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Nombre De Los 7 Enanitos Del Cuento De Blancanieves

Se recomendaba a los Disney que presentasen el film sólo como BLANCA NIEVES, descartando cualquier referencia, incluso promocional, a los enanos. Hicieron servir sus derechos, rechazaron una tras otra todas las sugerencias de los directivos de RKO y han tomado el control absoluto del estreno. El príncipe cautivador, las brujas traicioneras, las princesas cautivadoras y las reinas malvadas son las invenciones de un óptimo cuento de hadas. Pero existen algunos individuos de Disney que se quedan contigo bastante una vez que rueden los créditos del cuento.

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El signo de autenticidad de las piezas auténticos es el símbolo de la galería de California en la parte de atrás. Sabio, Gruñón, Feliz, Dormilón, Tímido, Mocoso y Mudito son de más populares por generaciones enteras como los enanos de \’Blancanieves y los siete enanitos\’. Pero todo podría haber sido muy diferente si el largometraje de Disney hubiera elegido a otros aspirantes a dar cobijo a la princesa en la casa del bosque. Al fin y al cabo, una Blancanieves latina, criaturas mágicas en lugar de enanitos e inclusive sin beso final.

Por el Estudio pasó un tropel de muchachas, entre ellas la joven actriz Deanna Durbin, de trece años por ese momento, que fue rechazada por demasiado inmadura. La joven colmó las expectativas de Disney y se convirtió de inmediato en la perfecta encarnación sonora de Blanca Nieves. Pero el personaje más precaución de todos fue el de la maligna Reina. Su descripción sería, con mucho, la más detallada de todas y cada una, y su dibujo fue uno de los mucho más meticulosos y precisos de la narración de los Estudios Disney. Walt la describió como un cruce entre Lady Macbeth y el Lobo Feroz. Fría, estática y caracterizada por súbitos arranques de ira, que sorprendieran a los espectadores, debía ser asimismo un personaje un poco melodramático, rozando a veces el ridículo.

Pequeños Leyendo Dibujos

«Blancanieves y los 7 enanitos» se fundamenta de todos modos en la cocaína y los 7 enanos eran los resultados consecutivos de la sustancia. Sabio, Gruñón, Mudito, Dormilón, Feliz, Tímido y Mocoso eran los 7 enanitos de la historia. Cada uno tenía curiosas peculiaridades que les distinguían notablemente.

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Los siete enanitos de Blancanieves no tenían nombre inicialmente. Los nombres más famosos de los enanos son los de la película de Disney de 1937. Bashful es tímido, y a veces oculta su cabeza alrededor de Blancanieves.

Un Príncipe Se Conquista De Blancanieves

Doc se considera el líder del conjunto, pero asimismo pierde el hilo de sus pensamientos. De manera constante, Dopey molesta a Grumpy y a Doc, pero nunca hace daño, y siempre y en todo momento trata de ser tonto, lo que le convierte en un alivio cómico en la película. El enano gordito es alegre y tiene un carácter jovial y acogedor, repartiendo felicidad a los enanos. Si bien Dormilón sigue siendo el mucho más espectador de los siete enanos, prosigue estando agotado y a puntito de dormirse. Como tiene una interminable fiebre del heno, Estornudo sigue estornudando, pero siempre goza divirtiéndose con el resto.

En un último visionado advirtió que la escena culminante, aquella donde el Príncipe besa a Blanca Nieves, no había quedado perfecta, pues el Príncipe semejaba dudar antes de besar a la Princesita. Walt quería rodarla de nuevo, pero eso significaba reunir otra vez a todo el equipo, que se había dispersado, dedicándose cada uno de sus integrantes a sus menesteres expertos. Por otro lado, habría que gastar una notable suma plus de dinero, y Roy Disney se negó en redondo a tal intención. Como la fecha del estreno se encontraba bastante próxima, Walt debió ceder. Pero en lo que no cedió fue en lo relativo al personaje de Blanca Nieves.

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En tal caso, regálenmelo –propuso el príncipe–, pues por el momento no podré vivir sin ver a Blancanieves. La pobrecilla, no pensando nada malo, dejó hacer a la vieja; mas solamente hubo ésta clavado el peine en el cabello, el veneno produjo su efecto y la pequeña se desplomó indiferente. “Bien puedo dejar entrar a esta pobre mujer”, pensó Blancanieves y, abriendo la puerta, compró el primoroso lacito. Lazos de todos los colores –y sacó uno trenzado de seda multicolor. Todo era diminuto en la casa, pero tan primoroso y limpio, que no hay expresiones para describirlo.

A través de su buen amigo, el productor Walter Wanger, Walt Disney conoció a Joseph Rosemberg, presidente del Bank of America, que se mostró dispuesto a invertir en el largo. El inconveniente era que Rosemberg deseaba ver lo grabado hasta el momento, y aunque la película se encontraba prácticamente terminada, Disney era reluctante a mostrársela a nadie hasta que se pulieran las imperfecciones que a su juicio tenía. Pero en el momento en que Roy le advirtió del gravísimo peligro de colapso financiero que corrían si no se producía una nueva inyección de dinero contante y sonante, Walt debió llevar a cabo de tripas corazón y mostrarle la cinta a Rosemberg. Fue popularizado merced a una película de animación de Disney efectuada en el final de la década de 1930 llamada Blancanieves y los siete enanitos. Realizada en 1937, el extenso film requirió 3 años para su producción. Y dicho esto, la Reina Maligna mordió la parte sana de la manzana que tenía en la mano, ofreciendo a Blancanieves la otra mitad, la que se encontraba envenenada.

Despidiendo A Blancanieves

El peligro que entrañaba tal compañía tuvo en vilo a Roy Disney, que procuró hacer abandonar a su hermano de tan disparatada iniciativa. Le dijo que su intención se le antojaba una locura, ya que la Enorme Depresión arrasaba Estados Unidos y no estaban las cosas como para lanzarse a una aventura similar, que tenía, a su parecer, todas las papeletas para fracasar. Los ejecutivos de semejante Estudio, previendo que la cinta sería un bombazo, procuraron hacerse con el control de su carrera comercial. Presentaron a los hermanos Disney un memorándum en el que se les afirmaba que los cuentos de hadas estaban en un mal momento de aceptación popular, y en consecuencia no eran rentables. En tal documento se abogaba también por esconder el origen de la historia, fortaleciendo el romance entre el Príncipe y la Princesita para captar un público más adulto.

Considerablemente más adelante, con la película bastante avanzada, Disney decidió eliminar un par de situaciones que, a su juicio, resultaban innecesarias y deslucían el conjunto. En la primera de ellas los enanitos se tomaban una sopa, y en la segunda le hacían la cama a Blanca Nieves. Y ahora en el momento en que la cinta se encontraba casi terminada, un inspirado Walt Disney incluyó la simpática escena del baile de Blanca Nieves y los enanitos al son del órgano, y también la posterior del sueño. La idea de esta última escena se le ocurrió al recordar algo que le había ocurrido no mucho hace un tiempo. Él y su mujer habían sido invitados a la asamblea de forma anual que festejaba el Bohemian Club en un bosquecillo próximo a San Francisco.