El enemigo tenía un puesto adelantado defendido con tiradores emboscados en la Aldea de Venta y Media, pero los observadores mandados a descubrirlo tuvieron una falsa impresión, lo cual impulsó a Rodríguez a llevar a cabo una imprudente acometida que fue rechazada ferozmente. Reunido el Ejército en Humahuaca para comenzar las hostilidades contra el frente realista del Prominente Perú, Rondeau confió a Rodríguez la vanguardia. Desde Humahuaca, Rodríguez avanzó con una patrulla de su vanguardia sobre el pueblito de El Tejar, adonde llegó el 19 de febrero de 1815, sin avistar al enemigo. Volvió a Buenos Aires para desempeñar el cargo de jefe del Estado Mayor General, designado por decreto de 4 de junio de 1813; pero fue nuevamente destinado al Ejército del Norte a inicios de 1814, bajo el mando de Rondeau. El general Alvear deseó suplantar a Rondeau de la jefatura de aquel ejército como antes lo había hecho en el de la Banda Oriental. Consiguió el nombramiento a inicios de diciembre de 1814, pero la noticia fue mal recibida por la oficialidad.
El domingo 13 de febrero de 2022 murió nuestro colegiado Martín Rodríguez Gamero. Martín Rodríguez Gamero fue presidente de este Instituto durante 12 años, y ostentaba la medalla de oro de esta Institución. Veterinario de enorme prestigio y reconocimiento, perteneció al Cuerpo Nacional Veterinario. Fue Jefe Provincial de Ganadería y más tarde Jefe de Sanidad Animal de Huelva durante varias décadas.
Libros De Javier Martín Rodríguez
Martín Rodríguez, antes de entrar a la Cátedra zamorana, consiguió la dignidad de arcediano de la Iglesia de León durante cuando menos tres años, desde diciembre de 1214. Debió de tomar posesión de la sede zamorana a finales de 1217, en tanto que el 9 de enero de 1218, el papa Honorio III ordenó al Cabildo de León conferir el arcedianato de León por estar vacante al haber sido nombrado su titular obispo de Zamora. Su adhesión fue premiada por Saavedra nombrándolo general en jefe de Caballería del Ejército Socorrer del Prominente Perú en el momento en que el presidente preparaba su expedición a Brinca al frente de los refuerzos para los restos del ejército destruido en Huaqui, a orillas del Desaguadero . Pero Rodríguez se quedó en la capital, quizá para apoyar al gobierno de la Junta contra la oposición envalentonada por la noticia del viaje de Saavedra. La Junta lo nombró entonces comandante general de Frontera, para que se entendiera con los indios nómadas del sur. Entre 1825 y 1827 Martín Rodríguez dirigió el ejército de observación en la guerra argentino-brasileña.
En la asonada del 1 de enero de 1809, la defensa del virrey conminado corrió al cargo de los cuerpos de Patricios, Arribeños, Montañeses y del escuadrón de Húsares que mandaba Rodríguez, el que desempeñó un papel fundamental en aquella día. Desalojados los ingleses, se hicieron fuertes en Montevideo, para volver sobre la capital. En 1807 se formaron cuerpos de milicias y entre ellos destacó el escuadrón de Húsares de Puerreydón que pronto estuvo bajo las órdenes de Rodríguez, el cual pagó la instrucción militar y mantuvo a su costa a varios voluntarios. El Padre Martín, a sus más de noventa años, manaba dinamismo, buen humor, fortaleza y energía no exenta de algún conato de genio por su condición de humano, todo llevado con una gran humildad. Insignia de Oro de la Federación De españa de Pelota, por su apoyo, divulgación, promoción a favor del deporte de Pelota. Ponente en las Jornadas de Gestión y Dirección de Espacios Escénicos.
Jesús Martín Y Rodríguez Caro
El obispo, como señor de su señorío, dio carta de población a los futuros pobladores de Venialbo y un fuero de población a Morales de Toro . Las constituciones generadas en su episcopado abarcan multitud de temas. Los navíos de Brown, que bloqueaban Montevideo representando a Rosas, dictaminaron el duelo de reglamento en homenaje a sus glorias militares. Sus restos fueron repatriados en 1891 y sepultados en el Cementerio de la Recoleta.
Ordenando al Cabildo y diócesis de León y a misma la localidad que mostrasen la obediencia y reverencia debida al nuevo rector de la diócesis. Cuando Lavalle se levantó contra la autoridad de Borrego el 1 de diciembre de 1828, Rodríguez acompañó al jefe rebelde hasta el combate de Navarro. Por año siguiente fue nombrado comandante general de armas, general en jefe del Ejército, ministro de Guerra y gobernador encargado en remplazo del almirante Brown. Esta adhesión al partido unitario lo forzó a emigrar a Montevideo tan pronto como Juan Manuel de Rosas aceptó la primera magistratura de la provincia.
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Sus predecesores sostuvieron una aceptable relación con la Orden y entre 1211 y 1220 formó parte del señorío episcopal, hasta que Alfonso IX la concediese al maestre Martín Peláez con su jurisdicción. Desde 1222 don Martín alcanzó acuerdos con los freires sobre los diezmos del peaje y aceñas de Castrotrafe, y el pago del portazgo en la confía por los hombres de la villa episcopal de Manganeses . Y delimitación de las jurisdicciones tanto episcopal como realenga, prohibiendo la adquisición de bienes realengos sin autorización regia . Fernando III asimismo defendió al obispo contra el concejo extradiocesano de Ledesma para que no exijieran la tercia a Moraleja de Sayago .
Al rey Fernando III le solicitó que apoyase al obispo, y devolviera las rentas episcopales retenidas en el período de sede vacante. En la ciudad más importante fue sometido a un tribunal militar por la derrota de Venta y Media, siendo absuelto en octubre de 1818. Tras la catastrófica derrota de las fuerzas argentinas en Sipe-Sipe , Rodríguez abandonó la presidencia de Charcas y huyó hacia la provincia de Salta.
Pero es necesario precisar que una vez promocionado a León, el obispo no recibió ninguna, y poner énfasis la figura de don Florencio arcediano con Martín I desde 1209 y deán desde 1219 hasta su muerte 1237, que cooperó en sesenta comisiones. En conclusión, se puede decir que era tan esencial el aparato de dignidades zamoranas como el prestigio intelectual del prelado. En la sede zamorana se aunaba la tradición legada por otro importante jurista y glosador como su antecesor, y la ubicación de la diócesis en la frontera con Portugal. Era un lugar seguro para asistir y auxiliar a los obispos lusos en enfrentamientos permanentes con los reyes de Portugal.
Juan De Tassis Y Peralta
Premió la Junta sus servicios ascendiéndolo al nivel de coronel de Ejército. En el mes de febrero de 1811 viajó a la provincia de Entre Ríos a organizar el socorro del Ejército de Belgrano, que combatía en Paraguay. No respondió la provincia a sus esperanzas y se vio achicado a la impotencia, mucho más cuanto aquel Ejército empezó a retroceder tras las derrotas de Paraguari y Tacuarí, que lo expulsaron del territorio. A su vuelta encontró la localidad agitada por los disturbios, y tomó parte en la revolución del 5 y 6 de abril en defensa del presidente Saavedra, a quien la juventud morenista quería derruir a toda costa. Expulsados los ingleses, los cuerpos voluntarios han quedado como guarnición permanente de la región, lo cual logró de ellos una fuerza definitiva en los enfrentamientos políticos que se avecinaban. Ocupada España por los Ejércitos de Napoleón y destituido y preso el Rey, el Cabildo de Buenos Aires pidió la suplantación del virrey Liniers por una junta de gobierno, apoyado por los batallones de Gallegos, Vizcaínos y Catalanes.