Cecilia se quedó en una situación económica muy insuficiente y pidió la protección de los duques de Montpensier y la reina Isabel II, que le cedió como vivienda entre las casas del Patio de las Banderas del Alcázar de Sevilla. Tras la revolución de 1868 se pusieron en venta estas viviendas, de modo que una vez más debió moverse. Falleció en 1877 a los ochenta años, en compañía de la infanta Luisa Fernanda. Cecilia Böhl Faber nació en Morges, Suiza, el 24 de diciembre de 1796. Era hija del conocido hispanista Juan Nicolás Böhl, natural de Hamburgo y cónsul en Cádiz, y de Francisca Larrea, la que también escribió, con el seudónimo de «Corina». Ricardo Gullón (dir.), Diccionario de Literatura española y también sudamericana, La capital de españa, Alianza Editorial, 1993.
Destacando indagaciones ahora publicadas sobre la vida y las cartas que escribió Cecilia Böhl de Faber, autora más famosa como Fernán Caballero, se pretende aquí destacar resumidamente su figura y su obra. 26 de febrero de 1833), Irving alude a un manuscrito que le había dejado Cecilia y que contenía “gran variedad de apuntes y observaciones bien interesantes y especificaciones esbozadas con mucha facilidad e talento”, manuscrito que dice guardar “cual tesoro” . En su contestación, Böhl le comunica que Cecilia sigue ocupada en “marcar ciertos bosquejos de la sociedad de españa y sus prácticas, y […] pintar la alta sociedad de Sevilla”. Fernán Caballerofue el seudónimo utilizado por la escritora hispano-alemanaCecilia Böhl de Faber y Larreapara firmar su obra literaria. El papel de Cecilia Böhl de Faber en la narrativa hispánica es clave. Ha sido considerada como la impulsora de la renovación de la novela de españa, que a lo largo de los siglos XVIII y primera del XIX había perdido la luz que tuvo en la Edad de Oro.
En 2 Hermanas (sevilla) Vivió Su Cenit Como Mujer Y Escritora, Según Sus Biógrafos
Muy pronto conoció a quien habría de convertirse en su segundo marido, el militar y aristócrata hispalense Francisco Ruiz del Arco, marqués de Arco Precioso, con el que, después de haber contraído nupcias el día 22 de marzo de 1822, se estableció en Sevilla, donde tuvo ocasión de integrarse en los primordiales foros de discusión políticos y culturales de la capital andaluza, muy frecuentados por su nuevo marido. A raíz de su nueva viudez, Cecilia Böhl de Faber -que, hasta entonces, se había dedicado al cultivo de las letras sin ningún interés profesional, como quien se entretiene en una afición de escasa importancia- decidió tomar en lo personal las riendas de su historia. Su novela siguiente fueClemencia, donde una mujer desdichada en su matrimonio acepta esa carga con resignación;Cuadros de costumbres populares andaluces;La Farisea;Lágrimas, novela de prácticas contemporáneas; yLa familia de Alvareda, novela original de costumbres populares , redactada en alemán treinta años antes de su publicación en España. Otras proyectos suyas sonUna en otra, Silenciar en vida y perdonar en muerteyCon mal o con bien a los tuyos te ten;Un servilón y un liberalito, o tres almas de Dios ;Relaciones y el cuadro de prácticas breveDeudas pagadas. Domiciliada, pues, de nuevo en España y recién separada de lord Cuthbert -con el que no había llegado a contraer matrimonio-, en unos pocos meses, volvió a pasar por la vicaría, ahora del brazo del joven pintor Antonio Arrom de Ayala, natural de Ronda y, ya en el instante de la boda, perjudicado asimismo por la tuberculosis. Como era de aguardar, este tercer link conyugal de Cecilia Böhl de Faber fue piedra de escándalo entre la puritana sociedad andaluza que rodeaba a los recién en matrimonio, y, de forma muy señalada, en la familia del anterior esposo de la autora y, por supuesto, en su propia madre, que seguía mostrando su enojo contra esa independencia de decisión de que hacía gala su hija.
Fernán Caballero es el seudónimo bajo el que se refugia Cecilia Böhl de Faber. No es el único caso de mujer parapetada tras el pseudónimo masculino. Ahí está, por ejemplo, Catalina Albert, literariamente reconvertida en Victor Català. Considerada entre las mucho más esenciales escritoras en español del siglo XIX, se postuló incluso para ser aceptada en la RAE, si bien sin éxito. Tras la desaparición de su marido en 1863, la autora recibió el acompañamiento real gracias a sus serios problemas económicos.
Biografía De Fernán Caballero
Cecilia se casó en 1816 con el capitán de infantería Antonio Planells y Bardaxí. Fue un matrimonio impuesto por su madre, mujer autoritaria y bien difícil. La pareja marchó a Puerto Rico, donde Antonio había sido destinado. Allí conocerá a Francisco de Paula Ruiz del Arco, marqués de Arco Hermoso y oficial del Cuerpo de Guardas Españolas, de rica familia sevillana. Se casarían en Sevilla en 1822 y se trasladaron a vivir en el Puerto de Santa María.
En Alemania, Cecilia estuvo a la vera de su padre y realizó sus estudios. La madre de Cecilia, Francisca Javiera de Larrea Aherán Moloney, famosa como Doña Frasquita, hija de español e irlandesa, educada en Inglaterra y con largas estancias en Francia, era una mujer activa y letrada que reunía en su casa una esencial tertulia literaria. El 30 de marzo de 1816 se casó con el capitán de infantería don Antonio Planelles y Bardaxí y se marcharon a Puerto Rico, pero poco después quedaría viuda, con lo que regresó a Hamburgo para residir con su abuela. Regresó a Cádiz donde conoció a su segundo marido, Francisco Ruiz del Arco, marqués de Arco Precioso, con el que contrajo matrimonio el 26 de marzo de 1822.
Con su fuerza de intención y la convicción de sus ideas, ella supo salir adelante. Pero debió interrumpir su relación al año siguiente para regresar precipitadamente a España, lugar desde el que le habían llegado noticias de la agonía de don Juan Nicolás Böhl de Faber, que murió a fines de aquel año de 1836. Fernán Caballero era el pseudónimo empleado por la escritora española Cecilia Böhl de Faber y Larrea. En la que su protagonista, una joven viuda, se conquista intensamente del joven aristócrata sir George Percy, “cuyas selectas formas, cuyo talento, ilustración, entender y felicidad” seducen a la personaje principal, que, no obstante, termina apartándose de él al constatar con profunda decepción que el joven, “desganado de todo” y “seco de corazón”, interpreta esta relación como una fácil aventura.
Böhl Faber, Cecilia (fernán Caballero)
Cecilia se queda en Hamburgo con su padre educándose en un instituto católico estricto y no va a España hasta 1813. La coyuntura económica familiar era ruinosa por la quiebra de los negocios de su padre. En la segunda década del siglo XIX la familia se había vuelto a reunir, al terminado, en Cádiz, aunque en este momento don Juan Nicolás no representaba ahora los intereses comerciales de la compañía Böhl, que se había visto obligada a cerrar por quiebra. Logró entonces el cabeza de familia un nuevo empleo como encargado de la empresa alemana Duff Gordon y Cía, con el que a duras penas logró ir sacando adelante a los suyos durante una temporada, pues con este inopinado cambio de su situación laboral había perdido gran parte del poder adquisitivo de que había disfrutado hasta entonces. Embarcados, entonces, los recién en matrimonio rumbo a Puerto Rico (donde el capitán se encontraba designado), solamente estuvieron unidos por espacio de un año, ya que en tan breve espacio de tiempo Antonio Planells perdió la vida y Cecilia Böhl de Faber debió acogerse al amparo del capitán general de la isla, hasta el momento en que ha podido reunir fondos para regresar al hogar que proseguía ocupando su familia en Cádiz. Narradora española de origen helvético, nacida en Morges el 27 de diciembre de 1796, y fallecida en Sevilla el 7 de abril de 1877.
Dos años después se casó con Antonio Arrom de Ayala, enfermo de tisis y al que la autora costeó un viaje a Manila a fin de que se recobrase. Terminó por ocupar en Australia el Consulado de España, pero no logró salir adelante ni física ni a nivel económico y terminó por suicidarse en 1863. La escritora de origen suizo pasó sus primeros años en Alemania hasta el momento en que regresó con su familia en 1813.
Juan De Tassis Y Peralta
Situación novelesca que coincide con el espectacular infortunio de Cecilia frente a la actitud análoga de Cuthbert, lo que mueve a la escritora a separarse “inapelablemente” de él. Finalmente, en el relato de ficción, Clemencia halla un hombre simple y desprendido con el que termina casándose. Desenlace similar al ocurrido en la historia real de Cecilia, que, desde España, comunica en su última carta a Cuthbert la novedad de su futuro matrimonio con un hombre “cuyo corazón puro y sublime como el cielo me amó como yo misma había amado”. Cabe subrayar, a propósito de dicho artículo, que Francisca tenía unas dotes literarias nada desdeñables, como lo prueban sus diarios de viajes y su redacción de tipos y cuadros de costumbres. Este ambiente intelectual y literario de los padres favorece el temprano interés de Cecilia por la lectura y la escritura, la predilección por los temas costumbristas y, también, su inclinación posterior hacia la ideología conservadora.
Con posterioridad, Cecilia se instalaría definitivamente en Sevilla con el recuerdo de sus amigos de 2 Hermanas, quienes acudirían a visitarla. La localidad de Dos Hermanas es el origen de las obras de ámbito popular y andaluz de la autora y de su contacto y diálogos con la multitud del pueblo. Por rememorar algún rasgo personal mucho más característico, alguno de los visitantes que tuvo nos cuenta a la autora como una sempiterna fumadora de puros, gran apasionado de los dulces; también como una persona vitalista, pero también un punto excéntrica, considerada con los códigos sociales de la temporada lo que se dió en llamar una señora rara, además viviendo cercada de flores, de gatos y de pájaros. Esta escritora fue siempre y en todo momento leal a sus convicciones, dedicó su historia a difundir sus ideas, que el día de hoy se podrían estimar ecologistas y defendió a la mujer en sus aspiraciones de avance y liberación de ataduras que aun, también el día de hoy, asimismo se podrían estimar de género.
Por este carácter realista, de haberse publicado la novela al terminar su redacción, hubiera sido contemporánea de las primeras novelas de Balzac, con lo que Fernán se hubiera convertido en “una gran figura de la incipiente novela europea” (J. Fernández Montesinos). Su amor por la literatura vino a través de su padre que, curiosamente, entonces la desanimaría en el momento en que deseó ocuparse a las letras. A dios gracias, contó con el apoyo de su madre para difundir sus obras. De su producción literaria habría que poner énfasis títulos comoLa hija del Sol,ClemenciaoLa familia de Alvareda. Es autora de una larga obra literaria, escrita con el seudónimo de Fernán Caballero, pero su consagración llegó con la publicación de La Gaviota, año 1849, con la que comienza un período narrativo que abrirá el paso a la enorme novela de españa de la segunda mitad del siglo XIX. Por sus publicaciones, Juan Nicolás había sido aceptado como pertinente de la Real Academia Española en 1820.