El Catedrático de Literatura De españa, de la Facultad Complutense de Madrid, Víctor Infantes publicó un documentado estudio bibliográfico sobre las primeras ediciones de la obra y es de la opinión de que este Fernando de Rojas no fue verdaderamente el autor de la misma. Mientras tanto un catedrático de Teología, fraile dominico por mucho más señas, apareció salvajemente ejecutado a las puertas de la Catedral de Salamanca. Corría el año 1497, y el suceso conmovió a esa localidad castellana hasta el punto de que el obispo, Diego Deza, encargó a un brillante estudiante de leyes que investigara el delito. “Su única obra, “La Celestina” se encuentra dentro de las cumbres de la literatura de españa. Ha sido entre las bases en las que se basó la novela y el teatro modernos.”
Esa noche Calisto va en busca de su amada, cuando de súbito en la calle oye unos ruidos, se amedrenta y al procurar bajar por la escalera, cae y muere. Melibea agobiada por haberse entregado a Calisto, en este momento muerto, se tira desde la torre de su casa mientras su padre, Pleberio, lo presencia estupefacto sin lograr realizar nada por evitarlo. Encubierta durante cuatrocientos años, la identidad de Fernando de Rojas quedó desvelada, de forma concluyente, por los documentos que exhumó, hace un siglo, M.
Relación Con Otros Personajes Del Dbe
Poco después, Celestina efectúa un conjuro a Plutón a fin de que influya en los sentimientos de Melibea y, con exactamente el mismo fin, unta un hilado con un mejunje venenoso. Con la disculpa de vender el hilado, la vieja se dirige a la vivienda de Melibea, donde saluda a su madre, Alisa, y a su criada, Lucrecia, y, cuando consigue hablar con la chica, le manifiesta la verdadera razón de su visita, si bien, frente a la enojada reacción de Melibea, se restringe a rogarle una oración y un cordón para sanar el mal de muelas de Calisto. Así, tras múltiples peripecias secundarias, Celestina logra vencer la oposición inicial de la arrogante e hipócrita Melibea y arregla un acercamiento con Calisto, en el que ambos se confiesan su amor mediante las puertas y deciden que la noche siguiente el joven saltará las paredes del jardín. Ampliamente retribuida por Calisto, la codiciosa y egoísta vieja discute con los desleales criados del muchacho, los cuales, por haberle ayudado a esquilmar al amo, exigen su participación en las ganancias . Al ponerse en contra a tal pretensión, los mozos asesinan a la vieja, pero enseguida abonan su crimen con el ajusticiamiento. Calisto conoce estos hechos, en el momento en que se despierta por la mañana, a través de su criado Sosia, pero no le preocupan en exceso, de modo que, aquella noche, realiza una exclusiva visita a Melibea, consumando sus deseos eróticos, tras penetrar en el huerto con una escala.
Serrano y Sanz , completados entonces por otras investigaciones, en especial las de Valle Lersundi . No puede ocultarse, con todo, que bastantes defienden aún una autoría única (De Miguel Martínez, 1996). Este, a su vez, desatiende las recomendaciones de Pármeno, otro sirviente que conoce desde la niñez a la correveidile, quien, especialista en su trabajo, consigue atraerlo con promesas de dinero y sexo.
Las relaciones entre los conversos y los cristianos viejos, ya no eran tan fluidas y tan normales como antes. Calisto es un joven noble que al lado de sus dos criados, Pármeno y Sempronio, viven en una humilde casa. Un día uno de los halcones de Calisto se escapa y va a parar al huerto de una bella, joven y rica doncella, llamada Melibea. Uno de sus criados, Sempronio, intenta calmarle y consolarle diciéndole que conoce a una vieja hechicera llamada Celestina que puede ayudarle.
Se conoce por el hecho de que Fernando de Rojas incluyó este hecho en la carta que escribió al comienzo de sus trabajos. Tras un periodo de seis años se graduó con una Licenciatura en Derecho en torno a 1497 y pasó a escribir sus piezas mucho más conocidas. El primer trabajo que escribió fue Comedia de Calixto y Melibea, la cantidad de actos fue luego incrementada y el nombre fue cambiado a Tragicomedia de Calixto y Melibea. Fernando de Rojas, de cuya vida se entiende un rato poco, nació en la población de Puebla de Montalbán en el año 1475 y en el seno de una familia de judíos conversos, siendo su padre García González Ponce de Rojas y su madre Catalina de Rojas. El autor descubrió su nombre y rincón de nacimiento en un popular acróstico, al comienzo de la segunda edición del año 1500.
Fernando De Rojas Y El Antiguo «auctor»
Sin embargo, tras estudiar su testamento se comprobó que no tenía ningún ejemplar de La Celestina, uno de los libros mucho más conocidos de su tiempo. Entre 1502 y 1507 aparecieron muchas ediciones ampliadas -4 ediciones sevillanas, una toledana y otra salmanticense- con el título de “Tragicomedia de Calisto y Melibea” y también con el de “El libro de Calisto y Melibea y de la puta vieja Celestina”, en Sevilla, Toledo, Salamanca y Zaragoza. Esta, de 1507, es la mucho más antigua que se mantiene de la tragicomedia, que inserta cinco actos nuevos, entre el XIV y el XV de la comedia, fijándose el artículo en veintiún actos finalmente. Dado el gran éxito de la obra y la garra del personaje de la alcahueta, empezó a llamársela “La Celestina”, título con el que triunfó, y cuyo nombre del personaje ha pasado a designar en el léxico español, a aquellas mujeres que median en amores bien por interés o gusto. Uno de los inconvenientes de la obra referido al género literario, se presenta en el titulo de tragicomedia, la forma dialogada y la división que se piensa debe tener una función trágica. En su temporada no hubo duda de que se trataba de una obra dramática, sacado de la conclusión de que su larga extensión se debía a que era un drama.
En el momento en que el libro fue anunciado en el siglo XV se consideró como una crítica por escrito de los sirvientes de la baja nobleza, advirtiéndonos de sus trucos y mentiras. Pero según la historia va continuando, se hace visible de que es más una crítica ácida de la naturaleza humana y de las miserias que produce. Muchas personas piensa que este pesimismo y falta de esperanza proviene de la propia experiencia de Fernando de Rojas como un judío converso perseguido en España. La Celestina de Fernando de Rojas es una de las proyectos literarias mucho más importantes de España, y acostumbra comprenderse como el punto de referencia entre el fin de la literatura medieval y el comienzo del Renacimiento en España. Se suele detallar la obra como una novela, si bien de todos modos es una sucesión de conversaciones que recuerdan a una obra de teatro.
Para iniciar, el introspectivo Calisto, enamorado de Melibea, la cual lo rechaza tras una entrevista en un “conveniente rincón”, decide buscar la asistencia de Celestina, vieja maestra en artes de seducción y hechicería, siguiendo los consejos de su criado Sempronio. Acude el joven a casa de la alcahueta, donde está su amante Areúsa encamada con Crito, al que debe de ocultar atropelladamente, y sella una asociación con Celestina, a la espera de conseguir ganancias del atolondrado Calisto. Su obra más inolvidable fue construída al principio del Renacimiento literario español y se llamó La Celestina, una historia de un tema amoroso trágico que fue publicada de forma anónima. Escribió esta obra en el momento en que estaba en su veintena, poco mayor que el protagonista de la obra, Calisto, que tenía 23 años. Más allá de que la obra era anónima, se le ha atribuido a él gracias a la ruptura del código que Fernando de Rojas dejó como pista hacia la autoría en la segunda edición, publicada en 1500. La Celestina se ha descrito como una de las proyectos literarias españolas mucho más importantes, y de manera frecuente se emplea como punto de referencia entre el final de la literatura medieval y el inicio del periodo renacentista en España.
De Rojas, Fernando
A pesar de que no se sabe mucho sobre su vida, es uno de los autores más famosos de España, y su legado vive hoy en la forma de su enorme trabajo. Los individuos son la parte más atrayente de la obra, puesto que son profundos y llenos de experiencia. De Rojas los detalla como reales humanos con un profundo carácter de adentro; un estilo que está muy alejado de las clases de caracteres frecuentes en la literatura medieval. Su intención fué preservada y ha dado a los historiadores una idea de su biblioteca fantásticamente abundante.
Lo escribió en el momento en que tenía unos veinte años, apenas era mayor que el personaje principal de la historia, Calisto, que tenía 23 años. Si bien la obra fue redactada de forma anónima, desde entonces le ha sido atribuida merced a la separación del código que Fernando de Rojas dejó como una pista hacia el verdadero autor, en la segunda edición que se publicó en 1500. Hasta hoy, muchas fueron las opiniones sobre si realmente Rojas continuó este primer acto, como él mismo asegura , o por contra esa alusión formaba parte de los tópicos literarios, como sucede en muchas de las obras de ficción de la temporada, entre ellas las de caballerías. En tiempos bastante recientes se han multiplicado los estudios sobre las fuentes, refranes, sentencias, formas verbales, etcétera., utilizadas en el primer Acto y en los 15 añadidos por Rojas en la Comedia, y también en frente de los 20 Actos de la Tragicomedia, incluso comparándolos con las interpolaciones posteriores. Fernando de Rojas inició sus estudios de Humanidades y Derecho en Salamanca en 1494, donde debió mantenerse posiblemente hasta 1502. Allí estudió latín, filosofía y otras materias necesarias para obtener el título de bachiller en leyes, tras, cuando menos, cinco o seis años de estudios de derechos civil y canónico (leyes y cánones) y explicar diez lecciones públicas.
En 1525 fracasó al procurar representar a su suegro en un proceso inquisitorial, debido a su condición de converso. Edición o manuscrito de La Celestina, a pesar de que cuando murió había al menos 32 ediciones de la obra. El estilo alto, por su lado, muestra una cierta moderación, más allá de que están aún la recurrente colocación del verbo en el desenlace de la frase, consonancias, amplificaciones, latinismos léxicos y sintácticos, como la utilización frecuente del infinitivo y del presente de participio.