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En aquel instante, la situación popular y política donde se encontraba España llevó al rey Alfonso XIII a tomar la resolución de quedarse al margen de la Gran Guerra. España no está dentro de las coaliciones ni de los bloques que llevan a desatar la Primera Guerra Mundial, pero de forma indirecta sí forma parte de ella”, enseña a National GeographicGutmaro Gómez Bravo, doctor en historia y instructor de la Facultad Complutense. El Tratado de Versalles de 1919 fue firmado por más de 50 estados que deseaban la paz.
¿cuáles Fueron Las Causas Y Consecuencias De La Primera Guerra Mundial?
El mundo comunista extendió su influencia sobre Europa Oriental y los Balcanes, proponiéndose un nuevo conflicto ideológico entre marxistas y democracias occidentales. Nacieron las Naciones Unidas, como instrumento para ser útil la paz en todo el mundo. Al finalizar la guerra, los vencedores dividieron el territorio alemán en cuatro zonas de ocupación (de norteamérica, inglesa, francesa, y soviética).
Las masas obreras padecieron una importante pérdida de poder adquisitivo de sus sueldos y se produjeron numerosas huelgas en una gran agitación popular. Las mujeres lograron ciertos adelantos de carácter social a lo largo del conflicto. No obstante, al terminar la guerra, experimentaron cierto retroceso.
La localidad de Berlín, ubicada en la zona rusa, asimismo fue dividida en 4 zonas. Más tarde, en 1961 quedaría separada del resto del mundo por el muro de la vergüenza, que cayó en 1989. Al término de la guerra fue necesario reconvertir las industrias que habían estado destinadas durante años a la producción de guerra. El desarrollo fue lento y se vio entorpecido por una crisis que se extendió hasta 1924. La “economía de guerra” dislocó el sistema productivo y eliminó de la política económica los principios del liberalismo. La inclinación se afianzó durante la posguerra fruto de las políticas de los gobiernos de izquierda, singularmente los socialdemócratas.
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Austria-Hungría, como resultado de su combativa política antiseparatista fue víctima de sus temores; la disgregación de las nacionalidades de su imperio fue el valor que pagaron, la razón, exactamente, de que entraran en la guerra. La monarquía dual con el centro en Austria quedó apartada de ser un próspero imperio de 52 millones de habitantes a un pequeño país de solamente cinco millones. El káiser Guillermo II había soñado a menudo antes de 1914 con los barcos, símbolo del poderío naval británico que trató de emular. Ni navíos ni colonias, lo que conseguiría sería el fin de su dinastía y la pérdida de territorios alemanes tan valiosos como Renania y el Sarre, el corredor del Danzig para la salida al mar y más adelante, cuando por el momento no existía imperio, la ocupación de la cuenca minera del Rhur.
Para España representó el aislamiento en todo el mundo, la represión política y la depresión económica. Los actores más poderosos, Gran Bretaña, Rusia y Alemania, gobernaban imperios coloniales mundiales que deseaban expandir y proteger. A lo largo del siglo XIX, consolidaron su poder y se protegieron forjando alianzas con otras potencias europeas. Nació la bipolaridad del poder encarnado por las dos superpotencias. Las monarquías en Italia, Yugoslavia, Albania, Rumania y Bulgaria, perdieron el poder y se transformaron en republicas.
La Expansión De La Guerra
El conflicto próximamente se expandió al resto del mundo y afectó a las colonias y a los países aliados de África, Asia, Oriente Medio y Australia. En 1917, los Estados Unidos entraron en la guerra tras un largo periodo de no intervención. Entonces, el ámbito principal de la guerra —el Frente Occidental en Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Francia— fue el emplazamiento de un bloqueo letal. La Primera Guerra Mundial tuvo diversas causas, pero sus raíces están en una compleja red de alianzas entre las potencias de europa. En esencia, fue la desconfianza entre —y la militarización de— la informal «Triple Entente» (Enorme Bretaña, Francia y Rusia) y la segrega «Triple Alianza» (Alemania, el Imperio austrohúngaro y también Italia). La Primera Guerra Mundial, asimismo llamada la Enorme Guerra, fue entre los conflictos más mortíferos de la historia y preparó el terreno para otra guerra mundial solo 20 años después.
Causas Y Secuelas De Las Dos Guerras Mundiales Del Siglo Veinte
Se guardaron, eso sí, un enconado y sanguinolento enfrentamiento en el Ulster, que les duraría el resto del siglo y cuya amargura y confrontación sigue dando titulares aún el día de hoy. De todos ellos, los turcos-otomanos, fueron los que menos perdieron dentro de la debacle, merced a la revolución del general Mustafá Kemal —mucho más adelante nombrado como Ataturk— y su iniciativa de un nuevo estado turco, no islámico, con intención de país europeo, que apaciguó a los británicos. Hitler al llegar al poder, procedió al rearme de la nación; firmó tratados estratégicos con Italia y El país nipón para proyectar aún más lejos sus ambiciones de dominación planetaria. Los Aliados, temerosos de una nueva guerra mundial, trataron de contener la situación a través de una política de apaciguamiento –y ciertas muestras de simpatía hacia el nuevo régimen–, que resultó ser ineficaz y contraproducente. La invasión de Polonia por el ejército nazi en el mes de septiembre de 1939, lo desbarató todo.
El Planeta Cambia Sus Fronteras
Tanto en los países vencedores como en los vencidos, las ciudades, fábricas y campos de cultivo quedaron asolados. La guerra fue muy cara para algunos países, que quedaron arruinados y tardaron décadas para recuperar la economía. Aunque al lado de Francia se repartieron pertenencias en Oriente —Damasco, Bagdad, Palestina, Egipto— se encontraron con la verdad de que, a pesar de la partición del territorio otomano de Oriente Próximo, éste nunca sería transformado de forma plena en una colonia europea. En Egipto y también Irak los británicos tuvieron que hacer en frente de una gran resistencia al dominio colonial hasta conformarse con el estatus de orden, antes que protectorado, al tiempo que les concedieron autonomía local.
Gran Bretaña y Francia declararon la guerra al Tercer Reich y con esto comenzaba la Segunda Guerra Mundial, que Hitler valoraba como indispensable que se requiere para sus planes, tras garantizar la neutralidad de la URSS, con el pacto de no-agresión. Sin embargo hubo países a los que la guerra favoreció económicamente. En primer lugar esos que habían permanecido neutrales a lo largo del enfrentamiento y se habían transformado en proveedores de materias primas y alimentos para los contendientes, casos de Brasil, Argentina y España.