Su indumentaria consistía en una especie de camisón pequeño, sin mangas tanto en verano como invierno, que en principio fue de piel para ir evolucionando según avanzaban hacia el sur. Sostenido por un fuerte cinturón donde portaban tanto una piedra de algún material parecido al sílex para llevar a cabo fuego, como un cuchillo de grandes dimensiones llamado Coltell (si bien muchos llevaban espada, más que nada en el final, en la guerra de Sicilia y en Bizancio ) . Este cinturón también sostenía en la espalda, con otra sujeción muy ligera a la altura del pecho, una o dos lanzas de pequeñas dimensiones estas armas arrojadizas las lanzaban con plus-ordinaria potencia contra el caballo o contra el caballero ¡atravesando en alguna ocasión la armadura Y ¡a parte! Una lanza mayor “chuzo” vara de madera con una fuerte punta metálica llamada “Azcona” que portaban colgada al cuello en bandolera.
En 1276 Jaime I le otorgó la alcaidía del castillo de Cocentaina, con las rentas de esa ciudad y de Alcoy. En el momento en que Jaime II ofreció a su hermano una entrevista, a fin de superar las diferencias entre los dos, Roger de Lauria se mostró partidario de su celebración, al paso que el Parlamento siciliano la rechazó.
Si bien aún no encargada, la 6ª Fragata de la serie F-cien podría ser la que honrase a Roger de Lauria.La II Bandera de la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra español lleva su nombre. Aunque aún no encargada, la 6ª Fragata de la serie F-100 podría ser la que honrase a Roger de Lauria. Roger de Lauria nació en Lauria o Scalea en el sur de Italia, hijo de Ricardo de Lauria , Enorme Justiciero del Reino de Sicilia , y Donna Hermosa , una enfermera de Constanza de Sicilia .
Poco después, el tratado de Anagni entre Jaime II, el papado, Francia y los Anjou se hacía situación. El compromiso de Jaime II de devolver Sicilia a la Iglesia, y al fin y al cabo a los Anjou, causó gran impacto y también indignación en Sicilia y los sicilianos se negaron a admitir el retorno al dominio de los Anjou; exactamente el mismo Roger de Lauria se sublevó contra esa resolución en un primer instante y apoyó al infante Federico, que se proclamó rey de Sicilia en 1296 y nombró a Roger su almirante. En 1296 conquistó para él las ciudades napolitanas de Reggio, Crotone, Catanzaro y Otranto, pero próximamente, como Giovanni de Procida, comenzó a hallarse incómodo en la nueva situación. En 1868 se derriba la antigua ciudadela militar, y cuatro años más tarde se crea el parque de la Ciutadella. Como compensación, el Ministerio de la Guerra exige la construcción de los dos cuarteles militares, Jaume I y Roger de Llúria (que en 1887 ahora están terminados) y de unos pabellones militares anexos. Sus numerosos combates se contaron por victorias, tanto contra los franceses en múltiples ocasiones, tomo Malvasía (Mórea, Grecia) y la isla de los Gelbes, también se enfrentó a los árabes en distintas localidades costeras africanas, etc.
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Las tropas de choque que usó la Corona de Aragón en los abordajes eran una mezcla de caballeros y, sobre todo, los temidos almogávares. La norma más esencial en la cadena trófica es la de esgrimir el poder sin reparos, la más mínima concesión te lleva a un desarrollo de contabilidad que resta. El Mare Nostrum en aquel tiempo era un galimatías donde la piratería hacía su agosto y los mercaderes venecianos, pisanos, genoveses, etc. debían andar con tiento y poner sus barbas a remojar por el hecho de que a la mínima se quedaban con los hombros igualados. Solo había un poder en aquel mar milenario y lleno de historias que pudiera ofrecer la cara e imponerse en la mitad de aquel ‘Totum Revolutum’. Más tarde fueron trasladados sus huesos al monasterio de Santes Creus, de Tarragona, bajo el mausoleo del rey don Pedro III “El Grande”, como siempre y en todo momento había dicho que era su intención. Don Fadrique, como represalia a su mala conducta, se apoderó de sus estados y con ellos de los fondos de dinero que Roger tenía en poder de los mercaderes, cuando en el año de 1297, éste dejó el reino de Sicilia, para ponerse al servicio del rey de Aragón.
En las islas Formigues ejecutó, parece ser, a trescientos de ellos atándolos a una maroma y arrojándolos al mar, al tiempo que tras vencer en el cabo Orlando, y recordando la decapitación previo de su sobrino Juan, masacró cruelmente a otros muchos, hasta el momento en que el rey Jaime II detuvo la carnicería. Es obvio que la caballerosidad artúrica no era lo propio, pero su proceder tampoco era tan insólito en esos tiempos y niveles. Pero, al margen de estas ventajas, Roger de Lauria fue en sí un consumado líder y táctico en el mar, acompañado la mayoria de las veces de inferioridad numérica. En las seis grandes batallas que dirigió y venció como almirante aragonés dio muestras de una calculada premeditación, control de la situación y arrojo. Uno de sus ardides favoritos fue mentir a sus enemigos y fingir debilidad con retiradas de atracción.
Historia Del Edificio Roger De Llúria
Este rey aragonés es un gran olvidado en nuestra intensa y prolífica historia y, por cierto, es el único español que hace aparición en la ‘Divina Comedia’, bueno, él y su prole. Dante Aligheri lo alaba y dice de Pedro III que acumula multitud de virtudes, mientras que a Carlos de Anjou lo pone a caer de un burro. Además este magistral renacentista italiano pone a alumbrar al papa de turno, Martín IV, del que dice que murió de una indigestión de vino y anguilas en pleno ayuno de Cuaresma para más inri; y del rey de Francia afirma que murió deshonrando la flor de lis en unos escabrosos temas horizontales. En las islas Formigues aprovechó la oscuridad para acometer con resolución a la flota francesa y destrozarla con la pericia de su flota, y en la batalla del cabo Orlando rodeó por la retaguardia a la estática flota oponente. Asimismo recurrió a la guerra psicológica, y el pavor que despertaba su nombre entre sus enemigos estaba bien fundado por su aura de invencibilidad y por el trato que dispensaba a varios de los presos. Una de las claves de esas victorias estuvo en el propio instrumento naval usado, la galera.
Poco después, el ya rey Pedro III le confió una embajada en Túnez que exigía el pago de un tributo y desarrollar nuevas relaciones con el rey Abu-Ishaq. Este había recibido la asistencia anterior de Conrado Lanza, cuñado de nuestro personaje, para subir al trono. Falleció en Valencia del Cid, donde se había retirado a sus posesiones, sucediendo el óbito el 17 de enero de 1305. Al firmarse la paz, de Caltabellota en el año de 1302, entre los 2 monarcas, el rey de Sicilia no permitió en devolver a Lauria sus estados en la isla. Al fallecer el rey Alfonso III, se entronizó al nuevo, Jaime II, Roger de Lauria se puso de una parte del infante don Fadrique, proclamado rey de Sicilia, pero al poco tiempo sostuvo con él unas agrias disputas.
En 1283 Pedro Iii Nombró A Lauria Almirante De Su Flota, Y Pronto Vería Lo Acertado De Esa Decisión
En el año de 1292, en las aguas próximas a Sorrento, con una fuerza de menos de la mitad de la de sus enemigos, volvió a lograr una exclusiva victoria sobre los franceses. En el año de 1288, se volvió a encender de nuevo la guerra, con mucho más ardor si cabe, por ser puesto en libertad al príncipe de Salerno y coronado por el Papa mismo como rey de Sicilia, a despecho de don Jaime de Aragón, que allí reinaba. Ambos reyes de Aragón y Sicilia, que eran hermanos, querían conformar una sola monarquía, por lo que Roger de Lauria, prestó el pertinente juramento de lealtad recíproca, primero a don Alfonso y cuando regreso a Sicilia, lo ratificó ante don Jaime. Lauria, avistó a los franceses cerca de cabo Pallerin, pero como estos no diesen señales de querer emprender un combate, brincó a tierra siendo ahora de noche y saqueó la bien guarnecida plaza fuerte de Nicótera, pero lo efectuó con tal rapidez que al amanecer, esta ya a bordo de su nave. En éste día veintitrés de junio del año de 1284 , la victoria de Lauria se tradujo en que de las sesenta galeras del príncipe de Anjou, veintitrés fueron hundidas o quemadas, mucho más dieciséis apresadas, calculándose en unos siete u ocho mil los presos. Sin embargo en la galera Real francesa se combatía muy fuertemente, pero la argucia de Lauria no tenía fin, ordeno que algunos hombres se echasen a la mar y la barrenaran, lo que al notar que su buque se hundía y temeroso por su vida decidió rendirse.
Tras la guerra por Sicilia volvió a Cataluña con una parte de la flota, y es realmente posible que se instalara en sus tierras del reino de Valencia . Pero no tardó en verse involucrado en novedosas acciones en Sicilia y, más tarde, contra el mismísimo Imperio bizantino de Andrónico II por el impago de un tratado. En 1292 atacó Lesbos, Morea y Quíos, donde se apoderó del depósito de almáciga (una importante resina terapéutica) que pertenecía al emperador. Sus incursiones violentas por las costas contrincantes, sus artefactos incendiarios hacia las cubiertas contrarias, el uso de esquifes –embarcaciones menores auxiliares– para romper los timones, personal para barrenar o agujerear los cascos a flor de agua y hundirlos, romper con sus galeras los remos de sus contrarios o embestirlas para hacerlas zozobrar… Roger de Lauria no fue un revolucionario inventor, pero sí un maestro en el arte de la guerra naval.
Las Tropas De Choque Que Usó La Corona De Aragón En Los Abordajes Eran Una Mezcla De Caballeros Y Almogávares
En la oscuridad de la noche se produjo gran confusión, pero la astucia otra vez de Lauria brotó, ordenó a un esquife, para que pasara la orden, de que todas las galeras de Aragón, colocasen una luz en la gata, pasando, cuando ahora eran todas y cada una visibles, a dar el grito de guerra, ¡Aragón! Este utilizó una táctica ya vieja en tierra, pero ignota el la mar; simuló la escapada, con lo que los franceses, comenzaron a burlarse, además de esto les enseñaban cadenas y cabos, como señalándoles el destino que les esperaba. Regresó a la isla de Sicilia, donde al poco tiempo, tras volver como estaba de su herida, formo una pequeña división con 4 galeras, lanzándose a batir a todo enemigo que encontrase en las costas de Calabria y para que quedara perseverancia de su paso, llevo a cabo varios desembarcos, en los que taló mieses e incendió los pueblos cercanos a ésta, dejando con ello su sello de terror. Su madre doña Hermosa, fue la que lo trajo al reino de Aragón, pues era el quiere de leche, en consecuencia dama de la que sería reina doña Constanza, al venir para casarse con el rey don Pedro III el “Grande” y I del reino de Valencia, acompañó a su señora. Las discrepancias aumentaron y Lauria se retiró a sus castillos y los fortificó en 1297; salió de ellos en el momento en que Jaime II solicitó a su hermano Federico que dejase salir de la isla a la reina Constanza y a la infanta Violante, ya que esta debía casarse en Roma con el heredero de Nápoles, Roberto.