Pero la importancia de Larra en la literatura de españa radica en los productos periodísticos. De él se ha dicho que es el mejor periodista español de su tiempo y el creador del periodismo moderno. Desde muy joven fundó distintas publicaciones satíricas y cooperó en esenciales gacetas y periódicos de su temporada. Empleó diversos pseudónimos para firmar sus colaboraciones, hasta adoptar finalmente el de “Fígaro”. Aunque Larra escribió alguna novela y una obra teatral, es popular por sus famosos productos de costumbres, en los que el autor destila ironía y un incesante ataque a la inoperancia de numerosas instituciones.
Para el escritor, la única salida a su pesimismo y honda depresión era irse de este planeta. La negativa de Dolores Armijo a continuar con su relación fue, según sus biógrafos, lo que acabó de convencerle de que la vida ya no tenía sentido. Mariano José de Larra se considera, aparte de entre los mayores representantes del Romanticismo español, al lado de figuras de la talla de Gustavo Adolfo Becquer, Zorrilla o Rosalía de Castro, entre los cronistas satíricos más esenciales de este país.
El Romanticismo surge en Alemania y Reino Unido a finales del siglo XVIII, alcanzará su expansión en la primera mitad del XIX y se difundirá por el resto de Europa. Nace como una reacción a las tendencias neoclásicas, a la imitación de los clásicos de la Antigüedad y al canon que se había asentado en el temporada. Y aquí coincidió, hasta 1822, con Bretón de los Herreros, luego testigo de su boda.
Planificador De Viaje
Recordado por sus aportaciones a la literatura y al periodismo, Larra fué reconocido, además, como una figura que encarna los valores del Romanticismo; una figura melancólica cuya vida se vio truncada por el desamor y su posterior suicidio. Se suicidió en 1837, por amor a Dolores Armijo, pegándose un tiro en su domicilio, a los veintiocho años, por este motivo, aunque no compartió los postulados literarios del romanticismo, su agitada vida y su muerte lo transformaron en modelo del romanticismo. Pero el matrimonio distó mucho de ser feliz, algo que nuestro autor reflejaría en su producto El casarse pronto y mal.
Esta situación hará que Larra deba retractarse públicamente y terminará cerrando su periódico. Larra nació en Madrid en 1809, pero próximamente su familia se exiliaría a Francia para, posteriormente, regresar a La capital española. La familia cambió de residencia en múltiples oportunidades, su padre era médico y Larra empezó asimismo sus estudios en medicina, pero no los terminó. Cambronero murió en Manila tres años después; de la amante de Larra se pierde el rastro desde el 13 de febrero.
En su juventud, se enamoró de una mujer mayor que resultó ser la amante de su padre; se casó con 20 años con una muchacha llamada Josefina Wetoret con quien tuvo una hija. No obstante, no se trató de un matrimonio feliz, sino Larra y su esposa parecían no encajar en absoluto. Se ha descrito a Josefina como absurda, superficial y fácil, algo que, por supuesto, desentona con lo que el día de hoy conocemos de Larra. Ese día, lleno de alegría y colorido para la mayoría, Mariano José de Larra decidió terminar a su historia pegándose un tiro en la sien. Fue su hija Adela, de solamente cinco años, quien descubrió el cadáver de su padre en su despacho, yaciendo al lado de un charco de sangre.
La Histórica Es De España
Larra fue periodista, crítico satírico, escritor costumbrista y creador de más de doscientos artículos de prensa, varios de los que escribió bajo los seudónimos de Fígaro, El Duende, Bachiller y Juan Pérez de Munguía. Su producción literaria puso el foco en la España de su tiempo, y en ella no van a faltar ni la crítica ni la sátira. En verdad, su vida se vio intensamente marcada por el desamor, un profundo infortunio con su país y una desesperanza sin antídoto. Su padre era un popular médico afrancesado, lo que obligó a la familia a moverse a Francia tras la derrota francesa de 1813. Vivió sus primeros años de vida en el país vecino, del que hereda el espíritu enciclopedista y el gusto neoclásico que se perciben en su obra.
Larra se expone como un hombre agotado de su país y terminará por salir de España. Todo ello favorece que medren los nacionalismos, la realidad es distinta en cada rincón y los autores escriben desde su propia visión. Hace aparición la conciencia del yo como entidad completamente autónoma, donde la originalidad y la melancolia cobrarán protagonismo.
Individuos Citados En Esta Biografía
Uno de sus biógrafos mucho más fiables, Cayetano Cortés, asegura, quizá con determinada hipérbole, que a los nueve años solamente sí sabía hablar español. En 1835 emprendió un viaje a Portugal, Londres, Bruselas y París, donde conoció a Victor Hugo y Dumas. En 1836 fue escogido diputado por Ávila pero el motín de La Granja le impidió ingresar en funciones. Una actitud diferente, mucho más libre, ante el arte y la vida, identifica la sensibilidad estética de este momento.
Sobre El Creador
Por tal razón no es de extrañar que las autobiografías adquieran relevancia y, al tiempo, el sentimiento innovador. En cada país se dará de diversas formas, en España, se dio de manera tardía y se vio ensombrecido por el progreso del realismo. Los estudios aprobados en Valladolid fueron Lógica y Ontología, Metafísica, Aritmética, Álgebra, Geometría, Heleno y Botánica. Larra fue hijo de un médico “afrancesado” y pasó su niñez en Francia, donde asistió a 2 institutos, así como en varias ciudades españolas. Inició estudios de Derecho en La capital española y Valladolid, y de Medicina en Valencia, con escaso éxito académico.
Algunos de los autores mucho más representativos de este periodo de tiempo son Espronceda y el Duque de Rivas; entre los géneros, destacan el folletín o la novela por entregas y los artículos de prácticas, donde Larra será primordial. El artículo de prácticas detalla ocasiones como fiestas, comportamientos, valores… y le aporta cierto componente satírico o nostálgico. Larra curioseaba en la sociedad y, más tarde, la criticaba; charlamos de un hombre lleno de contradicciones que harían que muriera de forma prematura. Solía divulgar don Mariano José de Larrabajo los pseudónimos deFígaro,Duende,BachilleryEl pobrecito hablador. Su niñez transcurrió en alguna parte en el exilio debido a la calidad de afrancesado de su padre, un médico que marchó entonces con la familia a vivir a Burdeos y luego París. No volvería a conocer su natal La capital de españa el autor, hasta 1818 en el momento en que Fernando VII dio la amnistía al doctor de Larra.