De muy joven estuvo con los ejércitos españoles en Italia, tomando parte en la guerra de Pavía y en la conquista de Milán. Marchó hacia las Indias, a Venezuela, y después pasó al Perú, en donde aparece en 1535 como uno de los mucho más fieles y valiosos colaboradores de Francisco Pizarro, que le nombró en 1537 maestre de campo. En la guerra de las Salinas, entre las tropas de Pizarro y las de Almagro, Pedro de Valdivia era portador del real estandarte, como alférez de caballería. Fracasada la misión a Chile de Almagro, y derrotado y muerto este, quedaba de pie la conquista de aquel territorio que Pizarro encomendó a Valdivia. Otro español, Pedro Sancho de Hoz esgrimiría una real cédula por la que tenía permiso para apoderarse el país situado al sur del Perú con lo que Pizarro no tuvo más antídoto que obligarles a que se asociaran en esta compañía. A principios de 1540 inició Valdivia su marcha hacia Chile, llevando con él a 150 soldados, 3.000 indios de servicio, animales, semillas y herramientas para colonizar el territorio.
Esta autora hace un exhaustivo estudio de los acontecimientos que influyeron con mayor fuerza en la vida de esta mujer, tan desconocida, pero a quien tanto debe la narración de España y de Chile. Inés fue un engranaje fundamental en el desarrollo de la vida cotidiana del Santiago de aquel entonces. Tanto es conque la apodaban “La Gobernadora”, por su más que visible relación con Pedro de Valdivia.
La joven defendía que los españoles no debían liberarse de los caciques nativos prisioneros puesto que eran la única moneda de cambio que tenían para detener el ataque. Ciertos historiadores aseguran que se conocieron en la presente Venezuela, si bien lo mucho más probable es que se encontraran por vez primera en Cuzco. El hecho es que el maestre de campo de Francisco Pizarro y posterior conquistador de Chile deseaba a Inés a su lado —se especula que fueron amantes—, por lo que solicitó una autorización a fin de que esta pudiera acompañarle. A lo largo de las campañas de los conquistadores prestó distintos servicios a la expedición. Su historia cambiaría por completo en el momento en que conoció a Pedro de Valdivia, el militar y conquistador español de origen asimismo extremeño que formó parte de las huestes de Francisco Pizarro, gobernador del Perú. Inés de Suárez perdió a su marido en la Guerra de las Salinas y decidió marchar a las Américas en 1537.
Su primera conquista fue conseguir licencia real para continuar el rastro de su marido Juan de Málaga en el Perú de Francisco Pizarro. Inés Suárez, la mujer que cruzó el océano para conseguir a su marido y se aventuró en lo desconocido siguiendo al hombre al que amaba, que empuñó las armas como cualquier hombre y luchó por realizar de su vida lo que ella quisiese que fuera, murió en 1579 o 1580. Al tiempo que en Chile es muy popular, su figura pasó inadvertida durante siglos en su España natal, un país que aparentemente solo tenía lugar en sus podios para los hombres. No hay mejor fuente de inspiración para la ficción y los relatos que la HISTORIA con mayúsculas, esa mirada al pasado plagada de individuos sorprendentes, lugares inexplorados y hazañas tan impresionantes que semejan sacadas directamente de las psiques de los grandes escritores.
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Pero si por algo es recordada Inés Suárez es por haberse convertido en la inopinada salvadora de Santiago. En 1541, aprovechando la sepa de Valdivia, unos dos mil guerreros nativos dirigidos por Michimalongo atacaron las posiciones españolas para expulsar al invasor y socorrer a siete esenciales caudillos que los españoles habían hecho prisioneros. Parece ser que, en un principio, Inés era partidaria de sostener con vida a los jefes rivales para utilizarlos en las negociaciones pero cuentan que, en el momento en que vio que los nativos superaban a los españoles y que la localidad corría el peligro de caer, corrió hasta la celda y ella misma mató a los caudillos con su espada. Inés Suárez salió al exterior y mostró la ristra de cabezas, imagen que desmotivó a los atacantes que veían perdida su gran oportunidad y enardeció a los defensores, que consiguieron sobreponerse y resistir. Después de este durísimo golpe, Suárez montó a caballo y dirigió el contraataque español que logró despedir a los originarios.
Según recopila un artículo de la Real Academia de la Historia, el testimonio de los regidores de Cuzco Quiñones y De los Ríos afirma que Inés Suárez “experimentó enorme sufirmiento” al conocer la novedad de la desaparición de su marido y que se planteó tomar los hábitos y hacerse monja. Nunca entenderemos qué fue lo que la hizo mudar de opinión, pero esa resolución cambiaría su vida y la historia para siempre. Valdivia se enfrentó a los indígenas en Tucapel, foco de la rebelión, y en la llanura de esta plaza fue atacado por los araucanos liderados muy inteligentemente por Lautaro.
La Catástrofe De Inés Suárez, La Primera Conquistadora De España En América, Por Querer Socorrer A Su Marido
Por consiguiente, no es de extrañar que los libros, el cine y las series recurran tan de forma frecuente a los hechos históricos para sus creaciones, entreteniéndonos y dándonos la oportunidad de saber unas partes de la historia olvidadas o ignoradas. De los mejores ejemplos que nos ha dejado el 2020 es el de Inés Suárez, una mujer que cruzó el océano por amor y salió adelante viviendo bajo sus propias normas. Inés de Suárez participó en la conquista del territorio el día de hoy popular como Chile por parte de las tropas imperiales españolas en el siglo XVI. Apasionado y compañera de Pedro de Valdivia, Inés de Suárez fue escogida por la autora Isabel Allende como base para su biografía novelada Inés del alma mía.
El Gobernador de Chile, Pedro de Valdivia, fue acusado en 1548 ante la Audiencia Real de Perú de inmoral por su relación con Inés, de desobediencia a la autoridad real, de tiranía con sus subalternos y de avaricia. Inés de Suárez es una de las escasas mujeres que la historia ha reconocido como una conquistadora. El elegido fue Rodrigo de Quiroga, quien en 1549 contrajo matrimonio con la española, que alcanzaba los 42 años de edad. No tuvieron hijos y, hasta su muerte, en 1580, llevó una vida absolutamente habitual. Nacida en Plasencia, esta mujer estuvo con Pedro de Valdivia y dejó huella en la conquista de Chile. Pedro de Valdivia fue llamado para volver al Perú, donde sería enjuiciado por varios cargos entre aquéllos que se encontraba el de adulterio, derivado de la relación que mantenía con Inés Suárez.
Beatriz Gutiérrez Müller Y El Nombre De América
Admirada, su nombre evoca a una fuerza sobrehumano y a una capacidad de renuncia ante una situación absurda. Por amor fue en pos de su marido a América, allí, continuó por amor a Valdivia y por los atroces imperativos de una sociedad mediatizada por la omnipotente Inquisición, cambió de tercio con su alma abierta en canal cuando Valdivia le mencionó que la dejaba en manos de su mejor amigo, amándola todavía. Su amor le llevó a la aventura, y desde la pobreza inherente a una costurera de la época, se transformó en la mujer más influyente de Chile y en una leyenda viva en vida y muerta.
Personaje Inés De Suárez
Aquella tierra mencionada como Santiago de Novedosa Extremadura, conquistó su corazón y desde ese momento defendió la localidad con valentía y arrojo ante la resistencia de la población indígena al avance de los conquistadores. Siete meses una vez que Pedro de Valdivia y también Inés Suárez fundaran la actual Santiago de Chile, el asentamiento español padeció el ataque de los indios mapuches poniendo en riesgo el desarrollo de conquista. Pronto se unió a sus huestes y se transformó en la única mujer blanca que integraba la expedición que terminó con la conquista de nuestro territorio. Durante este tiempo, fue la apasionado del conquistador español, quien era casado con Marina Ortiz. Tras conseguir los privilegios, en 1537, arribó a América, llegando hasta el Cuzco, donde se enteró que su marido había fallecido durante la batalla de las Salinas. En su condición de viuda de un soldado español, se hizo cargo de una porción de tierras y de un conjunto de indígenas que le entregaron bajo el sistema de confía.
Fue en Cuzco donde conoció a Pedro Valdivia, hombre fuerte del gobernador Francisco Pizarroy maestre de campo del conquistador de Trujillo. La atracción entre ambos fue instantánea y comenzaron así una fuerte amistad que velozmente derivó en romance, aun cuando Valdivia tenía esposa en España. El soldado y la costurera, los dos extremeños, vivieron su relación con tal intensidad que aun Valdivia solicitó permiso para llevarse a Inés como ‘sirvienta’ a la expedición que Pizarro le había encomendado para conquistar Chile en 1540. Con el permiso del obispo Valverde y un permiso firmado por el mismísimo gobernador del Perú, Inés Suárez vendió sus tierras y pertenencias para obtener una montura, una espada y una coraza. El viaje de Inés Suárez la llevó hasta las costas del Caribe, desde donde logró llegar al Perú para reclamar noticias de su desaparecido marido. No tardó mucho tiempo en conocer que Juan de Málaga había muerto en combate durante la Batalla de Salinas en la que las tropas de Diego de Almagro se enfrentaron a las de Hernando y Gonzalo Pizarro en un prolongado enfrentamiento entre españoles por ver quién sacaba mucho más beneficio de las conquistas.