Me llevé bien con él, o tal vez sería mucho más adecuado decir que él se llevó bien conmigo. A veces me hago una pregunta qué pensaría el hombre si pudiera ver este género de performances de su hijo. Su irritabilidad en frente de los tontos era un rasgo acusado de su carácter.
Ahora será Julia la que decida si desea soportar otra vez mucho más al \’broncas\’ de Pradera. Ha sido en este lote, en el de la provocación, en el que Máximo Pradera ha señalado más en los últimos tiempos. Pues su prometedora carrera televisiva (llegó a ser el elegido para disputarle el trono de las noches a Javier Sardá y su Crónicas Marcianas) no cumplió las expectativas. Su última participación habitual ha sido en un talent show de La 2 sobre música tradicional. Máximo Pradera comienza su artículo lamentando que la periodista Julia Otero tenga cáncer pues “la mayoria de las veces le toca la china a quien no se lo merece”, pero en referencia al azar con el que esta enfermedad golpea a la gente, se pregunta si “no había otra persona en el planeta”.
Mozart popularizó los recitales por suscripción, o sea, sesiones para las que los burgueses de la época que les encantaría ayudar debían pagar una especie de abono. Pradera terminó borrando el tuit pero prosiguió de bronca en bronca. Solo un mes más tarde volvía a estar en el foco por haberse mofado del aspecto de una de las tertulianas del programa La Sexta Nocheal preguntarse si “¿se puede ir a un enfrentamiento en la tele con 2 servilleteros colgando de las orejas?
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Conviértete en socia o colega de infoLibre para entrar a todo el contenido en única y andar sin publicidad. Al tiempo, vas a estar apoyando el periodismo libre e independiente. Enseña el autor que, desde la vieja idea de que la música amansa a las fieras, se ha propuesto “combinar leones y corderos”, o sea, personas a las que admira y otras por las que no siente “exactamente respeto, como Stalin, Hitler o Franco”. Con la inclusión de estos últimos, quiere Pradera que el lector luche contra los “clisés mentales que todos tenemos y que nos llevan a meditar que a alguien maligno solo le gustan cosas horripilantes”. Publicamos esta información en abierto merced a nuestras socias y socios.
Más belicoso fue en 2015 contra el períodico ABC, al que acusó de manera directa de ser “un felpudo para nazis”. Las proyectos del principal creador del bloque nacional, Víctor Pradera, -bisabuelo de Máximo Pradera- fueron prologadas por Franco, a petición de su esposa. Desde la emisión del primer programa, la cadena le pidió que dejara de mirarse tanto el ombligo. En los corredores de la cadena, llevaban tiempo augurando el fracaso de quien llegó imponiendo un aparato propio, sin contar con la experiencia de la multitud de la vivienda y presumiendo de que iba a hacer un programa marca Canal Agregado.
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En el momento en que aún no había cumplido los 20, su obsesión era ser intérprete de música clásica. Estudió en un conservatorio (toca el piano, la guitarra y algún que otro instrumento de cuerda), para después enrolarse en el conjunto Atrium Musicae, donde tocaba la vihuela. Comenta además de esto en este libro un detalle relativo al entierro de Almudena Grandes, donde no sonó su canción favorita de Sabina, De purísima y oro, sino más bien Noches de boda, para evitar polémicas con los antitaurinos.
Periodista y escritor de guiones español, Máximo Pradera es conocido por su trabajo como presentador televisivo y radiofónico en programas como Lo + plus, El peor programa de la semana, Maldita la hora o Ciclos, dedicado a la música clásica. “No me creo a nadie que afirme que solo escucha música tradicional o rock”, apostilla. Lenin, por su lado, reconocido melómano, gozaba afinando canciones de pelea política y revolución pero, al mismo tiempo, le encantaba el folclore de su país y escuchaba música clásica de Chaikovski o Schubert. Entre sus favoritas, claro, La En todo el mundo, calificada en más de una ocasión como la canción más peligrosa del mundo. “La llamaban de esta forma y hizo mucha pupa, efectivamente”, corrobora el creador. El lector que no sepa de música, por su lado, puede también ser consciente por medio de estas páginas de que “la música es un consuelo, porque las canciones sirven para consolar en instantes en los que andas puteado”.
Biografía De Máximo Pradera:
Después el enemigo tomó forma de computador y se negó en redondo a tocar un teclado. Se obcecó con el ajedrez hasta el momento en que entendió que nunca podría ser Kasparov y se pasó al billar hasta que entendió que jamás ganaría a José Luis Coll. «De esta manera es Máximo en todo», afirma Carlos Tapia, colaborador de su programa Maldita la hora, amigo y compañero de trabajo desde hace 2 décadas. «Se exprime hasta que considera que alcanzó el máximo y lo deja». Santiago González redacta sobre política y ciertos asuntos lindantes.
En breve, Julia Otero va a enfrentarse a ese tratamiento ‘chungo de narices’. En 2014 despidió de su programa a Pradera y a Naranjo tras su enfrentamiento. Pero Máximo regresó y le dio una sección de curiosidades musicales, donde prosigue participando de manera semanal.
El periodista ha sido despedido, en esta ocasión el períodico Público, por una columna de opinión en la que se refería a la patología de Otero. En la parte le terminaba deseando un cáncer a Macarena Olona, José María Aznar o Donald Trump. El digital ha emitido una nota donde, igual que hicieron en Onda Cero en su momento, desmarcaba estas palabras de su línea editorial. «No había competencia», afirma un especialista en televisión equiparando los programas de Sardá y Pradera.