, no obstante, que lo que distingue y caracteriza la doctrina de Heráclito, lo que constituye y representa la iniciativa central de su concepción filosófica, es el fieri de las cosas, es la lucha y contradicción perpetua del ser y no ser, como ley necesaria de la presencia de los seres cósmicos y medida de su situación. Los sofistas, que después tanto brindaron que llevar a cabo a Sócrates, se aprovecharon de esta doctrina de Heráclito para establecer y propagar sus conclusiones escépticas. Excusado semeja avisar que para nuestro filósofo el alma humana no es más que una modificación o transformación del aire; como sustancia y causa primera de todas y cada una de las cosas; pues uno de los caracteres de la escuela jónica en su primera época es el materialismo psicológico, consecuencia ineludible de su monismo material y también hylozoista.
Fundaba su opinión en que el agua es la que provee alimento y nutrición a todas y cada una de las existencias. Hasta el calor vital de los animales depende para su producción y conservación, de la humedad producida por el agua. En la sangre, con los demás humores y líquidos que se observan en la economía animal, así como asimismo en los jugos y savia de las plantas, en todos predomina la humedad o el principio acuoso. 4.• Su pregunta sobre el ser de las cosas lo conduce a entablar la solución del movimiento. Asegura que solo existe y es real el devenir, todo fluye y nada continúa estático. Expone el cambio constante de la materia en su aforismo “no nos bañamos un par de veces en el mismo río”.
Adriano – Lecciones De Historia Romana
Otro método que se ha propuesto divide a los presocráticos entre naturalistas (o físicos) y antropólogos. A su vez, los primeros se dividirían entre monistas (milesios, pitagóricos, Heráclito y los eleatas) y pluralistas (Empédocles, Anaxágoras y los atomistas) según admitan un único arkhé o una pluralidad de principios explicativos. Entre los naturalistas estarían todos y cada uno de los primeros presocráticos, hasta los sofistas, que encarnarían el conjunto de los pensadores marcados por un giro antropológico. El almacenamiento o ingreso técnico es rigurosamente necesario para el propósito legítimo de aceptar el uso de un servicio concreto explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de hacer la transmisión de una comunicación por medio de una red de comunicaciones electrónicas. Si todo está sumergido en un cambio permanente, se debe de reconocer que todo está sometido al devenir, la verdad es cambio.
Esto le transporta a distinguir entre lo que tenemos la posibilidad de conocer de las cosas frente a lo que las cosas son realmente. También se ha señalado que sus referencias al pensamiento mítico anterior son diferentes. Mientras que los jónicos estarían más vinculados a la tradición mitológica olímpica, los itálicos estarían mucho más relacionados con las corrientes mistéricas, como el orfismo o con las cosmogonías y teogonías rapsódicas de autores como Ferécides de Siro.
Historia De La Filosofía – Tomo I – Primer Período De La Filosofía Griega
Herodoto y Diógenes Laercio hablan de Tales como de un destacable hombre político, y, entre otras, arguyen como prueba el consejo que dio a sus conciudadanos disuadiéndoles de conformar alianza con Creso en oposición a Ciro. Indudablemente, el cultivo del conocimiento es bueno para el espíritu humano o para el alma según Heráclito. Se podría interpretar que el alma para este filósofo presocrático tiene un carácter ígneo y sigue con vida a la desaparición uniéndose de modo definitivo al fuego cósmico. No parece que esto sea lo mismo que la pervivencia de un alma inmortal individual tal como lo plantea Platón en su filosofía idealista. Los datos de su historia se confunden con la leyenda de hombre aristocrático y extravagante.
El pensador griegocreía que el mundo experimenta un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. En el cambio incesante de las cosas, Heráclito postula que existe una unidad o principio eterno encarnado por el fuego. Pero esta llama crepitante es una metáfora que se refiere al movimiento y cambio incesante en el que está sumido el ser humano y el mundo. El pensamiento de los presocráticos expone el inconveniente de la ruptura o de la continuidad respecto del pensamiento previo y respecto de las influencias del pensamiento oriental.
Filosofía Jónica – Griega – Presocráticos – Sofistas – Sócrates
Heráclito piensa que el fuego es el arjé o primer principio del cosmos. La destrucción y el renacimiento del mundo son el resultado de la energía de las llamas. En este sentido no hay duda de que se adelantó a su temporada al plantear estas ideas. Este término no indica únicamente una clasificación cronológica, en tanto que entre los presocráticos se tienen dentro también filósofos contemporáneos de Sócrates pero que siguieron las orientaciones teóricas de los filósofos de los siglos VI y V a.C. (anteriores a la renovación conceptual realizada por Sócrates, que se toma como un punto de inflexión que marca la historia del pensamiento de manera decisiva).
Heráclito de Éfeso (ciudad jónica) es una figura aparte, un creador cuya obra enigmática y enormemente especulativa no creó escuela en su época, si bien influyó decisivamente en Platón y en los siguientes pensadores estoicos. Pero comprendido más en sentido figurado, como expresión del continuo cambio, y como expresión logotipos. En Heráclito lo existente, que es concebido como una unidad de contrarios, hace aparición aprehensible bajo una genuina ley, que es la que expresa la noción del fuego que, aunque de forma continua dinámico, está regido por la ley del logotipos.
Heráclito
Bajo este criterio, la doctrina del filósofo de Éfeso coincide con la general de la escuela jónica. La concepción de Anaximandro es fundamentalmente hylozoista, como la de Tales, puesto que su materia universal y también indefinida lleva en sus supones un principio vital, una fuerza motriz. Sus ideas acerca del estado primitivo, o sea acerca del estado líquido y húmedo de la tierra, semejan abonar la opinión de los que le hacen discípulo de Semejantes, o revelan, al menos, que las ideas de éste ejercitaron alguna predominación en la teoría de su compatriota.
Supónese que fue el primer filósofo que enseñó públicamente en la ciudad de Minerva, viniendo a ser por tal razón como el principal creador de las considerables escuelas filosóficas que relucieron después en la patria de Platón, y hasta puede decirse que Anaxágoras transportó a Atenas la Filosofía griega, la cual hasta entonces había tenido su principal taburete en las ciudades de la Jonia. Todos estos merecimientos no fueron bastantes a impedir las persecuciones y calumnias provocadas por la envidia, la ignorancia y la superstición. Acusado de ser favorable a los persas, y más que nada de impiedad, porque no reconocía la divinidad del sol, ni aprobaba las creencias y prácticas politeístas y supersticiosas del pueblo, fue encarcelado, a pesar de los sacrificios de su amigo Pericles para salvarle, y a duras penas ha podido hallar retirarse a Lampsaco, donde murió por los años de 428. Diógenes Laercio afirma que su memoria era celebrada con fiestas religiosas por los habitantes de Lampsaco.