Cursó sus primeros estudios en Gijón y se trasladó a Oviedo para estudiar Filosofía. Fue colegial de San Ildefonso en Alcalá, a lo largo de un par de años, en tiempos en que el famoso colegio mayor era prácticamente una garantía de ascensión a, los más altos puestos administrativos. Jovellanos, con una primera tonsura, se inclinó inicialmente hacia la carrera eclesiástica pero, por consejo familiar, al final se decidió por la judicatura. Fue nombrado alcalde del Crimen en la Audiencia de Sevilla. Desde 1778 hasta 1790 fue nombrado como alcalde de Casa y Corte, y residió en La capital de españa.
Si alguna de esas leyes hubiese sido “atacada y destruida” por “el despotismo”, bastaría con restablecerla y, si faltase “alguna medida saludable para augurar la observancia de todas”, sería suficiente con promulgarla. Creía que habría de “ser envidiada por todos los pueblos de la tierra” fanáticos de “la justicia, del orden, el sosiego público y la verdadera independencia”. Aquella constitución difería de la francesa, cuya forma articulada querían copiar ciertos políticos. Tenía presente la revolución inglesa de 1668 y los métodos que se habían seguido entonces.
Política
Entre sus escritos en materia mercantil más relevantes de esa temporada está el Informe sobre la Ley Agraria. En el que, defiende la liberación de la tierra y aboga por una reforma profunda de la agricultura española. Así, en 1767 está en Sevilla (con solo 23 años) ocupando el cargo de Alcalde del Delito de la Audiencia y en 1774 fue nombrado Oídor .
Jovellanos salió convirtiendo de a poco en entre los individuos mucho más relevantes de la política ilustrada. También realizó actividades con relación a las letras y las artes. Asistió a la tertulia política de Campomanes y él mismo reunía en su casa a sus amigos escritores.
Comentarios Sobre Gaspar Melchor De Jovellanos
Feijoo, monje benedictino que contaba entonces ochenta y 4 años. Pasó después a realizar los estudios eclesiásticos en Ávila, en la facultad y en el seminario establecido creado en la ciudad castellana por el obispo asturiano don Romualdo Velarde y Cienfuegos. En el primer mes del verano de 1761 se graduó de bachiller en Cánones por la facultad de Osma, y en 1763 de licenciado en Cánones por la facultad de Ávila. A lo largo de estos años se formó su espíritu de humanista con la educación del latín y lectura de los tradicionales Horacio, Virgilio, Cicerón, Salustio, Plinio, entre otros. En 1767 fue a Sevilla con el cargo de alcalde del crimen (letrado que integraba ciertas salas de algunas Audiencias y Chancillerías). Probó la poesía con las epístolas “Jovino a sus amigos de Salamanca”, de tono moralizante y neoclásico, y “A sus amigos de Sevilla”, de contenido sentimental.
Su padre se afanó en ofrecer instrucción a sus hijos y para Gaspar Melchor le reservó la carrera eclesiástica. Al parecer, en la familia se incentivaba el orden, el trabajo y el estudio. Inició su formación universitaria primero en Oviedo, entonces en Ávila y terminó en Alcalá de Henares. A pesar del orden familiar, y bajo la influencia de José Cadalso y de Juan José Arias de Saavedra, se decantó por otros caminos profesionales y también ingresó en la magistratura. Uno de sus ensayos, considerado como entre los más destacados, fue el que escribió sobre la ley agraria en 1784 pero publicado en 1795, donde planteaba la supresión de los obstáculos a la libre compañía y una reforma educativa.
Gaspar Melchor De Jovellanos | Proyectos, Biografía Y Trascendencia
Pues antes que un considerable literato con obra única u original, Jovellanos fue a la par un ensayista y un estudioso que puso en práctica sus ideas en el famoso Instituto Asturiano. Siendo consciente del poder del clero y de la nobleza a la hora de intervenir en las leyes, no fue un innovador. Todo lo contrario, puesto que en diversos escritos se honesta sobre la relevancia de realizar las cosas de a poco sin alteraciones civiles o sociales que pudieran terminar en el derramamiento de sangre que supuso la Revolución Francesa. La corrigió entre 1771 y 1772, según asegura el autor en el prólogo, y pensó en editarla antes de su estreno.
En Madrid, el joven Gaspar, por influencia de Juan Arias de Saavedra, de sus primos los Casa Tremañes y de José Mon y Velarde, semeja que cambió de iniciativa y, en lugar de aspirar a la canongía, se decidió por la toga. El niño Gaspar Melchor se encontraba designado a la carrera eclesiástica. Estudió primeras letras, Gramática y Latinidad en Gijón. A los trece años, en 1757, pasó a Oviedo con objeto de cursar Filosofía en el colegio de los franciscanos de la ciudad. Para subvencionar los gastos que originaban estos estudios, consiguió un beneficio diaconil en San Bartolomé de Nava, conferido canónicamente.
La Prosa De Jovellanos
En medio de una ilustración española, Gaspar de Jovellanos edifica un alegato en pos del teatro como medio de aprendizaje de la sociedad. Jovellanos insistió, hasta el final de su historia, en la necesidad de progresar la educación. Dio ejemplo de esto organizando el Real Instituto Asturiano y colaborando en las tareas de los Amigos del País. En los años de turbulencias que le tocó vivir, tuvo ocasión de revisar el resultado de los cambios bruscos, “revolucionarios”.
Gaspar Melchor De Jovellanos (i) Ciertos Apuntes Sobre Su Biografía
A Godoy le solicitaba que lograse “alguna señal de la Real beneficencia” de que se admitían y se reconocían sus buenos servicios a lo largo de muchos años. Por fin, por Real Orden de 12 de noviembre de 1794, se le comunicó que debía quedarse en Gijón hasta el momento en que el Real Instituto estuviese terminado totalmente. En los años 1795 y 1796, se cruzaron mucho más cartas entre él y el Príncipe de la Paz.