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Qué Significado Tiene Para El Mundo La Caída Del Fascismo

De no hallar ninguna de las dos cosas, al Duce siempre le quedaba la opción de huír a la neutral Suiza. Dirigidas por viejos combatientes de la guerra , aplicando las tácticas aprendidas a lo largo de la conflagración mundial, estos grupos fascistas llevaron el uso de la violencia política a un estadio superior, transformándola en sistemática. Esta situación alcanzó un punto álgido en el mes de septiembre de 1920, en el momento en que las ocupaciones de factorías en ciudades como Turín dieron sitio a un ámbito prerrevolucionario frente al que las fuerzas del Estado se mostraron incapaces de actuar. «En ese instante se vio al Estado desplomarse y aún pasar a manos de los enemigos de la burguesía», observaría Labriola. La verdad es que aquella insurrección terminó desactivándose sin mayores secuelas pero la obsesión revolucionaria quedaría marcada a fuego en la mente de la burguesía italiana.

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Entre noviembre de 1918 y enero de 1919 hubo una situación crítica. Por último, el gobierno SPD, tras el abandono del USPD, aplastó la insurrección obrera, encargando la dirección de las operaciones militares al socialdemócrata Noske que actuó sin miramientos, siendo secuestrados y asesinados los máximos dirigentes de la revolución, los espartaquistas, ya transformados en Partido Comunista Alemán , Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. Unos pocos meses más logró sobrevivir la República soviética de Baviera.

El 18 de abril, Mussolini se trasladó a Milán donde se había concertado una reunión con la resistencia que se debía celebrar a las tres de la tarde del 25 de abril en el palacio arzobispal. Para ello se contaba con la mediación del cardenal y arzobispo de Milán Ildefonso Schuster. En aquel instante llegó la noticia de que el general de la Waffen-SS Karl Wolff había pedido el cese de las hostilidades para ese mismo día.

Se Cumplen 75 Años De La Muerte De Adolf Hitler Y Benito Mussolini, Socios A Lo Largo De La Segunda Guerra Mundial

El proceso de secularización ha hecho decaer el factor religioso, alejado por la iniciativa nacional, el factor mucho más poderoso de la integración política interior y exterior de las democracias europeas. Pero en la etapa de internacionalización de los mercados y de crisis interna de clase, el Estado nacional no ha encontrado el acomodo necesario para continuar siendo elemento aglutinante. Su misma virtualidad unificadora depende del condicionamiento representado por la existencia efectiva de un contenido común de valores, al que nada afecten las luchas políticas. Es ahí –en esa problemática comunidad de valores presupuestos- donde debe reposar la democracia popular de masas. Los nazis añadirían todavía un factor mucho más, su teoría de la supremacía racial que los llevaría a la práctica de una política de exterminio contra judíos, gitanos y otras minorías étnicas consideradas «no puras».

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En frente se encontraría una gran división en las filas del movimiento obrero entre el SPD y el KPD, partido, este último, que también se fue construyendo vertiginosamente. La orientación sectaria de la Internacional Comunista , que acusaba al SPD de «socialfascismo» no asistía a un comprensión de cara a una posible acción en común. En julio de 1932 ya alcanzaron los 230 escaños sobre un total de 608, lo que les situaba todavía lejos de la mayoría absoluta (el SPD y el KPD sumaban, por su lado, 222 escaños). Incluso en las selecciones de noviembre de 1932 el Partido Nazi reculó a 196 escaños sobre un total de 584 (por detrás de la suma del SPD y el KPD, con 221 escaños, ver tabla anexa). La derecha agitaba contra la «traición» de Versalles, de la que responsabilizaba a la coalición de gobierno.

La misma “presencia” de Hitler frente a la opinión pública estaba singularmente vigilada, y de hecho ejerció una especie de “hechizo mágico” sobre quienes le escuchaban. “La fascinación es un fenómeno popular, y la fascinación que Hitler ejerció sobre su ambiente debe ser comprendida atendiendo a quienes le rodeaban. La sociedad se expone siempre inclinada a aceptar rápidamente a un individuo con lo que quiere ser, de forma tal que un tarado que se realice pasar por genio tiene unas algunas posibilidades de ser creído. En la sociedad moderna, con su característica falta de discernimiento, esta tendencia fué reforzada de manera que cualquiera que no sólo tenga críticas, sino la que se encuentra en un tono de convicción inconmovible, no perderá fácilmente su prestigio aunque hayan sido muchas las veces en que se haya probado que estaba equivocado. H. ARENDT, Los orígenes del totalitarismo, Vol II, Barcelona, Mundo-Agostini, 1994, p. 386.

¿En Qué Se Semejan Ambos Fascismos?

Las fuerzas económicas, la Monarquía, buena parte de los intelectuales y, de modo destacado, de la opinión pública (y no sólo la burguesía y la aristocracia) terminaron por admitir la des-construcción del sistema liberal, e incluso lograron ver al nuevo régimen como una garantía de orden en la economía y de disciplina en las conflictivas relaciones laborales. En este sentido se observó que la “racionalidad no significa que haya normas aplicables universalmente cuyas secuelas pudieran ser calculadas por aquellos a quienes afectan. Racionalidad aquí significa únicamente que todo el aparato legal y de implementación de la ley está de forma exclusiva al servicio de quienes gobiernan”. La aspiración a dejar atrás las crisis de la modernidad, en su versión racionalista y democrática, a través de la creación de un Estado nuevo y de una nueva civilización, fundamentadas en la primacía totalitaria de la política y en la subordinación del sujeto a la colectividad nacional.

Es paradigmático asimismo el modelo de Derecho penal del régimen del nazismo. Autores como Kirchheimer y Radbruch, pondrían de manifiesto, desde la tradición del socialismo democrático, la subordinación de la justicia penal a las exigencias políticas y también ideológicas del Estado, tanto en el aspecto propiamente represivo como en la defensa del racismo. En realidad, este razonamiento se anotaba en una reflexión más amplia y excepcionalmente lúcida de Gustav Radbruch, frente al curso de los hechos, sobre el problema existente entre un Derecho penal “autoritario” o “social”. Reprocha a las reformas del Derecho penal del momento histórico marcado por el intento reformador del Derecho penal nacionalsocialista que en ellas “resta sólo el elemento autoritario, mientras que desaparece totalmente el rasgo popular”.

¿qué Es El Fascismo Hoy?

Exactamente la misma el fascismo de los años 30, el FN y otros partidos populistas de extrema derecha se muestran como los salvadores a una patria y a un proyecto europeo decadente y sin elecciones a consecuencia del fracaso político de las elites tradicionales. Sus votos surgen de los sectores mucho más vulnerables, para los que las formaciones mucho más moderadas no encuentran respuestas. Este mes de abril se cumplen 75 años de la desaparición de Adolf Hitler y Benito Mussolini, representantes del nazismo alemán y del fascismo italiano respectivamente. En las elecciones de marzo de 1933, los nazis, pese al control que ejercitaban sobre los resortes del aparato estatal, lograron sólo 288 escaños de 647, con lo que proseguían sin lograr la mayoría absoluta (la izquierda retrocedió levemente hasta los 201 escaños que sumaban el SPD y el KPD). Tras ello, procedió a la disolución del SPD y el KPD y después del resto de partidos, transformándose el 14 de julio el NSDAP en partido único.

Véase K. MANNHEIM, El hombre y la sociedad en época de crisis, trad. En ello influye la iniciativa de la “movilización total”´ de las masas en la “democracia totalitaria”, como desarrollo que conjuga técnica y riesgo. A cuyo tenor, “Las oficinas de colocación a base paritaria están sometidas al control de los órganos empresariales del Estado.

– Caracterización Del Fascismo

Sin desconocer los elementos de racionalización de la ideología fascista y su dimensión utilitarista, a Arendt le preocupa realzar su dimensión irracional y «mecánica». Se advirtió que “la representación política tiende a tomar un nuevo aspecto. No se crea ahora sobre la identidad, en cuanto al contenido, entre la intención popular y la del representante, sino tiende a organizarse a partir de una seguridad brindada por el pueblo a sus representantes con relación a las resoluciones a tomar. El pueblo deposita su seguridad en sus representantes, cediendo en pos de exactamente los mismos toda libertad de decisión. Encantados por las ideas simples y los objetivos generales que les han sido propuestos, halagados en sus intereses y sentimientos, los votantes confiasen a los que ellos han designado, tomando a veces aquella seguridad un carácter mucho más menos místico, para cesar, por lo tanto, de ser racional.

El fascismo había respetado las reglas escenciales del capitalismo y las bases jurídicas escenciales del sistema (propiedad privada, régimen salarial, etcétera). Por ello, señala que “así como no tenemos ganas prescindir de la legitimidad democrática, de la misma forma tampoco queremos estar privados bajo ninguna situación de la legalidad del Estado de Derecho en una Constitución alemana. Deseamos el Estado autoritario, pero peleamos contra el Estado total”.