Anaxágoras

anaxagoras

Anaxágoras (500 a.C.-428 a.C.) fue un filósofo del período pre-socrático de Asia Menor. Se dedicó al estudio de la astronomía y la biología buscando sintetizar y hacer lógicas las explicaciones del mundo.

Anaxágoras (500 a.C.-428 a.C.) nació en Calazomenas, en Jonás, una colonia griega en Asia Menor, en el año 500 a.C. A los veinte años se trasladó a Atenas, donde vivió en la época de Pericles, político y jefe de la ciudad-estado griega, cuando Atenas experimentó una rápida expansión económica y política que influyó profundamente en el pensamiento griego y permitió la aparición de investigaciones y teorías científicas innovadoras, donde el origen de la vida tenía las más diversas interpretaciones.

En cuanto a la estructura del universo, Anaxágoras desarrolló una teoría que difería radicalmente de otras corrientes filosóficas de la época. Para él, varias sustancias componían la totalidad del espacio existente y que cada elemento constituyente sería fundamental en sí mismo y la materia estaría constituida por la combinación de estos elementos infinitamente indivisibles. Él creía que el aire contenía semillas de todas las cosas, que fueron traídas a la tierra por la lluvia, y dio como ejemplo las plantas.

Anaxágoras dividió el conocimiento en tres etapas: experiencia y sensación, memoria y técnica. Ella definió la experiencia como el tema central del conocimiento, sin ella ningún conocimiento sería posible, porque es nuestra relación con el mundo. En consecuencia, todo lo que se experimenta a través de las sensaciones se deposita en la memoria, que es la capacidad de preservar las experiencias y conocimientos adquiridos. La acumulación de este conocimiento en la memoria generará entonces la sabiduría y esto generará las técnicas que son nuestra capacidad de hacer uso del conocimiento para transformar la naturaleza.

Anaxágoras realizó una investigación sobre astronomía y definió su teoría de que la tierra era hueca, plana y suspendida en el aire. El sol, la luna y todas las demás estrellas eran piedras incandescentes y su calor no se percibía porque estaban demasiado lejos de la tierra.

Anaxágoras resumió su filosofía en varias frases, entre ellas: «Todo está en todo», «La debilidad de nuestros sentimientos nos impide llegar a la verdad», «Todo tiene una explicación natural, la luna no es una diosa, sino un gran globo de roca y el sol no es un dios, sino un inmenso mundo en llamas», «Prefiero una gota de sabiduría a toneladas de riqueza» y «Medimos la grandeza de una idea por la resistencia que provoca».

En los últimos años del gobierno de Pericles, Atenas sufrió algunos levantamientos, ya que otras grandes ciudades no aceptaron pacíficamente la supremacía política, económica y cultural de Atenas. Anaxágoras, que mantuvo la amistad con Pericles, se vio obligado a refugiarse en Lamsaco, en Jonia, cuando murió en el año 428 a.C.

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