Autor dedicado especialmente al teatro, adjuntado con su hermano Serafín, a quien subsistió ciertos años, prolongando un género de literatura que nunca deseó firmar a solas, sino más bien sosteniendo el nombre de quien fue su compañero inseparable de vida y obra. En 1920, Serafín Álvarez Quintero ingresó en la Real Academia Española, y su alegato de recepción (contestado por Ricardo León) versó sobre sus ideas acerca de la escritura teatral. Y es que una función asumida por el teatro de los hermanos fue la de tranquilizar conciencias burguesas y conservadoras como las de los individuos que sacaban a escena.
Colaboración que no se cortó en 1905, cuando Serafín decide contraer matrimonio con la señorita onubense Dolores Sánchez Mora, unión fallida pronto por ataques de celos de la esposa, con seriedad enferma, y que se resuelve con el fallecimiento de la misma dos años tras las nupcias. Lo trágico domina en esta amplia y variada producción teatral. Cuando íbamos leyendo, releyendo, todas estas obras de los Quintero, íbamos experimentando la sensación de sentirnos envueltos en la atmósfera moral que circunda el poema tradicional de Jorge Manrique.
Álvarez Quintero, Serafín (1871-
Comediógrafos españoles populares como los Hermanos Álvarez Quintero. De entre su obra habría que poner énfasis asimismo sus libretos de zarzuela. Un teatro mucho más de adversidades que de auténticos conflictos, un teatro que jamás se deja influir por el panorama histórico lleno de modificaciones turbulentas y dolorosas que les tocó vivir como españoles. Un teatro que parece escrito desde un gabinete con las ventanas tapiadas.
Costumbristas y amantes de su tierra andaluza, los Quintero escribieron más de doscientos títulos en los que también, aparte de comedias, practicaron el drama, aunque sin arrimarse a la crítica social. Serafín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 26 de marzo de 1871-Madrid, 12 de abril de 1938) y su hermano Joaquín (Utrera, 20 de enero de 1873-Madrid, 14 de junio de 1944) fueron unos dramaturgos y poetas españoles populares popularmente como los hermanos Álvarez Quintero. El estreno de “Marianela” tiene sitio el 16 de octubre de 1.916, en el Teatro de la Princesa de Madrid. Al final de la obra, el público dedica una ovación atronadora a los actores y actrices, a los adaptadores y al propio autor. La Xirgu y los niños hispalenses, como ella llamaba a los Quintero, sostienen el cuerpo vacilante de Galdós sobre el ámbito, con los ojos húmedos de agradecimiento.
Dotados de un ingenio y gracia singulares, fueron maestros en la caracterización de tipos populares, y en hacer situaciones reflejo de las costumbres de la época. La familia se trasladó a Sevilla en 1889, y allí lograron trabajo de escribientes en el Ministerio de Hacienda. Comenzaron escribiendo sainete, entremeses y cuadros populares. El amor es el enorme razonamiento y el omnímodo recurso del mayor número de estas obras, por no decir de su integridad.
Libros De Serafín Álvarez Quintero
Entre sus obras están comedias, sainetes y zarzuelas. Estos autores son toda una revelación; significan un gran incremento en el caudal de nuestro tesoro literario. Traen una nota novedosa, rica, original, fría, espontánea, graciosa y simple; muy española, de un realismo poético y sin mezcla de afectación ni de atrevimientos inmorales. Tanto valen, que vencen al público por el sendero mucho más arriesgado, huyendo de proseguirle el mal gusto conseguido, dejando el torpe interés del razonamiento folletinesco o melodramático, por el que despierta la viva pintura de la vida ordinaria en sus aspectos y momentos expresivos y sugestivos. En 1.926 representó “Laso Flores”, una de las mucho más poéticas comedias de los Álvarez Quintero. Los dramaturgos sevillanos habían escrito una loa como complemento del espectáculo, titulada “los enormes hombres o El monumento a Cervantes” en contribución a la obra escultórica que se iba a llevar a cabo en honor al Quijote en la Plaza de España de Madrid, por lo qual habían cedido sus derechos de autor.
Los hermanos Álvarez Quintero, Serafín y Joaquín, son dos escritores utreranos que recalcaron por encontrarse entre los máximos exponentes del teatro costumbrista andaluz. Nos muestra uno de los mejores personajes femeninos de todo el extenso elenco ofrecido por este teatro. Y es que el teatro ideado por Serafín y Joaquín Álvarez Quintero supo concretar muy atractivos personajes femeninos, por lo que Azorín, en el ya aludido discurso académico, señalaba que “las mujeres dominan en el teatro de los Quintero. Como bien dijo Azorín en el discurso académico en el que le daba la entrada en la Real Academia Española al otro hermano, Joaquín, es “imposible separar, en el campo del arte, las vidas de los 2 dramaturgos”.
Utilizaron las distintas charlas populares andaluzas, pero siempre con equilibrio y distinción; nunca cayeron en la chabacanería ni en exageraciones absurdas en la pronunciación. Donde se transpone al campo de un quijotesco librero madrileño la historia de ingratitud y de picaresca del conocido pasaje cervantino que da título a la obra y por la que recibieron el Premio Piquer de la Real Academia De españa. Es una hermosa y casi eglógica pintura —se trata un teatro de forma directa derivado del costumbrismo decimonónico— de un típico patio sevillano y de las gentes que allí conviven. Que englobaba a ambos) y Serafín se ganaba unas pesetas de sobresueldo como copista y como lector de las obras del afamado sainetista y libretista de zarzuelas Miguel Ramos Carrión. En 1889 sucede el traslado de Serafín, con su familia, a La capital de españa, en donde él, adjuntado con su padre y su hermano, hallará acomodo en el Ministerio de Hacienda, rehaciéndose de esa forma, y en parte importante, la dificultosa situación de la economía familiar. Consecutivos éxitos con Las flores , El genio alegre y Malvaloca entre otras.
Cosas, personajes, escenas, pasaban raudamente, alegres, tristes, cordiales, cómicas, en confusión atractiva, dejando en el ánimo un dejo profundo de melancolía y de angustia. El mundo, como este teatro, trágico y cordial, se desvanecía en la corriente de los siglos. En el horizonte de la ilusión se muestran y desaparecen hombres y mujeres que nos entretienen un instante, que nos cautivan y que se van, dejándonos sumidos en la angustia. Con ellos se van también nuestras ilusiones y nuestra juventud. La predilección del público por los Quintero no es dependiente solo de que estos saben arrimarse a él y hablarle de cosas que le interesan, presentándole en graciosas figuras dramáticas sus propias intranquilidades, como en los afanes casamenteros de “Las de Caín”, en el cuadro de longevidad de “El centenario” o en la discreta sátira de “La prisa”. Hay otros motivos de mayor enjundia para esa compenetración entre el creador o los autores y el público.
Sevillapedia
Sus comedias “son espéculos de luna habitual, sutilmente empañados —apostillaba García Gómez— que puestos estratégicamente para conseguir una serie de refracciones y reflejos, cambian sutilmente la verdad andaluza, pero jamás en el sentido de la cruel caricatura, sino al revés, en el de la nostalgia sublimadora, hasta obtener plásticamente una imagen quintaesenciada”. Con el éxito de sus primeras proyectos se trasladan a Madrid para dedicarse absolutamente a la creación literaria. La obra “Su ojito derecho”, fue acogida con mucho éxito en la ciudad más importante. Y para corroborar el hondo sentido de la relación fraternal que tenían estos escritores, procuraron un hueco para agarrar en el desenlace de las una cantidad enorme de páginas de su obra una antología de la obra literaria de un tercer hermano, Pedro Álvarez Quintero. Al paso que se abre, entre 1900 y 1920, el periodo mucho más refulgente y señalado de todo el teatro de Serafín y de Joaquín, arte unido, sin rastro de distingo alguno, a los dos nombres, de manera inseparable. Mérimée que de todos los ejemplos de colaboración entre 2 autores que recopila la historia de la literatura, ésta de los Álvarez Quintero fue seguramente la más completa, la más absoluta y la más ininterrumpida.
Biografía De Serafín Álvarez Quintero
Y unos parágrafos más adelante, en exactamente el mismo artículo, deben admitir los dos hermanos que esa irrefrenable, y joven, vocación periodística hizo que “cuando nos trasladamos a Madrid a pelear por la gloria y por la vida, nuestro primer acto de alguna relevancia fue fundar uno [un periódico], de triste y tormentosa existencia, pero de noble y legítimo ideal”. Escritor en especial dedicado al teatro de humor y de costumbrismo andaluz, junto con su hermano, Joaquín, con el que firmó toda su producción, desde el primer título hasta su muerte, e inclusive aún después de producirse el óbito, su nombre siguió figurando al costado del de su hermano por espléndida decisión de éste. Margarita Xirgu vestida de la obra “Novelera” y los hermanos Álvarez Quintero. Una actitud diferente, mucho más libre, frente al arte y la vida, identifica la sensibilidad estética de este momento.
Viajan a Madrid en 1889 estrenando distintos sainetes líricos. Haría que redactar ese padrón de los personajes quinterianos, y sería el libro más curioso y representativo de la época. España entera pasaría en los folios en la sin limites variedad de sujetos. Ellos desfilarían con su oración característica en los labios, con su gesto donoso o tierno, con su pergeño local.