Durante la fiesta el general comenzó a criticar duramente a su yerno y acabó por atacarlo y herirlo en la mano y en la sien. Ciertas fuentes cuentan que Almanzor debió saltar por una ventana de la torre, salvando la vida el que sus ropas se enredaran en el alero del tejado. De todas formas, Almanzor logró huir a duras penas, reunir sus fuerzas y asaltar Medinaceli, donde Galib guardaba sus riquezas, que repartió entre sus hombres. La ruptura entre los dos personajes acortó la campaña sosprechada contra los castellanos.
En el otoño efectuó una exclusiva incursión, en esta ocasión hacia Ledesma, de poco mucho más de un mes de duración. En las peleas contra los cristianos se valió de su control de las arcas de la tesorería del reino hasta llegar a la ofensiva de San Millán de la Cogolla. Asimismo trabajó como directivo de la fábrica de moneda y tesorero del califa, tal como responsable de la intendencia del ejército del general Galib Abu Temman Al-Nasir. Su salud se deterioró a lo largo de esta última campaña y tras quemar el cenobio riojano decidió una apurada retirada hacia sus bases. seguramente murió en las cercanías de Bordecórex para ser enterrado en Medinaceli, la principal base logística andalusí y cabeza de puente de sus correrías. Se hace nombrar Visir y forma un gobierno provisional compartido con el Hadjib Al-Mushafi, y siempre y en todo momento con la aquiescencia de la madre de Hixam, la Princesa Subh.
A la desaparición de Alhakén II, Almanzor había alcanzado tanto poder en la corte como para ser elegido por el califa para asegurar la sucesión del príncipe heredero Hisham. Con solo 10 años, el nuevo califa fue una pura marioneta en manos de Almanzor , que se encargó de garantizar su situación y gobernar en su nombre. Aunque las academias de jurisprudencia islámicas rechazaban la oportunidad de que un menor alcanzase el puesto de califa –y eso que la tradición omeya andalusí había afianzado la herencia de progenitores a hijos– la guardia bereber en manos de Almanzor se ocupó de disipar cualquier voz crítica.
Datos Sobre Almanzor
Tras una larga liturgia, el pequeño Hisham se convirtió en el décimo señor de al-Andalus, con el sobrenombre de al-Muayyad bi-Llah -el que recibe el acompañamiento de Dios-. De esta manera las cosas, el nombre que más sonaba para ocurrir a al-Hakam no era exactamente el del niño Hisham, sino el de su tío, al-Mughira. Tras la victoria, las tropas de Almanzor persiguieron a los huidos en un radio de 15 km. Posteriormente, no siguieron a Burgos como se encontraba planeado, sino que se dirigieron hacia Zaragoza, pasando indudablemente por La Rioja y, a continuación, saquearon el reino de Pamplona. Las fuerzas cristianas salieron a su acercamiento y le aguardaron acampados en una sólida situación defensiva en lo alto de un peñón que controlaba el paso de numerosos caminos.
Según su poder aumentaba, sus relaciones con la madre del Califa disminuían y medraba el descontento. En el año 976 el califa Hakam II yacía gravemente enfermo y las riendas del poder las llevaba el visir Yapar al-Mushafi. La sucesión se encontraba ya decidida hacia su hijo Hisham, si bien debido a su corta edad, la sucesión era dudosa. Tras la muerte del califa, Almanzor no vaciló en asesinar a esos que no estaban a favor de su protegido y una vez conseguida su subida al trono, el nuevo califa le nombró Visir. Junto a la madre de éste compartieron el poder con el único objetivo de mantener a toda costa a Hisham en el trono.
Comentarios Sobre Almanzor
El combate abierto entre los dos bandos estalló cuando Aurora se levantó contra Almanzor y su hijo Abd al-Malik, cada vez con más influencia sobre el califa Hisam II, y trató de robar una parte del tesoro real para financiar una rebelión armada. La rápida intervención del hijo de Almanzor, quien convenció al califa para repudiar la actuación de su madre, descabezó la rebelión en el momento en que no había hecho más que comenzar. Nacido en 942 en Torrox, cerca de Algeciras, Almanzor pertenecía a una familia yemenita de rango medio pero de gran importancia a lo largo de la conquista de la primera localidad de la España visigoda , Carteya, y en la caída del reino visigodo.
El difunto califa había preparado que le sucediese su hijo Hisham, a pesar de tener tan solo unos once años, pero distintas personalidades de la corte estaban decididas a evitar que un niño se sentara en el trono de los Omeyas. Respaldada por poderosos dignatarios, Subh, madre del pequeño Hisham, logró achicar a los oponentes, logrando que su hijo fuera nombrado califa. Como era previsible, los que habían tomado partido por Hisham comenzaron a disputarse el cargo de regente del nuevo y joven señor de Al-Andalus. Entre ellos, fue resaltando un servidor de Subh, quien, en opinión de ciertos, asimismo era su apasionado. Tras cierto tiempo, este logró desordenar a sus viejos socios y ejercer en solitario el gobierno en nombre de Hisham.
Las Conspiraciones De Córdoba Y De Castilla
En este cargo, su ambición y talento no tardó en llamar la atención de otra figura nuevo en Córdoba, el magistrado Muhammad ibn al-Salim, quien ingresó al joven en la corte . Allí se transformó en gobernador del hijo y heredero del califa Alhakén II y de su favorita, la vascona Aurora, con la que estableció una relación privilegiada. (…) El instante clave de su escalada al poder fue su ascenso como gestor del príncipe heredero Hisham y de la madre de éste, Subh, que era la preferida del califa al-Hakam.
Se situó él mismo en el centro, el visir Abu Yafar ibn Ali con los bereberes en el ala derecha, y Abu-l-Ahwas Man Ibn Abd al-Aziz al-Tuybi y Hasan ibn Ahmad ibn Abd al-Wadud con las tropas de la frontera en la izquierda. Antes de la batalla pasaron dos jornadas en que las dos fuerzas hicieron alardes sin iniciar el combate. Almanzor procuró nuevos socios para su asalto al poder, casándose el 977 con la hija del poderoso general Galib, el gobernador de la marca Media y jefe del poderoso ejército califal allí estacionado.
Campaña Contra Barcelona (
Este trabajo pone al día la historia de su breve mandato, en particular el de «Sanchuelo», llamado de esta manera por ser su madre hija del rey Sancho II Garcés de Pamplona. No fue una figura interesante para los musulmanes cordobeses, que a los cuatro meses de su proclamación le derrocaron y terminaron con su historia. Lo trascendental de este final es que el poder en la Península pasó de manos del califato musulmán a los reinos cristianos del Norte. «Al-Mansur», conocido por los cristianos como Almanzor, fue el caudillo musulmán mucho más temido de su tiempo y cuyo reguero de victorias sirvió para frenar el progreso de los reinos cristianos que empezaban a emerger tras el estrepitoso derrumbe de la Monarquía Visigoda . Entre el año 978 y el 1001, el caudillo musulmán encabezó 56 campañas contra los cristianos, que tomaban a estos ejércitos como enviados del demonio, mas sabiendo que muchos profetizaban el final de todo el mundo en el año 1000.