De ahí que, en parte, se enfrascaba en el estudio y conocimiento de los enormes poetas latinos como el asimismo cordobés Lucano. Sin gran historia épica que pudiera cantar soñaba con esta gran gesta como de este modo dejó plasmado en la rueda del futuro de El Laberinto de Fortuna. Escrito, por supuesto, en castellano eso no quita a fin de que este largo poema alegórico contenga un gran número de latinismos con los que el poeta creía dignificar un idioma aún no formado y considerado rudo o vulgar. Escrito tal cual la Divina Comedia de Dante, su hilo conductor general es de carácter mitológico y también, aun, pagano adelantando el Renacimiento. Este tema vehicular le sirve para ir narrando distintos capítulos históricos. El poema comienza describiendo como el yo del poeta llega al palacio de la diosa Fortuna.
Poeta castellano, nativo de Córdoba en 1411 y fallecido en Torrelaguna en 1456. Sus versos, cargados de erudición tradicional, de manera perfecta metrificados y con un extraordinario gusto humanista, representan una de las más altas cimas de la poesía castellana medieval. Juan de Mena, como acertadamente consideró María Rosa Lida de Malkiel, fue el prototipo de humanista en ese prerrenacimiento español que se formó cerca de la corte del rey de Castilla, Juan II, tal vez el monarca Trastámara con más finos gustos literarios. Exactamente la misma poética del Claro escuro se usa en el último de los decires que se citarán separadamente, aquel que comienza Al hijo clarísimo de Hiperión, donde la copla de arte mayor alterna en esta ocasión con coplas castellanas con una redondilla de rima cruzada y otra mucho más abrazada; el tema es igualmente amoroso. En 1499 se publicó Las cincuenta o Coronación del marqués de Santillana, poema muy famoso y comunicado en su temporada, habida cuenta de los manuscritos que se han conservado de él.
Llegó, por consiguiente, a ser entre los mayores conocedores de cada uno de los recovecos de las grandes proyectos del canon tradicional que llegaban a una recién estrenada imprenta a través de los libros medievales manuscritos que aún se protegían en los monasterios. Sólo resta rememorar que la fama de Mena es la causa de que no falten poemas atribuidos sobre cuya paternidad existen inquietudes fundadas. Así, el Razonamiento con la muerte, poema en la línea del Ubi sunt?
La Lengua De El Laberinto De Fortuna De Juan De Mena
Por el número de sus versos como por su difusión posterior, las Coplas de los siete pecados fatales (tituladas por otros Coplas contra los pecados fatales o Enfrentamiento de la Razón contra la Voluntad) ocupan una plaza entre el Laberinto y La Coronación, a la que, incompleta como quedó, dobla en el número de estrofas. Esta composición inacabada forma parte a la última época de nuestro poeta, muerto en 1456, lo que enseña en buena medida su contenido moralizante. A este respecto, cabe rememorar que los escritores de siempre, llegados a la senectud, fluctúan del erotismo a la moralidad y observan ese decoro que, en el Período medieval, se transforma en un auténtico lugar común con un fundamento fisiológico inobjetable. Si bien quepa el recuerdo de un sinfín de autores, basta el testimonio de un amigo del poeta, el Marqués de Santillana, en tanto que, además de apuntar en el Prohemio e carta al Condestable don Pedro de Portugal que hay escritos adecuados a cada edad, en su última etapa artística se dedicó a componer poemas de tema religioso.
Lo único que hoy cabe afirmar es que este artículo, quien quiera que lo haya escrito, responde a un interés teorético por la materia (característico de un medio universitario) que desbordó el campo tratado y alcanzó de lleno a la literatura, como Pedro Cátedra ha recordado en fecha reciente. Según Ruiza et al. , esta obra es “considerada una de las muestras más logradas de la tendencia alegórico-dantesca que aparece en la literatura de españa del siglo XV, el Laberinto de Fortuna destaca por el empleo del arte mayor, su ritmo sonoro y el lenguaje elocuente y elaborado”. Coplas contra los siete pecados capitales o Razonamiento con la muerte fue el último poema escrito por él. La obra fue completada póstumamente, ya que Juan de Mena no pudo concluirla antes de su fallecimiento en Torrelaguna , en 1456.
Omero Romançado O Ilias Latina
El tema de este enorme poema es el papel de la Providencia en la vida humana y el destino nacional de Castilla. Protegido del condestable Álvaro de Luna; viajó a Florencia acompañando a Torquemada. Fue cronista y secretario de cartas latinas al servicio de Juan II de Castilla. Su obra primordial es “Laberinto de Fortuna”, asimismo llamada “Las trescientas”, en referencia al número aproximado de sus estrofas; entre las muestras mucho más logradas de la tendencia alegórico-dantesca que aparece en la literatura de españa del siglo XV. Luce por el empleo del arte mayor, su ritmo sonoro y el lenguaje elocuente y elaborado. En prosa dejó una adaptación de la “Ilíada”, que tituló “Homero romanceado” y glosó la “Coronación del marqués de Santillana”, obra suya en verso, en honor a su amigo Íñigo López de Mendoza.
Igualmente, desarrolló una amistad entrañable y compartió deseos literarios con personalidades como Álvaro de Luna e Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana. De allí se trasladó a Roma para completar su formación humanística. Un par de años después volvió a Castilla para servir a Juan II como secretario de necrológicas latinas. Al citado monarca, Juan de Mena dedicó su poema más famoso, Laberinto de Fortuna.
Coplas Contras Los Errores Fatales
No semeja, en todo caso, que el increíble poeta cordobés hubiera hecho mucha fortuna económica en el objetivo de sus días. La materia, en el Claro escuro como en la mayoría de estas composiciones inferiores, es amorosa; las coplas mixtas parado quebrado acogen, además, los elementos propios del resto de sus poesías cariñosas. Su mensaje ética se da bien con su constitución a modo de debate; con ese propósito, Mena abandona la compleja poética del Laberinto y apuesta por un estilo poco recargado y por la copla de arte menor. Con todo, solo se avanzó notablemente en el saber de la figura y, más que nada, de la obra de Mena gracias a la semblanza de Nicolás Antonio en su Bibliotheca Hispana Vetus . El Laberinto es un poema alegórico que se basa en el “Paraíso “ de la Divina comedia de Dante Alighieri, cuyo valor está en los capítulos históricos, vigorosamente descritos. Juan de Mena, con su obra cumbre El Laberinto de Fortuna , pertence a los mucho más enormes versistas en castellano adelantándose al Renacimiento literario.
Proemio Al Libro De Las Virtuosas E Claras Mugeres De Álvaro De Luna
Gracias a su extenso currículum, es nombrado secretario en “cartas latinas” por la parte del rey Juan II de Castilla, ya que ocupará a lo largo de toda su vida. Contrariamente a otros escritores de la literatura medieval tardía, como pudiese ser don Juan Manuel o el marqués de Santillana (con quien compartía amistad), Juan de Mena ni asió las armas ni gastó un minuto de su historia en manipulaciones o conspiraciones políticas. Todo su empeño eran los libros, las letras, el estudio, singularmente del latín y de la literatura griega o romana.
Por ende, su estilo prioriza un contenido sublime en menoscabo de una expresión más habitual y corriente. El Laberinto de Fortuna o Las trezientas, poema que se dedica al rey Juan II, es su pieza maestra. Se estima que el monarca deseó que fueran tantas como el número de días del año y Juan de Mena, para agradarle, compuso 24 mucho más, sin llegar al fin prometido por haber fallecido. En definitiva, en estas páginas, nos hemos acercado, en líneas muy en general y también imperfectas, a la poesía de un hombre lúcido que se conoce débil y, merced a eso, tiene fuerza para decirnos qué piensa, en qué cree, en qué confía y a qué apela.