En 1900, después de una cura de desmorfinización y sufrir dos intervenciones quirúrgicas que acabaron con la ablación de un riñón necrótico, Rusiñol empieza una nueva andadura tanto en su historia personal como profesional. Rehace su matrimonio, roto en 1887 y desdobla su profesión entre la pintura y la literatura. De entre el resto de su obra pictórica, muy extensa, podemos citar “Luisa Denis”, “Miguel Utrillo ante la estufa”, “Ramón Casas”, “Los Jardines de Aranjuez”, “Patio azul” o “Interior del Palacio Viznar”, entre otras muchas del mismo modo importantes. En 1911 Margarita Xirgu estrena en el Teatro Principal de Barcelona “El fracaso” de Gregoire Laferre, obra que Rusiñol trajo de Argentina en 1910 y que amoldó al catalán. Rusiñol se entusiasmó por Silos en el año 1884, cuando conoció la población con motivo de un viaje a Vilanova. En París, Rusiñol asiste a las clases de pintura en la Academia de la Palette donde corrigen los pintores Henri Gervex, Eugène Carrière y Puvis de Chavannes.
Desde el instante en que volvió a Barcelona se convirtió en uno de los enormes animadores del movimiento modernista “Els Quatre Gats”, estrenado en 1897, que reunía artistas y escritores de vanguardia. También en 1884 con Clarasó alquilan unos bajos en la calle Muntaner de Barcelona. Rusiñol se trae los cuadros y la compilación de hierros viejos, y Clarasó traslada su taller de estatua. El 1884 logró su primera exposición en la Salón Parera, al lado de sus amigos el pintor Ramón Casas y el escultor Enric Clarasó.
Las piezas de forja catalana antigua, las localizaba en masías y ermitas aprovechando sus salidas con la Asociación Catalanista de Excursiones, de la que era colega desde 1881. Quizás tan abismal como la que existe entre la redacción de la novela L\’auca del senyor Esteve y la versión teatral de la obra, estrenada en 1917. No es extraño, observando esta evolución, que en 1924, en una entrevista, Santiago Rusiñol incorporara por primera vez al señor Esteve en la propia biografía y que desde entonces ambos mitos emprendieran juntos el camino de la posteridad. En 1910 Rusiñol logró una versión trágica de “La auca del señor Esteve” que se ha convertido en un tradicional del teatro catalán, menos sarcástica y mucho más elaborada, pero no la estrenó hasta 1917 en el Teatro Victoria del Paralelo de Barcelona.
Biografia De Santiago Rusiñol (catala)
En abril de 1917, Benito Pérez Galdós vino a Barcelona para el estreno de su obra “Marianela” interpretada por Margarita Xirgu. En el pequeño salón del Teatro Novedades se celebraba una tertulia a lo largo de la velada. La asamblea tomaba un aire alegre, de poco responsable entusiasmo, en la cual llevaban la batuta Santiago Rusiñol, Alejandro Soler Rovirosa, Verdaguer… A don Benito le hacían mucha gracia las ocurrencias de Rusiñol y se divertía con las parodias de Soler y de Verdaguer. Cantaban a coro canciones catalanas, en las que tomaba parte nuestro Galdós.
Tras regresar a España funda en Sitges el taller-museu del “Cau Ferrat”, y frecuenta en Barcelona las tertulias de Els Quatre Gats. Sus proyectos literarias tienen dentro dramas, “gatadas”, novelas y contenidos escritos sobre teoría del arte. De ellos, “Anant pel món” de 1886, “Oracions” , y “Fulls de la vida” , son una aceptable exhibe. La obra teatral “L’Alegria que passa”, publicada ese año, cosechó un gran éxito. Su personaje “el senyor Esteve”, prototipo del burgués autóctono, fue muy popular tras la publicación de sus novelas y su adaptación al teatro. Tras vivir en Montmartre con Ramon Casas y con Zuloaga, su pintura adopta tonos grises y una suerte de sutil vaguedad a la manera de Whistler, muy influida por los impresionistas.
Santiago Rusiñol I Prats
Huérfano de padre de muy pequeño, junto con sus hermanos Alberto y José María, después de los primeros estudios en Barcelona, recibió una férrea capacitación junto a su abuelo Jaume Rusiñol, que se logró cargo de ellos, que iba dirigida a la continuidad del negocio familiar. Pero Rusiñol bien próximamente descubriría la vocación artística y asistiría a clases de pintura a ocultas de su abuelo, rompiendo con la tradición industrial de la familia. Rusiñol se conoce como el pintor de los jardines puesto que sus proyectos más conocidas tienen como escenarios hermosos paisajes de jardines españoles como el de Granada, Sevilla y Aranjuez.
La unión de ambas corrientes artísticas parisinas, aderezadas con algunas otras y traducidas al catalán, darían rincón a un estilo modernista, que abarca la figura humana y varios paisajes. El 8 de mayo de 1914, Margarita Xirgu comienza en La capital española en el Teatro de la Princesa con la obra de Rusiñol “El patio azul”, entre los más bonitos cuentos, fracasado sueño de amor y juventud del creador catalán. Era el debut de la Xirgu con el teatro en castellano, en el Teatro de la Princesa hoy llamado María Guerrero, puesto que era su propietaria adjuntado con su marido Fernando Díaz de Mendoza, marqués de Fontanar, conde de Balazote, señor de Lalaing y grande de España. Este matrimonio cedió el teatro a la compañía Xirgu porque estaban de da un giro por América. Revolucionaria obra de Santiago Rusiñol donde conjuga imagen y texto para exponer la ascensión de la burguesía catalana y la concepción modernista del artista.
Rusiñol fue entre los abanderados del modernismo catalán y uno de los estandartes de la bohemia de finales del siglo XIX y principios del XIX. Con todo, fue siempre artista, tanto si manejaba el pincel como la pluma y supo servir honrada y puntualmente las aficiones y los deseos de su público. En “Hojas de la vida”, en 1898 Rusiñol nos comenta sugestivas impresiones del periodo de tiempo de bohemia parisiense. Es una recopilación de narraciones breves y de poemas en prosa de factura decadentista, que forma la enorme cantera de su producción dramática posterior. Artes gráficas, música, pintura y literatura -narrativa, lírica y dramática- convergían en la creación de unos artículos refinados que el creador, en cada uno de los prólogos, destinaba a una minoría selecta que sabría ver el valor real.
Estilos
La obra “Libertado!”, estrenada en italiano en el Teatro Noticias el 21 de agosto de 1901, y en catalán el 11 de octubre de 1901 con Enric Borràs, supuso el inicio de una exclusiva etapa, porque el creador había decidido redactar teatro para expertos y destinado a un público más amplio. Al unísono, empezó a abrirse a las resonancias sociales combinando el simbolismo previo con un realismo pasado por el tamíz de la ironía. De este modo, la dramaturgia de Rusiñol se transformó en un producto híbrido que todavía hoy permite un extenso abanico de interpretaciones, desde la vertiente humorística hasta la lectura ideológica. Al regresar a España, fundó en Sitges el taller-museo del “Cau Ferrat”, al mismo tiempo que frecuentaba Barcelona para familiarizarse con la pintura al aire libre, de la cual fue un pionero en España.
Museo Nacional Del Prado
Rusiñol se convirtió, desde 1894, en la cabeza mucho más visible del Modernismo. Es inseparable de la construcción de esta imagen, la relación que mantuvo Rusiñol con la villa de Sitges, la Blanca Subur, la Meca del Modernismo, desde 1891. El 16 de junio de 1886 contrajo matrimonio con Lluïsa Denis en la iglesia de Santa Anna y hicieron el viaje de novios a París, donde Rusiñol asistiría por vez primera al Salón De forma anual de las Preciosas Artes. El 2 de julio del mismo año muere su abuelo, el patriarca de la familia, habiendo ya nacido su única hija, María, el 16 de mayo y puede, al fin, satisfacer de forma plena sus ansias de formación artística y acuda a La Llotja a estudiar dibujo.
Es una obra que presenta esenciales problemas de registro literario, cosa que afecta tanto la intencionalidad del producto, que pasa ambigua, como la recepción de público y crítica, en general bien poco entusiasta. Aun en el momento en que la ambigüedad no es una característica única de la obra, en la “La alegría que pasa” forma uno de los elementos que explican el éxito a todos niveles. Aquí aparece una disonancia primordial entre el mensaje que el creador pretende vehicular de manera programática, y la formalización específica de esta leyenda desde unos materiales extraídos en la mayoría de los casos de la tradición humorística y costumbrista, que chocan frontalmente con la voluntad de crear unos personajes abstractos. Es el abrazo al simbolismo y al decadentismo, desde su actividad como pintor. Hay una distancia abismal entre la redacción de la novela “La auca del señor Esteve” en 1907 y la versión teatral de la obra, estrenada el año 1917. Si Barcelona es lo que es, es gracias al señor Esteve; si el artista encontró finalmente su lugar en la sociedad, es también el señor Esteve, con sus sacrificios, quien lo ha facilitado.