Tras regresar a España, sus permanentes peticiones de ayuda económica consiguieron del ministro Floridablanca un modesto beneficio y se ordenó de primera tonsura. Después, y gracias a la protección del «preferido» Manuel Godoy, obtuvo otras rentas eclesiásticas. Todo ello sin una vinculación real con la Iglesia, y como resultado de su insistente actividad como «suplicante». La protección de Godoy, que le permitió dejar su viejo oficio, se completó con la licencia para representar El viejo y la niña -un año antes había publicado su sátira en prosa La derrota de los pedantes- y una pensión para viajar por Europa entre 1792 y 1796.
Estudió en La Granja y en Calatayud , y después terminó la carrera de Derecho en Valladolid. Leandro Fernández de Moratín fue para múltiples contemporáneos el “Molière español”; para otros, un nuevo Terencio. A su estancia en la tierra de Shakespeare se deben, por ejemplo obras, la traducción de Hamlet, obra, según él, “extraordinaria y monstruosa” y las Apuntaciones sueltas de Inglaterra. Cuando el ejército napoleónico fue derrotado, el escritor se exilió en Francia, residiendo en Burdeos y París, en donde murió el 21 de junio de 1828. El creador madrileño destacó de entrada como poeta gracia a sus laureados contenidos escritos el romance heroico “La Toma De Granada Por Los Reyes Católicos” y “Lección Poética.
Literatura
Colaboró con las tropas invasores y en 1812 escapó de Madrid, donde ocupaba el cargo de bibliotecario mayor de la Biblioteca Real. A pesar de que no se le condenara, sus temores le impulsaron a dejar España en 1817. Radicó después en Montpellier, París y Bolonia, al lado de conjuntos de españoles exiliados. La restauración de la Constitución en 1820 le permitió regresar a Barcelona, pero una epidemia le forzó a marcharse a Bayona, y desde entonces ya no volvió a España. Pese a sus problemas de salud, completó el manuscrito de Orígenes del teatro español -publicado póstumamente , y de indispensable solicitud para el conocimiento de la historia del teatro en España-, y fue recogiendo y retocando los textos para la edición parisiense de sus Obras dramáticas y líricas .
En diciembre de 1821, al crearse en La capital de españa una fugaz Academia Nacional, fue nombrado integrante de la clase de Literatura y Artes. A principios de marzo de 1822, por causas económicas y a instancias de Silvela, se trasladó a casa de este, con cuya familia vivió los pocos años de vida que le quedaban. El recuerdo de nuestra experiencia de estudiante en una facultad, cuya reforma consideraba por otro lado imprescindible la intelectualidad ilustrada, hizo desistir a Nicolás Fernández de Moratín de mandar a su hijo a la de Alcalá. Empezó a estudiar Dibujo, y se formó luego el proyecto de hacerle estudiar en Roma con el célebre pintor Antonio Rafael Mengs, pero no pudo hacerse debido en particular a la oposición de la madre. Entonces Leandro Fernández de Moratín empezó a trabajar de oficial en la Joyería del Rey a la vera de 2 de sus tíos, hasta su viaje a Francia en compañía de Francisco Cabarrús a inicios de 1787. Durante la obra, Doña Francisca expresa -incitada por las mujeres de su familia- su enorme aprecio a Don Diego, a la par que le reitera lo mismo que le dicen a ella, las grandes alegrías de tener por marido a un hombre maduro y experimentado.
Leandro Fernández De Moratín
Frutos de estos viajes son sus sugestivos cuadernos de viaje, donde sus impresiones y comentario ponen de manifiesto unas grandes dotes de observación. En 1796 es nombrado Secretario de la Interpretación de Lenguas, lo que le deja comenzar una época de prosperidad, simultánea con sus momentos de mayor creatividad teatral, que culminarán en 1806 con el estreno de El sí de las niñas. En 1799 había sido nombrado director de la Junta de Dirección y Reforma de los Teatros, constituida según las repetidas peticiones del propio Moratín y de otros autores neoclásicos. Esta ocasión de efectuar una tarea reformista coherente con lo expresado en sus memoriales, cartas y, más que nada, en La comedia nueva o el café , fracasó, y su participación fue efímera. Moratín también cultivó con acierto la poesía lírica y fue entre los más lúcidos reformadores del teatro, tarea que consideraba imprescindible para representar sus proyectos apropiadamente. Ayuda, como otros autores vinculados a la Ilustración, a hacer un teatro capaz de ser útil de vehículo de expresión y publicidad para la misma.
Comenzó a incursionar en la comedia neoclásica que caracterizó sus obras e incluso llegaron a llamarle en los círculos “el Molière del teatro español”. Escribió reconocidas proyectos para funciones dramatúrgicas como El barón, La mojigata, El viejo y la niña, y su obra más representativa, El sí de las niñas. En agosto del mismo año, solicitó sin éxito un empleo en la Real Guardajoyas en la que sirviesen su abuelo y su padre, y en 1784 una pensión, que tampoco se le concedió.
Bibliografía De Leandro Fernández De Moratín
Rita, que está alerta de todo, sirve de cómplice entre la relación segrega entre Paquita y Don Félix. El sí de las niñas es una comedia perteneciente al subgénero dramático popular como comedia de costumbres. Solía representar con determinada ironía y gracia aspectos de la vida diaria de una clase social en específico, por norma general la burguesía y sus concepciones éticas. El diálogo está construido en verso o prosa para narrar lo ocurrido y los pocos individuos que intervienen están bien caracterizados.
De Mediados Del Siglo Xviii En La Época Del Siglo Xix Resumen
Una reflexión acerca del amor entusiasmado y el verdadero; una reflexión sobre la autoridad, del papel de la mujer, de la desigualdad popular, entre otros muchos. En primavera de 1806, en el Corral de la Cruz se ensaya la comedia y fue representada en este lugar tras su publicación en 1801, hace 219 años. La obra fue un éxito total el día del estreno, cientos de personas asistían al teatro de La capital de españa para dejarse maravillar con una comedia de buenas prácticas que en cierta forma rompía con los estereotipos de la época y de la cual se charlaba bastante, en tanto que abordaba el tema de la libertad de los hijos a la elección de pareja, algo que era un tópico nuevo a considerar. Por un lado, tiene poemas líricos de enorme belleza, en los que expresa su sentimiento amoroso de manera muy parecida a la empleada por los versistas barrocos del siglo previo. Por otro lado, tiene creaciones de gran frescura y ligereza, mucho más parecidas a la lírica neoclásica de su temporada. Si deseas proseguir descubriendo las proyectos de Moratín, déjame informarte de que tienes ante ti un creador con un gran volumen de escritos, desde prosa a poesía, incluso escribió libros de viajes que pueden resultarte muy amenos y dejarte ver el mundo mediante sus ojos.
Ante semejante hallazgo, Don Diego anula el matrimonio e insta a que los jóvenes se casen, criticando a la madre por haberle vendido unas ilusiones que no eran reales, hablando de la autoridad y la obediencia hacia los padres, del amor verdadero y que lo lógico es que se case con un joven más cercano a su edad que con un hombre tan mayor como él. También trabajó en la edición de sus Obras sueltas y fue ultimando los Orígenes del teatro español, para cuya realización había juntado documentación desde años atrás y en los que se manifestaban unos entendimientos excepcionales para la época. En 1825, se han publicado en París los tres volúmenes de sus Obras dramáticas y líricas por Auguste Bobée, el que se negó, sin embargo, por miedo a la deficiente rentabilidad de otra edición, a comprar también el manuscrito de los Orígenes del teatro español. Entonces retrató al anciano Moratín su amigo Francisco Goya, a quien frecuentaba desde su llegada; y al finalizar el año padeció el escritor un ataque de apoplejía, que llegó a superar pero que le dejó algo alterado el carácter.
Relación Con Otros Personajes Del Dbe
Entretanto, había trabado amistad con los escolapios Estala y Navarrete, y, entonces, con el presbítero Juan Antonio Melón, que llegó a formarse en una pequeña tertulia literaria en la celda de Estala, a la que concurrían todos los días. Muerta la madre del poeta en 1785, pasó este a vivir en la casa de su tío paterno Nicolás Miguel y prosiguió en el obrador de joyería. Entonces, gracias a la recomendación de Jovellanos, pudo arrancar en calidad de secretario el viaje a Francia con el financiero Francisco Cabarrús, solicitado de una misión oficial en vísperas de la Revolución. El sí de las pequeñas es una obra teatral escrita por Leandro Fernández de Moratín y estrenada al público madrileño el 24 de enero del año 1806. Es una tradicional comedia española que fue de enorme relevancia para la temporada puesto que su razonamiento, elaborado en prosa, representaba algunos de los conflictos que eran usuales en aquellos años como el poder autoritario de decisión de parejas que tenían quienes representaban una familia y que se imponían sobre sus descendientes. Es más, termina desvelándose que Doña Francisca está enamorada del sobrino de Don Diego, Don Carlos, un muchacho más próximo a su edad.