Se refería, en un comienzo, al juego de dados —hay teorías según las cuales esta raíz estaría relacionada con la indoeuropea de «hueso», en tanto que los dados se hacían con hueso—.
Una vez que el guerrero pasó del otro lado, pronunció la conocida frase “alea vanagloria est”, es decir, “la suerte está echada”. Se cree que ha podido haber una distorsión en la traducción de la oración “la fortuna está echada”. Ciertos suponen que la expresión original fue “iacta esto alea”, es decir, “que se lance el dado” o “que esté el dado lanzado”.
Alea Iacta Est Pluraletantum
Alea iacta est (“La fortuna está echada”) es una variación de una frase latina (iacta alea est [ˈjakta ˈaːlɛ.a ˈɛst]) atribuida por Suetonio a Julio César el diez de enero del 49 a.C., en el momento en que dirigía su ejército a través del río Rubicón en el norte de Italia. C., mientras conducía a su ejército a través delrío Rubicón en el norte de Italia . Con este paso, entró en Italia al frente de su ejército desafiando al Senado y empezó su larga guerra civil contra Pompeyo y los Optimates . La frase, así sea en latín original o en traducción, se usa en muchos idiomas para señalar que los eventos han pasado un punto sin retorno .
A su retorno, Julio César pensó que podría hacerse con el poder, pero no lo logró. Así que decidió ir a Rodas para estudiar y allí se convirtió en un enorme orador. De vuelta en Roma, conoció a Indisculpable y Pompeyo, dos hombres poderosos con los que se alió. Los tres se unieron para conformar un triunvirato, o sea, un gobierno de tres mandatarios, y de esta forma regentar a Roma. Para las cuestiones etimológicas tienen la posibilidad de consultarse la entrada «alea» en Perseus Digital Library y la entrada «cast» en el Oxford Advanced Learner’s Dictionary. De exactamente la misma raíz que esta palabra provienen ciertas como «eyectar» (que significa ‘despedir’) o aun «eyacular».
Se trata actualmente en que las tropas romanas al mando de Julio César cruzan el Rubicón, en el momento en que se piensa que el genio militar pronunciaría su célebre oración Alea iacta est (La suerte está echada). No se conoce con absoluta certeza el día en que se causó este episodio, pero es muy probable que fuera un 10 de enero. Suscribierse ahoraAcepto los términos, condiciones y la política de privacidad. El almacenamiento o ingreso técnico es requisito para la finalidad lícita de guardar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Tras concluir el conflicto, el imperio de roma se anexó los territorios que hoy corresponden a Bélgica, Países Bajos, Francia y una parte de Alemania. Julio César fue el primer guerrero de roma en adentrarse en lo que se conocía como Britania y Germania. A los 15 años se casó con Cornelia, hija de un patricio muy poderoso en Roma.
‘alea Iacta Est’
Alea iacta est (“La fortuna está echada”) es una variación de una frase latina (iacta alea est [ˈjakta ˈaːlɛ.a ˈɛst]) atribuida por Suetonio a Julio César el 10 de enero del año 49 a.C., cuando dirigía su ejército a través del río Rubicón en el norte de Italia. Con este paso, entró en Italia al frente de su ejército desafiando al Senado y empezó su extendida guerra civil contra Pompeyo y los optimates. La frase, así sea en el original latino o en su traducción, se utiliza en varios lenguajes para señalar que los acontecimientos han superado un punto de no retorno. Hoy en día, es más común citarla con el orden de las palabras cambiado (“Alea iacta est”) que en su formulación original. El mismo hecho inspiró otro modismo con el mismo significado, “cruzar el Rubicón”. Hoy en dia, es más común citarla con el orden de las palabras cambiado (“Alea iacta est”) que con la formulación original.
Es interesante ver como este ‘ciao/chao’ se emplea para decir un ‘hola’ o ‘adiós’ (en España sobre todo para despedirse), cuando de todos modos su origen etimológico es muy diferente. Así como lo conocemos hoy día proviene del latín medieval (en su empleo como lengua litúrgica o de enseñanza), que la recibió del dialecto véneto y este por su parte del latín vulgar, como la una gran parte de las lenguas romances. Originalmente se escribía ‘s’ciavo’ y su significado era directamente ‘ciervo’, siendo utilizado por estos a modo de saludo ante su señor para señalarle ‘servidor de usted’ o ‘a su servicio’.
Contextos
Y sí, las calles de su hermoso centro histórico recuerdan la cuadrícula del viejo campamento romano y los turistas que cada año llenan sus playas son liderados a grandes monumentos como el Arco de Augusto o el puente de Tiberio. La plaza central dedicada al líder republicano, el sitio donde se recordaban sus palabras para la historia, por el momento no es la plaza de Julio César, y su estatua fué arrinconada en un del costado. Dado lo aleatorio, esto es, lo dependiente de la fortuna que es el juego de dados, se derivó el significado secundario de ‘suerte, riesgo, algo incierto’. Llama la atención que la frase, en inglés, se emplea como the die is cast‘el dado fué arrojado’. El caso es que tal acontecimiento piensa un antes y un después en la medida en que dado que César y la Legio XIII Gemina, (de vuelta de su victoriosa incursión en la Galia), cruzaran el río que conformaba la frontera con Roma no suponía otra cosa que una declaración de guerra.
Otra de esas expresiones recibidas de manera directa de los viejos romanos es el popular ‘Veni, vidi, vici’ (Llegué, vi, vencí), pronunciada por Julio Cesar tras la guerra de Zela o el ‘Alea jacta est’ (La fortuna está echada), también de César, así como dejó escrito el historiador Suetonio. Pero este post, lejos de ser una investigación sociológico sobre la lengua, su uso y desusos, está escrito con la intención de revisar un puñado de términos y expresiones que hemos heredado directamente del latíny cómo las hemos adaptado a nuestro lenguaje informal. Aprovecharé para hablar sobre su origen etimológico, quizás para bastante gente irreconocible, y de unas cuantas curiosidades sobre las mismas. “La suerte está echada” es una expresión que se utiliza en ocasiones que comprometen un peligro o que marcan un antes y un después. La oración alude a esas circunstancias en las que se debe tomar una decisión y no hay suficientes elementos de juicio para predecir secuelas. Por eso, se señala a la fortuna como portadora de la última palabra.
Julio César, creador de la expresión “la fortuna está echada”, fue entre los individuos mucho más esenciales de la crónica de Roma. La vida de este militar y político está llena de mitos y leyendas. El primero de ellos dice que nació siendo nieto de Iulus, que, a su vez, era nieto de la diosa Venus.