“Celia vino a cantar a Cali traída por Larry Landa, entonces ella estaba buscando una grabación de “Ipso Calypso” pues no se la acordaba y no aparecía por ninguna parte un disco de la Sonora Matancera, entonces Larry me llamó y yo lo tenía. Cuando ella lo escuchó se emocionó mucho y se llevó el disco”. Otra historia infaltable en su armamento fue en el momento en que conoció a Jairo Valera, el artista del Grupo Niche y también ícono musical de Cali, “Jairo vino para acá cuando absolutamente nadie lo conocía.
Su obra literaria fué marcada intensamente por su origen y vivencias en la ciudad de Cali y en el vecindario obrero, y en este momento muestra Jairo Varela Que Todo el Planeta te cante, una obra que en 157 páginas plasma la vida del gestor de que Cali tuviese la canción mucho más tradicional de su crónica, el Cali Pachanguero. Con cada disco nos ha habituado a un nuevo peinado y un cambio de estilo, en este caso escogió un pelo corto rubio platino que se remonta a los años 70. La catalana amante de los ritmos andaluces al fin está a puntito de regresar. Dos años y medio tras su último disco “El mal estimar” en 2018, con el que ganó los Grammy, Rosalía vuelve a la escena.
Paz Hermanos, El Arca Perdida De La Salsa En Pleno Centro De Cali
Sabe de memoria qué discos tiene en su compilación y la localización de cada uno de ellos en su tienda. Si se le pregunta por algún LP en específico en el instante sabe dónde está y si no lo tiene, de seguro que tiene algún otro del mismo autor. Sobre Ernie´s Conspiracy de La Conspiración me mencionó que “Ellos no sacaron sino 2 discos.
No charlaba de influencias, pero leía a Cortázar y a Borges, admiraba a Victor Hugo y su Los miserables, y a la escritora abolicionista Harriet Beecher Stowe. Y, huelga decir, a Candelario Obeso, a cuyo ritmo y dicción le deben tanto varios de los autores que le prosiguieron. Fundador y directivo del Conjunto Niche, la institución que llevó la salsa a todo el mundo. Sara Marín López nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 27 de Noviembre de 1983.
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También pasaron por Paz Hermanos figuras como Calixto Leicea de la Sonora Matancera, Bobby Rodríguez y Junior Córdoba de la Orquesta La Compañía, los salseros de venezuela Ray Pérez y Oscar De León, el dominicano Alberto Beltrán y el bolerista cubano Vicentico Valdés. Como este, son considerablemente más los cuentos que Lisímaco y Janet tienen sobre su almacén, un local que es un pedazo vivo de la historia salsera de Cali, una localidad que absorbió este género como parte de su ADN y su identidad cultural. “Yo tengo el honor de ser uno de los iniciadores de la salsa acá en Cali porque yo tengo prácticamente 60 años en este negocio”, asegura don Lisímaco.
Visitamos esta mítica discotienda en la que cientos de joyas musicales caribeñas, en formato vinilo y de todas las épocas, esperan a ser redescubiertas por coleccionistas del mundo entero. Lisímaco, recostado en su banca, con un aire despreocupado, se jacta de ser el dueño de la primera discotienda que trajo discos de salsa a la capital del Valle del Cauca, “Aquí impusimos la salsa en la localidad, en las radios y en las discotecas pues las muestras de las disqueras llegaban primero aquí. Entonces la multitud empezó a sujetarle el gusto a la música y aprendieron de qué manera bailarla y entonces los bailarines han comenzado a venir a la tienda para oír lo último de la salsa”, cuenta orgulloso, con ese ánimo de vanguardista, de enorme explorador.
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Ambos piensan que la razón por la cual Paz Hermanos logró subsistir a los cambios de la industria musical y los cambios en los gustos de los oyentes, fué el saber amoldarse a esos cambios. “El almacén ha sobrevivido todo este tiempo por la música y por los discos que disponemos aquí. La gente los busca y ahora saben que aquí los pueden encontrar. En el momento en que empezó el disco compacto, le metimos al CD; luego en el momento en que comenzó el mp3, asimismo le metimos al mp3 o en este momento que están las memorias, le metemos a las memorias”. Pero al coleccionista esos formatos no le gustan, le gusta es su pasta original, afirma.
Eran los finales de los años cincuenta y Calí había sido sacudida desde finales de los 40 por la explosión de la música antillana cuando la guaracha, el mambo, el bolero, el chachachá y la rumba se adueñaron de los bailaderos de la región, en especial la música de Daniel Santos y La Sonora Matancera. Como un paso natural, esta música se apropió de las emisoras de la región y después han comenzado a llegar los discos del género vía el Puerto de Buenaventura en las costas del Pacífico. Lisímaco, como muchos otros jóvenes caleños, no escapó de esta fiebre y fue gracias su afición que decidió abrir su propio almacén de discos, “Yo siempre tuve el gusto de la música. En mi juventud siempre coleccionaba discos que en ese entonces no se lograban aquí en Cali, discos de música antillana, de música cubana. Yo vi que en ese tiempo esa música aquí en Cali no agradaba a la gente de la alta sociedad que decía que esa música era para marihuaneros, para la multitud baja”. Cuenta, con cierto desconcierto, que poner un disco de Pérez Prado era un pecado.
Recuerdo que me trajo un disco de 45 que se llamaba Al Pasito, una extravagancia. En ese entonces, Paz Hermanos se encontraba lejos de ser la discotienda que es hoy en día ya que era mucho más bien un bazar de los que en Cali se conocen como “cacharrerías” que vendía juguetes, cuadernos y cualquier género de baratijas. Don Lisímaco recuerda sobre el comienzo de su negocio que “Primero comenzó como una cacharrería y después la cambiamos por completo a discos en el cincuenta y pico”. “De ahí llegó a Buenaventura y nosotros nos íbamos para allá a buscar esa música y nos la traíamos para imponerla aquí en Cali pues la gente no la conocía”, recuerda. Charlar con él, es como recibir clases de historia de la salsa, es una biblioteca viva que ha dedicado su existencia a este ritmo sabroso.
Empezó a tocar la guitarra con 14 años, dando las clases básicas para luego seguir su formación de una manera autodidacta. Una pluma vertiginosa y polémica, Valverde sabe que uno de sus dones es ingresar en los temas que otros evitan y “cazar” polémicas, que la mayoría no se atreve. La obra sobre Jairo Varela es el libro número catorce de este escritor y periodista, quien preparara una publicación sobre la historia del América de Cali. Punto por punto Valverde cuenta de qué manera Jairo llegó con una mano adelante y otra atrás a Cali, y pasó como una ráfaga en el mundo de la música. La vida del músico chocoano que creo la más importante agrupación de salsa de Colombia, el Grupo Niche, contada por uno de sus mucho más férreos defensores, compañeros, pero al unísono contradictor y en ciertos casos crítico.