Su cuerpo especial comenzó entonces a estremecerse, sus blondos cabellos a erizarse, y presa del miedo, empapada en copioso sudor, se contempló ya entre infinitos fallecidos, que la daban tirones por do desee, desgarrándole las carnes. En tal aberración de espíritu, sintiendo que las fuerzas la abandonaban de a poco y que por exceso de debilidad iba a fallar en su compañía, como colérica y arrebatada, conteniendo la mente, apuró el líquido del pomo y, cruzados los brazos, se dejó caer sobre el lecho. Accedió la joven, y la buena quiere, habiéndose encaminado a San Francisco, supo por boca del mismo Fray Lorenzo que Romeo iría, como de costumbre, a conocer a Julieta y a enterarla de lo que pensaba hacer en lo futuro.
Que oiga yo otra diferente voz que la mía en este lúgubre antro de muerte, o voy a perder el sentido. Ni todo el contrario poder de la tierra o de los hombres romperá nuestro vínculo, ni te arrancará de mi corazón. En ese instante ingresa al recinto Julieta en compañía de su madre, y al lado de su primo Teobaldo.
Romeo Y Julieta – Resumen De La Obra Por Actos Y Escenas Acto I Escena I
El guion de Romeo y Julieta, da inicio como consecuencia de una disputa en la calle, entre los hombres que pertenecen a ámbas familias, la que fue impedida por el Príncipe de Verona, con la intimación de castigar con muerte, a los que vuelvan a incitar otras de estas pugnas. Varios grupos con diversos y ricos disfraces andaban de un lado para otro. Capuleto en persona, acompañado de su hija y otros de la vivienda, recibía y agasajaba a los invitados, y al preludiar la música, empezaron los grupos a bailar las jocosas danzas de la temporada. Como no veía Benvolio esperanza alguna para Romeo de poder apoderarse el amor de aquella dama, aconsejole que la olvidara y se dedicara\’ a otra tan bella y encantadora como ella. Contestole Romeo que le era imposible, pero Benvolio no desespero de sanarle. Oraciones para felicitar el esfuerzo y reconocer los logros.
Después de que Tybalt y Mercutio mueran, Benvolio le dice a Romeo que el príncipe Paris probablemente lo condenará a muerte si lo atrapan. Romeo lleva por nombre a sí mismo el tonto de la Fortuna. Romeo hace una reservada referencia al prólogo, donde el público se entera de que Romeo y Julieta están destinados a la desgracia. Pero Romeo también siente que la Fortuna está siendo singularmente cruel; acaba de casarse y podría ser culpado a muerte.
Escenas De Romeo Y Julieta Dialogos
En una aureola de deslumbrante claridad mecía la hija de la vivienda sus lozanas y juveniles formas, y al verla tan hermosa, Romeo conoció, que en realidad, jamás había amado hasta aquel instante. Verdad era que asistiendo a aquella fiesta, entraba en casa de su enemigo y se exponía al grave riesgo de ser conocida su persona; pero el peligro disminuía sabiendo que era de rúbrica presentarse los convidados disfrazados y con antifaz. Disfrazóse, ya que, Romeo de peregrino llegada la noche, púsose muy triste y dijo a sus compañeros que no bailaría. Parecíale tener un alma de plomo en su cuerpo (estas eran sus expresiones) y no podía apenas dar un paso.
Y esto diciendo, le asestó tan tremenda cuchillada que, a no pararla su contrario, le hubiese separado la cabeza de los hombros. Indignado éste y sintiendo sobre sí la injuria, comenzó a su vez el ataque, y lo hizo con tal empuje y presteza que, al tercer golpe, atravesó a Tybal por la garganta, derribándole fallecido a tierra. La caída del jefe puso fin a la pelea, y como el finado descendía de una vivienda encumbrada, el podestá destacó tropas para prender a Romeo, el cual, viéndose perdido, se dirigió presuroso a la celda de Fray Lorenzo, quien, enterado del lance, le dio misterio asilo en el convento.
El motivo de tal éxito es que tanto las frases de Romeo como las oraciones de Julieta, están cargadas de dramatismo, pero por su parte de un profundo y limpio amor. Si quieres deleitarte unos momentos con la exquisita pluma de Shakespeare, sigue leyendo los siguientes parágrafos. A lo largo de todo el mundo y pese al paso del tiempo, las oraciones de Romeo y Julieta prosiguen siendo recordadas y fundamento de inspiración, tanto para escritores, guionistas como estudiantes de teatro. Fue expuesta al público por primera vez en 1597, y su éxito hay que en buena medida, a la forma en que Shakespeare supo contar la historia de dos jóvenes enamorados de la ciudad italiana de Verona. Niega a tu padre y rechaza tu nombre, o, si no, júrame tu amor y ya nunca voy a ser una Capuleto. Sal, precioso sol, y aniquila a la luna envidiosa, que está enferma y pálida de pena pues tú, que la sirves, eres más hermoso.
Qué Pena Mucho Más Grande, Dijo Doña María A Su Familia Al Regresar Del Entierro De Josías, El Marido De Su Amiga
Demuéstraselo con dedicándole alguna de estas frases. “La vida es la tortura, y la desaparición va a ser mi reposo”. “Muerte que robó la miel de tus labios, no tiene poder sobre tu hermosura”. Tengo más ganas de quedarme que de irme.
Villafranca, como ya lo hemos dicho, era un lugar de exitación, a una o 2 millas de Verona, donde el señor Antonio habituaba ir a solazarse, sitio en el que debía darse el convite de bodas, así que estas se celebrasen en Verona. Arregladas de esta forma las cosas, separáronse los 2 amantes, llena el alma de increíble contento y de la más dichosa promesa. Romeo llego algo tarde, tal es así que al entrar él en la salón había ahora comenzado el baile. Contempló durante algún rato aquella animada escena, y probablemente se recrearía viendo a su Rosalina como alternaba con las demás bellezas de Verona. Que aquella noche tenía que ser la fecha del acabamiento de su dominio sobre el corazón del heredero de los Montescos. Entre aquéllas que danzaban había una joven que sobresalía entre todas las demás, como una blanca paloma predomina entre una banda de cuervos.
Andas En Paz Con Dios?
Poco después supo por su parte Julieta, por informaciones que logró, que el joven invitado disfrazado de peregrino, se llamaba Romeo, que era un Montesco y el hijo único del gran enemigo de la familia de su padre. Aparte de Benvolio, acompañaba aquella noche a Romeo un joven alegre y decidor, llamado Mercutio, pariente del príncipe de Verona. Ahora durante el camino habla procurado disipar la melancolía y tristeza de Romeo a fuerza de rechistes y ocurrencias, pero nada fue bastante a sosegar su espíritu. Habíale asaltado un triste presentimiento, por lo cual, sin ilusión ninguna ni deseos de divertirse, penetró en los refulgentes salones del suntuoso palacio de Capuleto. En homenaje a entre las mucho más enormes obras de la literatura, recogemos el día de hoy algunas de las oraciones mucho más importantes de la misma, ciertas cuales se hicieron famosas a fuerza de ediciones teatrales (hasta el mismísimo Orson Welles logró el papel de Teobaldo en una representación).
En razón de lo cual, el señor Bartolomé de la Escala , después de haberse asesorado con los jueces, dispuso que la asistenta de Julieta, por haber ocultado a sus amos el matrimonio clandestino de aquélla y eliminar la ocasión de un bien, fuese desterrada; y que Pedro, consecuentemente de haber solo obedecido a su señor, fuera puesto en independencia. El boticario, preso, sometido a tormento y proclamado convicto, padeció la horca. El buen Padre Lorenzo, en atención a los viejos servicios que había hecho a la república de Verona y al justo renombre de su vida, fue dejado en paz, sin nota alguna de infamia; pero él, de propia voluntad, se encerró en una pequeña ermita, a dos millas de la población, donde aún vivió cinco o seis años, haciendo ruegos y frases continuas. Con lo que hace a los Montescos y Capuletos, derramaron tantas lágrimas como consecuencia de este desgraciado incidente que, desahogada con ellas su cólera, vinieron por fin a reconciliarse, alcanzando de esta forma la piedad lo que jamás pudo la prudencia ni el consejo. Preciso al fin a confiarle sin reserva sus sentimientos, hízolo en la primera ocasión; pero la doncella, educada en los más rectos principios de virtud, respondió de una manera tal a sus afirmaciones y puso semejante coto a sus vehementes cariños, que terminó con toda futura esperanza, sin hacer gracia de solo una mirada. No obstante, cuanto más sortea la contemplaba el joven, más medraba su ardor, y por ello, tras haber continuado de esta manera por algunos meses, sin poder reprimir ni hallar antídoto a su pasión, determinó al fin salir de Verona, en la idea de que un cambio de ubicación pudiese en algo variar sus sentimientos.