Además de crear su Evangelio, el Nuevo Testamento abunda en alusiones a la figura de Marcos. Hace aparición en tres cartas de san Pablo, quien le llama Juan Marcos y lo menciona como «primo de Bernabé». Marcos acompañó a Pablo en su primer viaje apostólico, pero después unió su misión a la de san Pedro. El episodio de San Pedro y San Marcos revela que la preocupación primordial de los apóstoles y el medio en que todos reflexionaron eminentemente para la transmisión de sus enseñanzas fue la predicación oral.
Marcos oró al Señor y curó prodigiosamente la mano del remendón, que instantaneamente se bautizó con su familia. Al ingresar San Marcos en la aldea de Mendión, muy cercana a Alejandría, se le descosió milagrosamente una sandalia. “Muchas otras cosas hizo Jesús, las cuales, si se escribiesen una por una, creo que este mundo no podría contener los libros.” Aquí terminan los datos que sobre la vida del evangelista nos refieren los Hechos de los Apóstoles. Acaso por idea de éste, explicable por su aprecio hacia la patria chavala, se dirigen a Chipre. Atraviesan la isla de Salamina a Pafo, bautizando, entre otros, al procónsul Sergio Paulo, y reembarcan hacia las costas de Panfilia.
Deseamos Entender A Jesús
San Marcos era hijo de María, viuda al parecer, de alta situación, en cuya casa se reunía la primitiva iglesia de Jerusalén. Una vieja tradición nos testimonia que es la misma casa donde el Señor festejó la Última Cena e instituyó la Eucaristía, y que el hombre que llevaba el cántaro era nuestro Marcos, detalle conservado por el evangelista y usado también por San Lucas. Diríase que sus asesinos trataron de quemar su cuerpo, sin conseguirlo. Los cristianos de Alejandría salvaron su cuerpo intacto, lo envolvieron y le brindaron sepultura. En Venecia, Italia, se veneran, en la preciosa catedral de su mismo nombre, los restos mortales del evangelista, cuyo traslado de Alejandría se remonta al siglo IX. El que era un niño el año 30, por el 44 ya era un hombre y decidió marcharse a evangelizar con su primo, José Bernabé.
El cine y la literatura han planteado recientemente algunas cuestiones sobre la vida de Jesús. Teólogos expertos de la Facultad de Navarra responden con datos históricos a las cuestiones mucho más frecuentes.
Quién Es Jesus? Lección 1 El Nacimiento De Jesús
SAN PABLO “El día de hoy quisiera comenzar un nuevo período de catequesis que se dedica al gran apóstol san Pablo. A él, como sabéis, está consagrado este año que va desde la fiesta litúrgica de los beatos Pedro y Pablo del 29 de junio de 2008 hasta la misma celebración del año 2009”. Audiencia del 2 de julio 2008 El apóstol Pablo, figura excelsa, casi inimitable, pero de todos modos estimulante, se nos presenta como un caso de muestra de total distribución al Señor y a su Iglesia, así como de gran apertura a la raza humana y a sus culturas. Merece la pena, por consiguiente, que le dediquemos un espacio especial, no sólo en nuestra veneración, sino más bien también que nos esforcemos por comprender lo que nos puede decir también a nosotros, cristianos de hoy. Los atributos de Marcos Evangelista son el león en el desierto ; se le puede representar como un obispo en un trono decorado con leones; como un hombre que contribuye a los marineros venecianos .
De manera frecuente se le representa manteniendo un libro con pax tibi Marce escrito en él o manteniendo una palma y un libro. Otras representaciones de Marcos lo muestran como un hombre con un libro o pergamino, acompañado por un león alado. El león también podría estar asociado con la resurrección de Jesús pues se pensaba que los leones dormían con los ojos abiertos, por lo tanto, una comparación con Cristo en su tumba y con Cristo como rey. Marcos se halla en Roma el año 67 cuando mueren los 2 Apóstoles, San Pedro y San Pablo. La tradición afirma que Marcos evangelizó como Obispo de Alejandría, en Egipto, donde realizó varios milagros y estableció una iglesia y su conocida escuela cristiana, nombrando un obispo, tres presbíteros y siete diáconos y murió allá como mártir en el año 68, un 25 de abril.
Quién Es Nuestro Señor Jesucristo?
Después, cuando vio el Evangelio redactado por San Marcos, aconsejó su lectura en las iglesias, según refiere Eusebio. Unos diez años más tarde encontramos a Marcos en Roma como intérprete de San Pedro y, un poco después, como escritor de su evangelio, según lo muestra la tradición. Sabemos que liberado Pedro por el ángel, se dirigió a la vivienda de María, la madre de Marcos, donde era muy familiar. El nombre de “Marcos” es en realidad el sobrenombre griego de un judío de Jerusalén llamado Juan. El Libro de los Hechos de los Apóstoles le enseña en relación con los apóstoles Pedro y Pablo.
Mediante ella, y por tradición, se han conservado en la Iglesia muchas cosas que no encontramos consignadas en las Santas Escrituras. Y, consiguientemente, nos encontramos en lo cierto los católicos al admitir, contra los protestantes, como doble fuente de revelación la Escritura y la Tradición. Ahora, por los años 42 al 44, frente a las premoniciones insistentes que preanunciaban una grande hambre en Palestina, los fieles antioquenos habían hecho una colecta para los de Jerusalén, y Bernabé y Saulo habían venido a traerla. Después de Pentecostés prosiguió siendo la casa de María el centro de asamblea mucho más frecuentado por los apóstoles y quizás la morada frecuente de San Pedro. Allí se hizo la decisión de San Matías, allí se festejaba la “fracción del pan”, allí hacían entrega de sus haberes los nuevos convertidos para que los apóstoles al comienzo, y después los diáconos, los distribuyesen entre los pobres.
Acompañó a Pablo y Bernabé en sus recorridos apostólicas por Chipre y otras ciudades. Por ello, se convirtió en uno de los cuatro grandes, junto con Lucas, Mateo y Juan. El niño Juan Marcos del año 30 era ahora un hombre cuando el año 44 decidió irse con su primo José Bar Nabu\’ah a la localidad del Orontes. Quizás era suyo también el huerto de Getsemaní —”Molino de aceite”—, en el monte de los Olivos, donde el Señor acostumbraba a pasar las noches en oración en el momento en que moraba en Jerusalén.
José creyó desde el comienzo y quién sabe si hasta prosiguió al Maestro en alguna de sus correrías. Los apóstoles aprovecharon muy pronto para la catequesis entre los judíos su enorme conocimiento de la Ley, y, visto su celo en el desempeño de su ministerio, le apellidaron Bernabé —”Bar Nabu\’ah”—, el hijo de la consolación o de la profecía, el hombre de la palabra dulce e insinuante. Hay que delimitar, no obstante, que San Pedro no fue el único maestro de San Marcos, sino que antes había sido acólito de Pablo de Tarso, pero este emprendió el primer viaje como misionero al lado de su primo Bernabé.