Fuera ahora el luto de la esterilidad, pues que puedo vestir el traje rozagante que adorna a la mujer fecunda. Regocíjese conmigo la otra Ana que sufrió los insultos de Fenena, y a vista de este nuevo y también inesperado milagro que en este momento en mí se genera, alégrese de nuevo al recordar el de el. Tales son los datos que el Beato escritor nos suministra como tradición cristiana viva y que existe entre esos pobladores y siglos. Esto es cuanto a la vida del Santurrón Patriarca padre de María, sabemos; respecto de los demás actos de la vida del venerable Joaquín los iremos relatando juntamente con la vida de María por la unión íntima en que prosiguen los hechos de la vida de padres e hija. No es fácil ni viable explicar lo que pasarla en el corazón de Joaquín y Ana con la promesa de ser padres de la que tenía que ofrecer el ser al Mesías prometido.
La observaremos llena de desconcierto y alegría en las bodas de Caná ante el milagro de su Hijo, y con Ella sufriremos en la calle de la Amargura y en el Martirio ante la bárbara crucifixión de su Hijo, y nuestro corazón se despedazará con el despiadado tormento; la acompañaremos al sepulcro y con Ella gozaremos al verle resucitado, y por último la acompañaremos en su soledad, hasta que la desaparición la eleva al trono de su Hijo, siendo recibida llena de gloria por la Trinidad santa, que la corona por Reina de cielos y tierra. Tal es el encanto que en mi alma genera tu beato nombre, tierra bendita de nuestra redención, y suenas en mis oídos tan armónicamente, como dulce y embelesador el nombre de María se graba en el alma. Esta imagen que se venera en su capilla de la nave de la Epístola de la Parroquia es obra del escultor Blas Muñoz de Moncada, con quien el 24 de agosto de 1664 la Fraternidad contrata su hechura. En la escritura, lanzada por la archivera de la Parroquia de Santa Ana y bibliotecaria de la Capacitad de Teología de Sevilla Amparo Rodríguez Babío, este escultor se comprometía a realizar una Imagen de Sr. S. Joaquín para la esa Hermandad, de siete cuartos de prominente, sin la peana (…) y dorada y estofada la dicha Imagen y peana y con su cordero a los pies (…) la cual voy a tener acabado en toda forma para el día último del mes de Enero del próximo año de mil y seisciento y sesenta y cinco”. Lo que entendemos de ellos, tal como de los progenitores de Juan el Bautista, o sea Zacarías e Isabel, esta última hija de Ismeria, hermana de Ana, nos viene de la tradición hagiográfica posterior y de los evangelios apócrifos.
Allí naciste, y mecida por las brisas del Mediterráneo, pasó su infancia la Reina de los Cielos, y en tu seno se comprobaron todos y cada uno de los misterios de la redención del humano estirpe, santificándote para los siglos. Yo te saludo, tierra sagrada de promisión; tú fuiste la prometida de Dios al pueblo de Israel y la fuente de alegría para el planeta con el nacimiento de María y de Jesús, pues de ella nos vino la fe, la promesa y el cariño a nuestros hermanos. Yo contemplo al Sinaí envuelto en los rayos de la Majestad Suprema, dando la ley al pueblo elegido, y a Moisés, hundida su frente en el polvo frente al Dios Creador. Yo veo el Suplicio, ara santa del sacrificio del Hijo de Dios, y la Cruz que enorme, estrecha y ciñe la redondez de la tierra con sus brazos, nudo de amor y de sacrificio regado con la sangre del Mártir, que tantos millones de mártires tenía que sembrar sobre la tierra, y veo, finalmente, el Thabor, altar sagrado de la Transfiguración de Dios Hijo en luz muy clara, representación de la verdad y claridad del Evangelio. Subamos a las oscuras montañas por entre la densa arboleda, y allí enriscada sobre las peñas hallaremos la desconocida aldea con pocos habitantes, y verémosla en ese alegre día del Otoño en que el campo lleno de frutos celebra con sus formidables dones la venida de María, llena de banderolas y flores, enramadas sus pedregosas calles con el mirto y el mastranzo que las perfuman para ser útil de recorrido a la morocha imagen de la Madre inmaculada. Buscad en España una ciudad, un pueblo, una aldea, un caserío sin una imagen de María, no le hallaréis, no; es realmente difícil que permanezca pueblo alguno en nuestra España, en que no se dé culto a entre las infinitas invocaciones de María, como es infinita su clemencia para con el pecador.
De Julio, Día De La Ciudad De Santiago Apóstol, Patrón De España Y Galicia
Santa Ana y San Joaquín son los padres de la Virgen María, y por tanto, los abuelos maternos de Jesús. Cada día 26 de Julio, festejamos y reconocemos la enorme labor que hicieron en la educación de la Virgen María. Entre las imágenes representaciones clásicas deSantiago Apóstoles en la cual hace aparición el Beato montado a caballo con la espada y los musulmanes bajo el caballo. Esta representación, conocida como el Santiago “aniquila moros”, tuvo particular importancia durante el periodo de la Reconquista. El Beato es representado con las prendas tradicionales de los peregrinos que viajaban por el Camino de Santiago. Un sobrero decorado con una concha de vieira y su bordón de peregrino si representa a lo que Santiago fue en vida.
Es inútil buscar en la Sagrada Escritura una huella, siquiera fugaz, del abuelo materno de Jesús. Las genealogías que San Mateo y San Lucas incluyen en sus Evangelios dibujan a grandes rasgos el árbol genealógico de Jesús, tomando por puntos de referencia los cabezas de familia, desde San José, su padre legal, hasta Adán, pasando por David y Judá. TIERRA SANTA Para un cristiano, los lugares en que Cristo nació, vivió, sufrió, murió y resucitó tienen un carácter especial. La añoranza que se siente al meditar en esa tierra, santificada por el paso del Verbo Encarnado, nace del cariño que tiene el fiel a todo cuanto rodeó la vida terrena del Hijo de Dios, que “acampó entre nosotros”. Hoy, 26 de julio, la Iglesia Católica celebra la festividad de Santa Ana y San Joaquín, patronos de los abuelos.
La Crónica De La Familia Que Destina La Semana Santa A Evangelizar En La España Rural: “Comparten Su Fe”
El motivo de tal vejación fue la nota de esterilidad, que todos por entonces consideraban como señal de un castigo de Dios. Tal encontronazo causó este hecho en el alma de San Joaquín, que en el instante se retiró de su casa y salió al desierto, en compañía de sus pastores y rebaños, para ayunar y rogar a Dios que le concediera un vástago en su familia. SAN PABLO “Hoy quisiese empezar un nuevo período de catequesis dedicado al enorme apóstol san Pablo. A él, como sabéis, está consagrado este año que va desde la celebración litúrgica de los santurrones Pedro y Pablo del 29 de junio de 2008 hasta la misma fiesta del año 2009”. Audiencia del 2 de julio 2008 El apóstol Pablo, figura sublime, casi inimitable, pero de todos modos incitante, se nos presenta como un caso de muestra de total distribución al Señor y a su Iglesia, así como de enorme apertura a la humanidad y a sus etnias. Vale la pena, por consiguiente, que le dediquemos un lugar particular, no solo en nuestra veneración, sino más bien también que nos esforcemos por entender lo que nos puede decir asimismo a nosotros, cristianos de el día de hoy.
Su vasta cultura, tal como su traslado a las misiones, especialmente a las de Paraguay, favorecieron su conocimiento y dominio de múltiples lenguas, tanto tradicionales como indoamericanas. En 1763 fue destinado a las misiones de los indios Chiquitos, cuyas comunidades se encontraban entre los ríos Guaporé y Pilcomayo. Fue en la Reducción de San Joaquín, y como párroco de Santa Ana, donde se le notificó, en 1767, el Real Decreto de expulsión de la Compañía de Jesús, emitido por Carlos III el 27 de febrero de ese mismo año. Llegó a El Puerto de Santa María (Cádiz) en el mes de agosto de 1769 y, pocos meses después, a Faenza , en los Estados Pontificios, junto con los jesuitas de la provincia de Paraguay. En 1798, en virtud de una real orden, regresó a España, con el propósito de poner con rumbo a América, pero solamente llegar a la península fue forzado a regresar a los Estados Pontificios, esta vez a Imola .
Sea o no obra de Santa Elena o de Eudoxia, en el año 530 asegura Teodosio el peregrino, se hace mención de un templo consagrado a la Muy santa Virgen cerca de la Piscina Probática. Y esto mismo relata en el año 570 Antonino de Plasencia, que debía ser tenida y estimada por muy vieja la citada iglesia, lo comprueba visto que la erigida en 529 por Justiniano en el monte Moriah, en el sitio de la Presentación, se la denomina Santa María la Novedosa para distinguirla de Santa María de la Natividad, lo que señala que la otra era muy anterior. Tales son los textos históricos desde el siglo VII hasta nuestros días en defensa y como continuación de la no interrumpida tradición de ser Jerusalem la cuna de María Santísima, por los historiadores, curas pasajeros y santurrones, y confirmada por el templo que se alza sobre las ruinas de la vivienda de Joaquín y Ana y en cuya cripta se enseñan y visitan hoy con devoción las habitaciones que quitan de aquella casa templo del nacimiento de María, de la pura Señora y Madre de los doloridos. Pero este matrimonio, encanto de sus convecinos por el ámbito y perfume de sus virtudes, no era feliz por completo, como hemos dicho, en medio de su conformidad y resignación con los decretos del Señor. Ana había sido estéril y la infecundidad era mal vista entre los hebreos y en más de una ocasión había Ana sufrido con resignación los ultrajes del resto mujeres, que la tachaban de infecunda, como castigo del Señor que no consentía en ella la perpetuación de la raza. Ana padecía triste y resignada esos insultos, y llorando, en la mitad de su conformidad, solicitaba al Señor que la libertase de aquel oprobio, si tal era su voluntad y creía justa la solicitud.
San Pedro Crisólogo en el sermón de la Anunciación, de donde toma la Iglesia las lecciones séptima y octava del tercer nocturno en la festividad del Dulce Nombre de María, afirma, Nann MARÍA hebraeo sermone latine DOMINA nuncupatur. A esta Ana, mujer de Elcana, se refiere la esposa de Joaquín y a Fenena la otra mujer fecunda que amargaba la existencia de Ana la estéril, que solicitaba al Señor un hijo que consagraría al culto del templo y no pasaría tijera por su cabellera. Elcana estaba casado con Ana y ésta era estéril, unióse Elcana con Fenena, ya que conocido es que la bigamia se encontraba soportada en Oriente entre los Patriarcas. Oyó Dios las oraciones de ésta y cesó su esterilidad, siendo madre y madre de un hijo profeta, el gran Samuel, destinado a libertar a su pueblo y ser el último juez. «De la raíz de Jessé brotó el Rey David y de la raza de David brota la Virgen Santa, sí, y por excelencia Santa, hija asimismo de varones Beatos. Fueron sus padres Joaquín y Ana, los que supieron durante su vida agradar a Dios, y lo que aún es más, brindaron por fruto sazonado y fruto de bendición a la Santa Virgen María, templo y a la vez Madre de Dios».
Sitios Para Una Escapada Veraniega En España
También irá el principal creador y presidente de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel, quien ha apuntado que este día se debe festejar como pasa con el Día de la Madre o del Padre, o de los Enamorados. Réstanos tan solo describir y realizar la pintura de la iglesia de Santa Ana que se levanta de viejos tiempos sobre las ruinas de la casa de los Beatos progenitores de María. La opinión occidental que pone la cuna de la Virgen en Nazareth, no se conoce cuándo empezó a alcanzar por Occidente ni por quién. El acompañamiento de esta opinión es muy respetable por las altas dignidades que la han consignado en documentos tan esenciales como las Bulas de los Pontífices julio II, Inocencio XI y Pío IX, quienes admiten a Nazareth como la localidad en que fue concebida y nació la Santa Señora. Pero como las bulas no son documentos infalibles en materias históricas, pero sí lo son en absoluto en materia de dogma y costumbres, en el tema histórico de que se habla no son sino una respetabilísima opinión, pero jamás una definición de dogma en las que resplandece la perpetua infalibilidad, y muchas veces en estos temas los Pontífices han recibido causas por ayudar la opinión y esto dice el P.
Fiesta de la Natividad de María en pueblos y ciudades, aldeas y barriadas, que llena de alegría el corazón al celebrar a la Señora con innarrables bienestares, cual los que van del fondo del alma para subir puros del contacto del hombre al solio de la Pura Inmaculada. Las historias no nos dicen cuándo empezó a ser fiesta mayor la Natividad de la Virgen, pero su culto y su devoción, su amor y entusiasmo podemos decir que es tan antiguo en nuestra patria, como lo es el cristianismo. La idea y adoración al Verbo humanado, al Hijo de Dios, va tan unida al culto de María, que tenemos la posibilidad de decir que son devociones unidas, tan poderosamente unidas, como la Madre y el Hijo en su muy puro amor. La alegría reinaba en la casa de los beatos esposos con aquel puro don del cielo, de aquella pura estrella y señora del mundo, que debía ser la bendita entre los ángeles y la adorada Virgen salvadora entre los mortales.
Por consiguiente, no nos parece mal dedicar otra fiesta a los abuelos, para que los que aún tienen la suerte de tenerlos puedan recordarse de ellos y quizás ir a visitarlos, llevarles un regalo, o sencillamente el exitación de un poco de compañía. Más que nada, los niños han de ser alentados a pasar el mayor tiempo posible con sus abuelos, no únicamente pues son afables y cariñosos, sino más bien asimismo por la inmensa riqueza de experiencia y conocimiento que tienen la posibilidad de transmitirles con sus historias. No seríamos quienes somos sin los que nos precedieron, y los abuelos son el símbolo mismo de una herencia histórica lejana pero extraordinariamente cercana.