Presentó en la Exposición Aragonesa de 1885 ciertos libros y varias compilaciones de insectos, minerales y vegetales que fueron premiados con Medalla de 1.ª clase. La Diputación de Álava lo nombró cronista oficial de la provincia en 1899. Encabezó la sección de Zaragoza de la Sociedad Española de Historia Natural en 1900 y la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales en 1904. Perteneció además a otras instituciones, entre ellas la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, la Real Academia de Nobles y Hermosas Artes de San Luis y el Ateneo de Zaragoza. Su primera mujer, Basilesa Díaz de Chinchón, murió en ruta a Guatemala y en 1762 buscó sin éxito una licencia para volverse a casar. Fue perseverante, sin embargo, y con una licencia brindada en 1767 se casó con Josefa Olarte de Málaga, hija de José Olarte, administrador del monopolio de tabaco para la provincia de Madrid.
Unas grabaciones detallan a un Manuel Díaz como espontáneo de su padre como torero, siendo al final llevado a comisaría por la Policía Nacional. Tomó posesión del puesto el 6 de julio de 1767, después de un aplazamiento que le fue concedido debido a su matrimonio reciente. La mujer de Manuel Díaz ‘el Cordobés’, aterriza en Ibiza para ayudar a la 51 ª edición de la pasarela Adlib acompañada de su hija, Triana, y nos… »Sólo deseo añadir que, empezada en 1983, esta obra salió generando a lo largo de los años 84, 85, 86, 87, 88 y una parte de 1989, concretamente hasta el día 28 de junio , en que decidí ponerle el objetivo. Dedicó a sus alumnos múltiples libros educativos de Historia natural, Fisiología y también Higiene, que alcanzaron, como los dedicados a la niñez, varias ediciones.
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Y es especial pues fue su abuela Dolores quien sembró una en su finca. Un bonito aspecto que explota Anne para hablar de la niñez de El Cordobés, en el momento en que a nivel económico no sobraba nada, más que nada al criarse en una familia que subsistía con poco desde la posguerra. Finalmente, en 2016, la Audiencia Provincial confirma su identidad como hijo de Manuel Benítez, y también confirma la verdad de su madre. “De los mucho más tristes de mi vida”, recuerda, asegurando que lo logró por sus hijos, para “proporcionarles el derecho de comprender cuáles son sus raíces”. “Mi única escapatoria escencial era ser torero, para llamar su atención o para reprogramar mi existencia”, y añade que quería reivindicar la atención del hombre que “se suponía que era mi padre”. Solamente entrar a plató, nuestro personaje principal recuerda su juventud con un momento del que, en parte, se arrepiente.
Manuel Díaz, mejor conocido como El Cordobés, ha sido el último invitado de ’10 Instantes’. Por Decreto de 6 de diciembre y título de 26 de diciembre de 1752 fue nombrado para substituir a José de Pineda Tavares como oidor de la Audiencia de Guatemala. Consiguió licencia el 11 de octubre de 1753 para navegar a Guatemala con su mujer y tres criados. Su servicio acabó como producto de su mala salud y, en el mes de septiembre de 1765, el gobernador del Consejo de Castilla recibió orden de proveerle un puesto en un tribunal español a su regreso del Nuevo Planeta. Salió de Guatemala en 1766 y una ocasión de trabajo brotó en la solicitud de 7 de febrero de 1767, para el puesto de oidor de la Chancillería de Granada. Aunque Díaz no fue recomendado por la Cámara de Castilla, se le nombró para reemplazar a Joseph de la Portilla Bustamante.
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Sin embargo, como un duende malo que hace aparición en los momentos más inoportunos, llegó el desamor. La pareja volvía a reunirse para firmar un papel, pero esta vez tenía que ver con una separación matrimonial de acuerdo mutuo. “Es la única vez en la historia que un espontáneo no se tira al toro, se tira al padre”, comenta el hijo biológico de Manuel Benítez a Anne nada más sentarse con él. Eran instantes realmente difíciles, trabajaba en Córdoba de lavacoches”, concluye tras verse actuando sin control con esas imágenes. Si no fuera bastante sentir el rechazo de su padre, este momento recuerda el día en el que, aparte del rechazo, asimismo llegó el ataque. “El exmatador está requiriendo a los hombres de negocios que se abstengan de usar el sobrenombre con su hijo, no ha decidido arrancar acciones legales”, le notificaban en una entrevista en directo.
“Me tienen la posibilidad de quitar lo que deseen, pero la sangre no puede quitármela nadie”, responde entonces seguro de sí mismo. “Tuvimos mucho tiempo de novios, nos veíamos a escondidas”, explica El Cordobés. “Yo era el ceniciento, estaba descubriendo un mundo al que no había tenido acceso”, habla refiriéndose a la vida y ambiente de la empresaria y actriz. “Por circunstancias se acaba el amor, pero queda el respeto”, concluye.
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Y aunque próximamente parecieron rehacer sus vidas, siempre y en todo momento guardaron unas gotas de afecto el uno para el otro.
Sirvió en este puesto desde el 24 de marzo del citado año hasta su muerte. A lo largo del proceso de separación los dos demostraron que sobre todas las cosas son 2 personas elegantes. Se respetaron y lucharon pues la separación fuera lo menos traumática posible, sobre todo por su hija.
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Corría 1983 y aún le quedaban por enfrente diez años antes de tomar la opción alternativa, el once de abril de 1993, a través de Curro Romero. Fueron años en los que Manuel Díaz quería probar -en cosos de tercera y segunda categoría y como novillero- que su amor hacia el mundo del toro, y su arte, corría por las venas. Pues él siempre reivindicó que Manuel Benítez El Cordobés era su padre. En octubre de 1997 se casó con Vicky Martín Berrocal en la iglesia del Salvador de Sevilla. La pareja resplandeció cuando nació su hija, Alba, “una pequeña que ha heredado la raza del padre y la fuerza de su madre”.