Dadme el profesor -decía Giner en una de sus mucho más conocidas acotaciones- y os abandono el edificio, las instalaciones, la organización, los programas…, todo lo demás. Se propugna el principio de la pedagogía activa y en íntimo contacto con la vida, el método deducible, expresión acuñada por Pestalozzi y Frobel. El principio primordial es educar a sus estudiantes, que incluye la instrucción de todas las funcionalidades y energías del cuerpo y del alma. Para esto es escencial el principio de la «reverencia máxima que al niño hay que».
Por último, a partir de 1878, el proyecto universitario fue descuidado y en la Institución se cursaron estudios de primera y segunda enseñanza. Primeramente, el término del hombre, como un ser completamente digno, hermoso, bueno en sí. En segundo lugar, y unido a ello, la necesidad de estudiar la crónica de la raza humana desde esa visión, que no deja de guardar relación con el apogeo de los estudios sociológicos y antropológicos que tanto predicamento alcanzan en la España de final de siglo, propiciados por el pensamiento positivista. En tercer lugar, la supremacía de la ciencia y de la razón como criterio supremo en las relaciones entre los hombres.
La enseñanza de la ciencia tenía que ser práctica y experimental, en 1912 la Residencia inauguró su primer laboratorio, el de Química General, dirigido en sus principios por José Sureda y después por José Ranedo. A este le prosiguieron, en 1914, el Laboratorio de Anatomía Microscópica con aplicaciones a la fisiología, a cargo de Luis Calandre, y el de Química Fisiológica, que dirigió desde 1915 Antonio Madinaveitia y que contaba además de esto con una sección dedicada al estudio del metabolismo, ligado de José María Sacristán. En 1916 se creó el Laboratorio de Fisiología, en el que Juan Negrín fue el responsable de la sección de fisiología general (fue allí donde se inició en la investigación Severo Ochoa) y Gonzalo Rodríguez Lafora de la sección de fisiología y anatomía de los centros nerviosos.
Francisco Giner De Los Ríos: Maestro De Todos
Independientemente de la Institución, Giner y Cossío inspiraron la creación de centros estatales, que contribuyeron fundamentalmente a renovar la civilización española. La Institución inauguró sus clases el 29 de octubre de 1876, en el número 9 de la calle Esparteros. Entre sus enseñanzas ofrecía múltiples de grado superior y las de segundo grado en dónde se empleaba el procedimiento deducible de Pestalozzi y de Fröebel, el discípulo de Krause y amigo de Sanz del Río, utilizado por las modernas escuelas de europa. La sepa de exámenes y libros de artículo, el estudio directo de la realidad, el respeto a la privacidad y a la autonomía del estudiante que Giner practicaba en sus clases universitarias se ven allí ampliados y desarrollados en el lote de la segunda enseñanza. La iniciativa fue concebida, primeramente, como un centro de estudios superiores –la intención era establecer estudios de Derecho y después los de Filosofía y Letras-.
Una vez en Granada, muy pronto su casa del Paseo del Salón se convertiría en vez de asamblea de las más destacadas personalidades de la vida intelectual, artística y política de la ciudad. Allí coincidirán Falla, Zuloaga, García Lorca, M. Fernández Almagro, Alejandro Otero, García Valdecasas o Mesa Moles. Estableció relaciones con una joven de buena familia de Bilbao, llamada María Machado, tía del poeta. Pero Giner, al que María sólo vio 2 o tres ocasiones, había decidido ocuparse en cuerpo y alma al ideal pedagógico. El radicalismo había fracasado, hubo bastantes intentos de mediación rechazados por el pedagogo y nadie, salvo el conjunto cada vez más pequeño de fieles, se solidarizó con él. Utilizando la legislación liberal, creó con su círculo, en 1876, una facultad privada a la que llamaron Institución Libre de Enseñanza.
Giner De Los Ríos En La Biblioteca Complutense
Por eso cuajó en España, y por eso se llamó krausistas a filosofías no totalitarias. En el primer mes del año de 1868, el ministro de Promuevo, marqués de Orovio, apartó de sus cátedras a Julián Sanz del Río, Fernando de Castro y Nicolás Salmerón, por no firmar un manifiesto que ellos piensan atentatorio contra la libertad de enseñanza. Francisco Giner de los Ríos, que acababa de tomar posesión de su cátedra de Filosofía del Derecho, no vaciló en adherirse a los catedráticos separados y correr asimismo la misma suerte que ellos. A todas las maestras y maestros republicanos que soñaron con una educación fundamentada en los especiales de igualdad, justicia y solidaridad.
En decisión correcta, es la misma España con la que alucinarían los escritores de la generación del 98. Giner, tan apegado a las fórmulas liberales en lo político, supo en cambio predecir la crisis intelectual y ética de fin de siglo. El teatro universitario «La Barraca», con más intereses artísticos que pedagógicos, brotó hacia 1932 y lo integraron jóvenes universitarios vinculados a la Residencia de Alumnos y herederos del espíritu de la Institución Libre de Enseñanza. Esta iniciativa fue apoyada por Fernando de los Ríos, Ministro de Instrucción Pública en esos años, y por la Unión Federal de Alumnos Hispanos , que fue el marco administrativo del emprendimiento. La Residencia, pronto se interesó por la ciencia, ayudando de forma destacada a las actividades de la Junta para Ampliación de Estudios para fomentar y actualizar la enseñanza científica en España.
La Biografía Del Fundador De La Institución Libre De Enseñanza
En realidad, a Giner no le interesaba bastante la enseñanza pública ni la alfabetización de la población de españa.Lo suyo era la capacitación de una minoría. La Institución Libre de Enseñanza fue establecida en 1876 por un grupo de catedráticos (entre los que estaban Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), separados de la Universidad por defender la libertad de cátedra y negarse a cambiar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política o ética. Con sus viajes académicos y sus excursiones dominicales por El Pardo y la sierra de La capital de españa, transmitió el culto a una España recién descubierta, tan pura y también inmaculada como el emprendimiento de la Institución.
Un Caso De Muestra En La Transmisión De Las Prácticas De La Capital Española
La nómina de personalidades relacionadas con la I.L.Y también, o formados de forma directa en ella sería interminable, basten los nombres de Manuel Azaña, Julián Besteiro, José Ortega y Gasset, Salvador Dalí, Antonio Machado y Miguel de Unamuno, para entender la influencia que este profesor de maestros tuvo en la historia reciente de España. Su proyecto de educador nacional abarcaba desde la etapa infantil hasta la universitaria. Tras las elecciones de junio de 1919, y representando a la Agrupación Socialista de Granada, conseguía su primer acta de diputado. Por año siguiente, era elegido como entre los vicepresidentes del segundo de los tres congresos que el PSOE festejó para discutir la cuestión del ingreso del partido en la III En todo el mundo Comunista. El 8 de diciembre de 1879 nacía en Ronda, en el nº 2 de la calle de los Antídotos, y en el seno de una acomodada familia de clase media, Fernando del Río Urruti.
Tras aquello, Giner se retiraba finalmente de la política, más allá de que no renunciaría a su radicalismo. En el proyecto participaron Joaquín Costa, Augusto González de Linares, Hermenegildo Giner, Federico Rubio y otras personalidades comprometidas en la renovación didáctica, cultural y social. «La Barraca» logró su presentación oficial pocos días antes de la Navidad de 1932, en el paraninfo de la Facultad Central con la existencia de las autoridades políticas e intelectuales. Su primera salida fue a la provincia de Soria, elegida por su tradición trágica y el abandono en que estaba en esos momentos. En tiempos en que los profesores se parecían bastante a funcionarios vitalicios y rutinarios, la institución tuvo bastante interés en subir la figura de los profesores, dignificar su figura, sacarles de la indigencia, formarles y potenciarles al límite. Los maestros son lo más esencial, y todo lo demás se evapora en la inutilidad si falta él.
Su pensamiento empezó a divulgarse en 1854, cuando él se restituyó al trabajo académico en la Universidad de La capital de españa. Sus primeros frutos fueron ya visibles en la revolución de septiembre de 1868, en la que bastante tuvo que ver, y su influencia como ideología liberal dominante llegó hasta la Restauración. Pero la voluntad de los ganadores de la guerra civil no podía terminar con las ideas, y estas se dejaron sentir a lo largo de todo el pasado siglo en los ambientes liberales. Krause era un liberal que estaba intentando cortar con el totalitarismo que podría surgir de la filosofía hegeliana. Pertenecía asimismo a la enorme escuela-alemana idealista, pero sus fórmulas eran más individualistas.
Salimos De Viaje, Si Bien Desde La Butaca Y Sostenidos Por Estos Diez Libros
Alrededor del año 1840, un grupo de juristas españoles, entre los que se encontraba Julián Sanz del Río, buscaban con mucha pasión una doctrina política que favorezca un proceso regenerador del país, dentro del pensamiento liberal, naturalmente, aunque este hace aparición entonces bajo la forma del doctrinarismo y no satisfaga las pretensiones del grupo. Otra vez por causa de la libertad de enseñanza, el ministro desterró de nuevo a los tres profesores a Lugo, Cádiz y Cáceres, respectivamente, para evitar altercados. Fue a partir de ahí, apoyados por inmensidad de profesores cuando empezó a perfilarse el propósito de hacer una institución donde los instructores pudieran ejercer su trabajo sin que se inmiscuyera la política o las ideas.