Quizá no sea una obra redonda, pero Maudie es un interesante propuesta para conocer mucho más de cerca la vida y la obra de una artista fascinante y desconocida que logra hurtar el corazón del espectador, en especial cuando observamos imágenes reales de ella con la enfermedad ahora avanzada en las que hace aparición viendo a cámara con una sonrisa contagiosa. Un plano para enmarcar, como las pinturas llenas de vida que acostumbraba a retratar. Walsh pone el foco de atención en cada pequeño detalle, en la frágil forma donde la pintora autodidacta dejaba fluir su imaginación llenando de colores alegres las paredes de la pequeña casa donde habitaba al lado de Lewis.
Maud Dowley es una alegre y vivaz mujer que sueña con independizarse de su protectora familia. Tras ver su anuncio, Maudie no tarda en mudarse a la pequeña y aislada casa de Everett para ocuparse de las tareas del hogar. Pero lo que empieza siendo una bien difícil convivencia entre dos polos opuestos va poco a poco transformándose en una bonita historia amorosa. Fundamentada en hechos reales, la película cuenta la historia de la pintora canadiense Maud Lewis, de su relación con el que se convirtió en su inseparable compañero de vida Everett Lewis, y de de qué forma sus fáciles pinturas llegaron a ser vistas y reconocidas por todos los rincones del país, transformándola en entre las artistas folk más representativas de Canadá. Me puse a conocer esta película sin saber nada de la vida de Maud Dowley Lewis ( 7 de marzo de 1903 – 30 de julio de 1970) y me encantó.
Librosarte, Un Nuevo Término De Galería
Destaca el color verde y el cobrizo, colores típicos de la primavera, y tenemos datos naranjas, colorados, rosas y amarillos que dan la vida común en las obras de Maud Lewis. Es muy estática y también procura añadir mucho más detalles que en las precedentes, es el caso de la cadena o de las decoraciones de las riendas y el carro. Abrir un libro de historia del arte es darse de bruces con el machismo que ha reinado en la sociedad durante siglos. Las mujeres fueron alejadas de estos campos desde el comienzo, y cuando por fin llegaron, no se las tuvo en cuenta.
Silvia Casasola nos comenta que Maud Lewis tuvo una infancia más o menos feliz, hasta que la artritis se apoderó de ella en la adolescencia, impidiendo que su cuerpo tuviera un avance normal. En lo que se refiere a su acercamiento al arte de su personaje principal, lo que compete a estas páginas, esta nueva propuesta de Aisling Walsh no se detiene en la técnica propiamente esa. Apenas una secuencia donde Everett le compra unos pinceles –al comienzo, Maud pinta con los dedos– le basta a la realizadora.
Nuestro arte contemporáneo empezó una operación de memoria histórica con ellas. Aún de este modo, la película tiende a exagerar las situaciones por el bien del diversión, no hay mucha información sobre la relación privada entre el Everett y la Maud real, pero se conoce que era una relación mucho más entretenida que la que cuentan en el largometraje. Los comienzos son afines, los dos llenos de tensión y discusiones, no obstante, contamos constancias de hechos que la película escoge apartar o variar para mantener así la relación problemática de ambos.
Cine Y Arte
El tamaño estaba limitado por la medida en que podía desplazar los brazos, que habían sido afectados por la artritis reumatoide. Usó eminentemente paneles de yeso y cilindros de Tinsol, una pintura a partir de aceite. La técnica de Lewis consistió en recubrir primero el tablero con blanco, entonces dibujar un contorno y aplicar pintura de manera directa fuera del tubo. Lewis usó colores refulgentes en sus pinturas, y los temas con frecuencia eran flores o animales, incluidos bueyes, caballos, pájaros, corzos o gatos. Muchas de sus pinturas son de situaciones al aire libre, incluidos los barcos de la Isla del Cabo flotando en el agua, caballos tirando de un trineo, patinadores y retratos de perros, gatos, ciervos, pájaros y vacas.
No es de extrañar, ya que la misma casa de 3×4 metros era una obra de arte pintada por nuestra Lewis durante años. En este preciso momento, la casa del matrimonio puede visitarse en las instalaciones del Art Gallery of Novia Scotia. Naomi Parker Fraley, la mujer que inspiró este cartel \’We Perro Do It\’ durante laSegunda Guerra Mundial, icono del feminismo, murió el pasado 20 de enero a los 96 años de edad en la localidad de Longview, en el estado de Washington .
Un dinero que, no obstante, jamás manejó ni ayudó a prosperar su insuficiente salud. En efecto, la fragilidad a la que condenó la patología a la verdadera Maud, se vio aumentada tras la pérdida de sus progenitores, que la dejó bajo la tutela de su hermano. Siendo éste un desaprensivo que no vaciló en vender la vivienda familiar para procurar en vano abonar sus deudas, Maud Lewis fue a vivir con su tía Ida, interpretada por Gabrielle Rose en la película.
Replies To “maud Lewis: La Grandeza De Una Artista Folk”
Hija de John y Agnes Dowley padeció desde temprana edad, siendo solo una joven, de artritis reumatoide reumatoides. Fue por su madre que se adentró al planeta del arte, ella le ensenó el arte de la acuarela a fin de que de esta manera pudiese llevar a cabo tarjetas de Navidad, de esta manera empezó su primer trabajo, vendiendo dichas tarjetas de Navidad. También le procuró instruir un tanto del arte de la música, si bien esto fue más complicado, pero acabó aprendiendo algo de piano, no obstante, tuvo que dejarlo por la artritis.
Para mí es una película muy recomendable y que me permitió entender a esta mujer, Maud Dowley Lewis. Una vez hablado de los individuos, nos alejamos para charlar de los niveles y como estos procuran hacer un paralelismo con las proyectos de Maud Lewis. Es concreta y funciona como fácil contorno, ya que queda opacada por el color. Es fina pero directa, con esto me refiero a que no se diluye como en el caso de pintores como Da Vinci el que sostiene la forma, pero sin una línea determinada.
Más En Cine
El actor Ethan Hawke da vida al marido de la artista canadiense Everett Lewis. En el último año de su historia, Maud Lewis se quedó en un rincón de su casa, pintando tan a menudo como ha podido mientras viajaba de ida y vuelta al hospital para recibir régimen por problemas médicos. Su esposo Everett fue asesinado en 1979 por un ladrón durante un intento de hurto en casa de la pareja. Maud Lewis acompañó a su esposo en sus rondas diarias vendiendo pescado de puerta en puerta, trayendo tarjetas de Navidad que ella había dibujado. Vendería las tarjetas a cinco centavos cada una, exactamente el mismo precio que su madre había cobrado por las tarjetas que había hecho cuando Maud era pequeña.
La obra resume en dos horas la vida de Maud Lewis desde el momento en que se independiza hasta el momento de su muerte siempre en compañía de Everett su marido. Cree sin dudar ni un segundo en el poder del arte, y en que estos filmes que detallan a mujeres empoderadas sirvan para “redescubrirlas”. “Creo que es importante recordar a las mujeres que vinieron antes en el mundo del arte porque son ejemplo para las nuevas generaciones”, añade. Sabe también que “los cambios son pausados”, y pide a las mujeres que “luchen y tengan seguridad en que pueden llevar a cabo lo que deseen”. Este sería el principio de una historia de amor excepcional entre una pintora autodidacta que nunca salió de su pueblo y un hombre solitario huraño que le costaba tener relaciones con la multitud.