En las ilustraciones, como las del pueblo de Ocoyoacac, las imágenes centrales están relacionadas con los caciques fundadores, con el culto cristiano y el bautismo y con los ancianos que conservan la tradición. Escritos y pinturas fueron así no sólo documentos legales, sino asimismo muy útiles instrumentos en la transmisión de la memoria histórica colectiva. Pero algunas de esas pinturas también fueron fabricadas para ser ubicadas en las salas de linajes o en las capillas familiares de los palacios. Ejemplo claro de esta clase de retratos familiares es de la familia de los Condes de Peñasco, acaudalados terratenientes que se mandaron colorear bajo el manto asegurador de una imagen de la Virgen del Rosario. Los Condes, en primer plano, ofrecen su corazón a la Virgen mientras que sus hijos y nietos elegantemente vestidos, quedan bajo su protección.
Recordemos sintéticamente algunas de estas vivencias del movimiento indígena en la política, que a lo largo de la vida republicana adquirieron el tono autonomista y en otras ocasiones de participación política. Ponemos en valor la rica historia de España y América, gracias al colosal patrimonio cultural que nuestra cultura ha legado al mundo. Considerado el deporte por equipos mucho más antiguo de todo el mundo, el juego de la pelota maya se fundamentaba en pasar la pelota por todos lados de la mampostería utilizando solo la cadera, hombros y codo.
Historia De La Teocracia Y Su Origen
Tanto Sigüenza como los hermanos González se referían a los aztecas según con los códigos retóricos cortesanos de su temporada, para hacerlos entendibles a sus mecenas los virreyes, de quienes conseguirían un pago o una prebenda personal . Detrás de estas ediciones retóricas de un pasado indígena imperial se buscaba acabar con la discriminación hacia los criollos y crear imágenes de prestigio. El planeta indígena prehispánico no era aún visto como el pasado de los criollos, sino solo como un medio para dar a la patria un timbre de orgullo, para cambiar la imagen que de ella tenían los europeos, que no creían que en América se diese nada bueno13. Con todo, junto a la restauración que Sigüenza hacía del pasado con las armas oratorias de su tiempo, estaba también su interés científico de anticuario por preservar y coleccionar códices, mapas y documentos indígenas. Los precursores de la independencia sudamericana se ocuparon de ver y recoger –mediante viajes y lecturas– una variada gama de información sobre otras sociedades y recurrieron a estos datos para tratar de explicar la verdad que estaban viviendo. Este trámite comparativo se transformó en una herramienta de enorme utilidad para visualizar similitudes y diferencias respecto a fenómenos políticos y sociales sucedidos en otras latitudes geográficas, y les dejó obtener conclusiones sobre la viabilidad de maneras de gobierno que, una vez roto el lazo colonial, pretendían implantar en América.
Para gente de tan diversa calidad como eran los mestizos, los mulatos y los africanos, cuyo único distintivo era comunicar un color de piel aproximadamente obscuro, era imposible reconocerse a sí mismos como un grupo cultural con identidad propia. Si bien entre ellos tenga existencia una espesa red de relaciones sociales, de vínculos clientelares y de mecanismos de solidaridad, no tenían un sentimiento de grupo, ni una norma popular u oficial que los diferenciase, ni símbolos o instituciones que les dieran sentido de red social, ni una elite intelectual que los construyese. Al paso que los indios tenían sus lenguas, sus propiedades y sus instituciones comunales y los criollos sus símbolos de identidad y su crónica inventada, lo que les dejaba forjar una conciencia de identidad, los mestizos, mulatos y los africanos no tenían modelo alguno para autodefinirse. Charlaban español, trabajaban y dependían de los españoles y de los criollos, cuyo patrón definía sus reglas de vida.
Gaceta De Historia
Aunque no se representase un hecho común , con esta obra (y con otras contemporáneas) se trataba de exportar la imagen de un virreinato pleno de riqueza, para contrarrestar los prejuicios de europa sobre América, actitud que asimismo aparecía reflejada en la retórica. Aclarando que en el momento en que García concluye su libro, ahora se había realizado el proceso en Chile que revierte todo el proceso de Reforma Agraria y el del Perú estaba aún en ciernes. El gobernante en la teocracia está en el cargo por la gracia de dios, y hace su gobierno con base en la religión predominante. El libro y los contenidos escritos sagrados son los que rigen el desempeño estatal, ya que son la fuente de inspiración divina. Este nombre es con certeza el del poblado moderno en donde el equipo de investigación comandado por el arqueólogo Ángel García Cook encontró la prueba prehispánica.
Pero asimismo eran los hombres viciosos, que ebrios por el pulque podían robar, incendiar y destruir, como los describía exactamente el mismo autor cuando logró la relación de la rebelión que arrasó la ciudad de México en 1692. Resulta por demás significativo que la civilización criolla haya invertido los términos en los que concibieron al indígena sus pastores peninsulares. En ella, el planeta indígena anterior a la conquista perdía la carga demoniaca que le brindaron los frailes del siglo XVI, pero en cambio el indio contemporáneo se convertía en un ser perezoso, borracho e hipócrita.
Exactamente la misma pasaría con su nombre, la ciudad de México extendería su escudo emblemático a todo el territorio, que para el siglo XVIII recibía la denominación de «reino de la América septentrional». Sin embargo, esta inserción no había sido un proceso sencillo; debieron superarse varios prejuicios y generarse diálogos permanentes entre los clérigos peninsulares y criollos y los nobles indígenas desde el siglo XVI hasta el XVIII para conseguirla. Con todo, habitualmente, la capacitación de elementos diferenciadores se refleja en puntos sutiles (como el color de la piel o del pelo de un santurrón o la pervivencia de temas iconográficos arcaizantes), aspectos que solo tienen la posibilidad de ser descubiertos desde la comparación con manifestaciones afines en la metrópoli. A esas adaptaciones que los criollos hicieron de la civilización occidental a su propia situación las llamaremos mecanismos de equiparación. Sin duda, la historia constitucional comparada constituye entre los campos pioneros de la aplicación del análisis comparativo en el pensamiento latinoamericano.
Indudablemente para los hombres de 1847 la invasión de norteamérica fue un duro golpe para la integridad nacional, si bien más adelante este hecho se transformaría en uno de los más importantes catalizadores de la conciencia nacional. En varios puntos el virreinato no termina en 1821 sino más bien hasta el momento, si bien sus bases religiosas y varios de los rasgos de su indigenismo prosigan presentes hasta nuestros días. Sorprende además de esto la presencia, incesante en muchos cuadros, de un hombre de color que desposó a una mujer blanca, en el momento en que lo constante era la relación inversa. La imagen de la dama negra vestida con vistoso atuendo (¿la abuela o la sirvienta?) es otro elemento que nos charla de la fuerte comunicación interracial que se dio en el ámbito familiar, donde las tradiciones de cocina, mágicas, lingüísticas y narrativas de cuatro continentes se entrecruzaban y mestizaban. Esta imagen de riqueza y refinamiento es la que nos dejan ver también los varios cuadros donde la nobleza indígena se hizo retratar como donante y de los que contamos muestras desde el siglo XVI. En el relieve del altar mayor del templo de Xochimilco, bajo el patrocinio de san Bernardino, aparecen en primer chato un devoto cacique con su mujer; al paso que ella luce un huipil a la indígena, él viste a la de españa y hasta su rostro podría confundirse con el de un peninsular si no fuese por la tilma atada a su hombro.
Visor De Proyectos
Es obvio que Bachofen calificó a las sociedades controladas por mujeres como un tiempo de escasa civilización. De hecho, estimó que su final seguido por el desarrollo del patriarcado marcó el triunfo de características masculinas como la racionalidad y el orden sobre cualidades femeninas inferiores, del género de lo sensible y el desorden. J. Bachofen se ha asociado comúnmente con el concepto de matriarcado, pero él jamás usó tal término más allá de mantener la presencia en el pasado de sociedades controladas por mujeres. En esta línea, también hay que subrayar que más allá de que Bachofen fue el primero en reconocer a nivel científico la existencia de sociedades con dominio femenino, se ha prestado considerablemente más atención a su concepción de la superioridad masculina. En suma, hoy día un colectivo apreciable de especialistas considera que la palabra matriarcado sólo podría emplearse con propiedad para determinar una red social en la que las mujeres dominen y exploten a los hombres, pero no en el momento en que pueden compartir con ellos el poder.
Por una parte su misión consistía en imponer orden en una sociedad confusa y resaltar la preeminencia de los conjuntos blancos (españoles) sobre los demás, de ahí que ellos sean los que inicien las series. «El despliegue de la idea de la familia servía para naturalizar la jerarquía generalizada que se representaba en las pinturas de castas. Ya que la subordinación de la mujer al hombre y del hijo a la madre se consideraba como natural, otras maneras de jerarquía social podían representarse en términos familiares para patentizar que las diferencias sociales eran categorías naturales»35. Insistir en la jerarquización era un medio de garantizar la subsistencia de un sistema en el que las rupturas se hacían cada vez mayores. La peculiaridad de la población indígena fue originalmente garantizada por una pragmática real expedida en 1535, en donde se asentaba que no estaba permitida la escisión territorial ni la habitación de no-indios en la provincia tlaxcalteca; sin embargo esta pragmática se cuestionó, perdió fuerza y por último se invalidó 26 años después .
Santurrones
Los promotores de estas imágenes, las cofradías de almas, eran corporaciones con integrantes provenientes de todos los conjuntos sociales y llegaron a ser tan populares que no había iglesia donde no se pusiese un altar de almas promocionado por esas cofradías. Reforzadas por sermones y escritos, los cuadros tenían carácter devocional, pero asimismo didáctico para orientar las conciencias, fomentar conductas virtuosas y evitar las viciosas. En ocasiones los donantes se hacían retratar en ellas por una limosna (pues las cofradías de ánimas no tenían rentas), pero normalmente las figuras representadas son arquetípicas. En ocasiones, en las predelas de los cuadros, se muestran plasmados actos litúrgicos que las cofradías realizaban frente a los altares de ánimas con misas, procesiones y ofrendas.