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Biografia De Jorge Manrique Y Sus Obras

Lo más original del contenido es la combinación de hechos históricos con hechos de nuestra vida de su padre. Que aquel fue, guerrero y político profesional, maestro en el uso de la discordia política, entregado al engrandecimiento de su estirpe y a la creación de un patrimonio mediante la guerra, en un cruzado, vasallo leal y modelo de noble católico. Jorge Manrique fue el poeta modélico para todos los que escribieron versos en los años de los Reyes Católicos y todavía lo sería en la primera mitad del siglo XVI. A diferencia de lo ocurrido con el resto de la poesía de cancionero, las Coplas a la desaparición de su padre consiguieron sobreponerse a cualquier cambio en la estética. En verdad, el verso solemne de Jorge Manrique ha estremecido y emocionado a los lectores de siempre, incluyendo los actualmente presente.

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De solo una vuelta), de concepción conceptista, escritas en versos de arte menor, retóricamente fundamentadas en los juegos de repetición de expresiones y las figuras de dicción donde proliferaban los artificios conceptistas y los toques de ingenio, y de este modo hace en su contestación (“Mi saber no es para solo”). Los únicos desarrollos alegóricos habrían de ser de ahora en adelante las personificaciones de sus sentimientos y los elementos y manifestaciones de su psicología (el corazón, el amor, el deseo, el temor, etcétera.), todo ello al servicio de la expresión amorosa, prácticamente la única que cultivó. Después de la desaparición de Alfonso el Inocente , y una vez ratificado en su encomienda de Montizón, en 1470 tuvieron lugar 2 de los hechos mucho más relevantes de la vida de Jorge Manrique.

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De este matrimonio descendería, en época posterior, la rama de los marqueses de Orellana. Posteriormente, los Manrique se declararon firmes partidarios del infante Alfonso el Inocente y en contra del rey legítimo, su hermano Enrique IV de Castilla. Desde aproximadamente 1462 el poeta estuvo completamente dedicado a su tarea como comendador de Montizón, de la orden de Santiago, haciendo buena la carrera de armas a imagen y semejanza de su padre. Pese a ello, Jorge Manrique fue rechazado, entre el 1 y el 22 de octubre de ese mismo año, como candidato a una canonjía (rentas eclesiásticas) en el cabildo catedralicio de Palencia, tras el fallecimiento de uno de sus posesores, Gonzalo Díaz de Aniquila. Con casi total seguridad, el fundamento del rechazo fue político, toda vez que, al menos teóricamente, el obispo debía sancionar sin más ni más intromisión la propuesta del cabildo.

La popularidad y el éxito de semejante composición poética provocó el interés de traductores y glosadores, constituyendo una de las obras poéticas más importante de la literatura universal. Este guerrero de profesión, que luchó en las banderías de Fernando y también Isabel contra los partidarios de doña Juana la Beltraneja, murió en su juventud peleando contra el rebelde marqués de Villena, ante el castillo de Garcimuñoz, Cuenca, en 1479, en que le resulta encontrado en su pecho ensangrentado, entre sus ropas, el poema moral ¡Oh planeta! El poeta llevaba sobre su pecho la banda en que con letras de oro estaba bordada su famosa divisa «Ni miento ni me arrepiento».

Biografía De Jorge Manrique

Precisamente, en una de estas escaramuzas, popularizó la oración “ni miento ni arrepentimiento”. Asimismo la literatura, en los últimos tiempos, vió florecer testimonios en los que… Había sido introducida desde la lírica catalana por el marqués de Santillana, pero nadie la cultivó con tanta constancia como Manrique, al que debe asimismo su forma determinante basada en juegos de talento y una construcción epigramática. La estrofa puede estar en función de este propósito de contención, de equilibrio y a la vez de sonoridad producida por los versos cortos que producen un ritmo funerario. Manrique expresa sus ideas sin retorcimientos conceptistas y sin pedantes cultismos. Su obra mucho más conocida, Coplas a la desaparición de su padre, refiere al fallecimiento de su progenitor Don Rodrigo y ha recibido el reconocimiento de grandes literatos durante la historia.

Era un guerrero fiel y distinguido y fue recompensado con el título de comendador de Montizón en la Orden de Santiago. El poeta español Jorge Manrique nació probablemente en el feudo de la familia en Paredes de Nava , cerca del año 1440. Pertenecía al poderoso y guerrero clan de los Manrique; era sobrino de Gómez Manrique, otro poeta-soldado, y sobrino nieto del Marqués de Santillana, árbitro literario de Castilla.

Comentarios Sobre Jorge Manrique

Como quiera que la llegada del poeta coincidió también con la de las tropas del marqués de Villena, partidario de la invasión portuguesa, ambos pasearon paralelos hacia la batalla que, al final, terminó por inclinarse a favor de los Manrique. Pocos meses después, en el mes de noviembre de ese mismo año de 1474, el maestre Rodrigo Manrique murió, parece ser, debido a una patología cancerígena que le tuvo sumido en un estado lamentable a lo largo de sus últimos días. No es necesario argumentar el lamento de Jorge por la desaparición del maestre, entre los más hábiles guerreros e intrigantes políticos del siglo XV español. Por fortuna, podemos tener sus sentimientos merced a las singulares Coplas. Manrique vivió inmerso en la plena tradición poética de su tiempo y en un ambiente favorable para la carrera de las armas y de las letras.

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Nativo de una familia noble, Manrique fue hombre de armas y letras, participando en múltiples combates contra fuerzas musulmanas. Sin embargo, fue en la guerra civil castellana en la que, luchando en el bando de los Reyes Católicos, recibió lesiones que lo llevaron a la desaparición en 1479. Manrique murió en plena batalla, frente al Castillo de Garci Muñoz, en Cuenca, el 24 de abril del año 1479. Una actitud diferente, mucho más libre, frente al arte y la vida, identifica la sensibilidad estética de este instante. Lo transmutaron en un trasunto del caballero de la mano en el pecho, modelo de la contrarreforma, y esta es la imagen que llegó hasta nuestros días. El capitán don Jorge Manrique se metió con tanta osadía entre los enemigos que, por no ser visto de los suyos a fin de que fuera socorrido, le firieron muchos golpes, e murió peleando cerca de las puertas del castillo de Garcimuñoz.

Están compuestas en estrofas llamadas de pie quebrado o manriqueñas, metro que se consideraba muy adecuado para la expresión de un sentimiento profundo. Rara vez un ritmo métrico se ha ceñido con tanta precisión al espíritu de la poesía. Jorge Manrique convierte un elogio fúnebre a su padre en un tradicional de la literatura de españa de todos los tiempos.

Entre las proyectos más leídas y justamente festejadas de la literatura de españa. Y el abandono prácticamente total de la poesía didáctica y doctrinal en el campo de la Corte, que se centró en un estilo vivaz y conceptuoso y en los temas amorosos. En lo sucesivo, y dejando de lado a Gómez Manrique, que pertenece al periodo antecedente, aunque vivió hasta cerca del fin del siglo, aquel modelo poético que había hecho las delicias en la Corte de Juan II de Castilla quedó apartado a ambientes letrados y periféricos, como el cartujano Padilla y Polo de Grimaldo, creador de una elegía a la desaparición de Fernando el Católico. Juan del Encina lo usó sólo en momentos muy particulares, como la elegía al príncipe Juan.