De modo que, pocos son los datos biográficos de la infancia de Bartolomé, que seguramente estuvo marcada por la familiaridad con las tierras americanas, por el hecho de que en Sevilla estaban los centros regionales de resolución política y de infraestructura portuaria de navegación hacia Ultramar. Fue testigo en su ciudad natal del regreso triunfal de Cristóbal Colón y su séquito de su primer viaje en 1493, el cual debió impresionarle por los loros y siete indígenas que transportaban para su acercamiento con los Reyes Católicos en Barcelona. Del mismo modo, debieron persuadirle las novedades de su padre sobre las tierras recién halladas, que decidió enrolarse en el segundo viaje a las Indias, el 25 de septiembre de 1493, adjuntado con su hermano Francisco de Peñalosa, quien marchó en calidad de capitán. Las Casas influyó en estas leyes, pero no las aprobó, ya que, pese a los adelantos indudables, mantenían la confía, si bien con algunas condiciones.
Hijo del mercader Pedro de las Casas, natural de Cuota, y de Isabel Sosa, que regentaba una panadería que heredó, se dedicaron a la venta del pan. Tuvieron 4 hijos, siendo Bartolomé el primogénito, seguido de sus hermanas Isabel de Sosa, Catalina de las Viviendas y Marina de las Viviendas. Ciertas fuentes de la época lo hacen descender de un estirpe noble. Por ejemplo, Pedro Mexía, suponía que el linaje de los Casaus o Casas sevillanos, tenía su origen en el caballero francés Guillen de Casaus, señor de Limoges, que había participado en la reconquista de tierras sevillanas y había recibido gratificaciones de los monarcas. Sin embargo, semeja que tal vinculación no existió, pues Bartolomé en ningún instante hace referencia de semejante parentesco. Obra indigenista (Brevísima, Pedazo de carta, Disputa Las Viviendas-Sepúlveda, Tratado sobre la materia de los indios que se han hecho esclavos, Razones por las que prueba no deberse dar los indios a los españoles en confía, Principios para proteger la justicia de los indios), ed.
Biografía De Bartolomé De Las Viviendas
Biografía de Fray Bartolomé De Las Casas Bartolomé de las Viviendas fueun fraile dominico español, cronista, teólogo, obispo de Chiapas, pensador, jurista y apologista de los indígenas. Le fue otorgado el título de “Protector de los indios” por el cardenal Cisneros. Su padre,Pedro de las Casas,era un mercader proveniente de una familia francesa de apellido Casaus que emigró a Sevilla.
Se desprende de sus recursos y hace voto de pobreza extrema. En Cumaná, de hoy Venezuela, funda una colonia donde pone en práctica sus principios para adoctrinar a la población local. Creía firmemente en los medios pacíficos como única manera de llevar el evangelio a los indios. Todo su empeño se centró en la educación (según su cosmovisión europea), la predicación y en un vano intento por ingresar la agricultura en esta una parte de planeta. Adelantado a su tiempo, fracasó en su empeño de forma clamorosa. Creía en la bondad de los indios como modelo de “buen salvaje” sin diferenciar entre las tribus mucho más pacíficas y las guerreras hasta la crueldad, que de todo había.
– Tema De La Obra De Fray Bartolomé De Las Casas
Pero por las repercusiones directas y también indirectas que parece que tuvo, por las siguientes reacciones de la Corte, incluida la del Rey, y por las alusiones deotros presentes,parecequelo queha trasmitido LasCasases lo que sucedió. En ello hay coincidencia por parte de los historiadores. De vuelta a La Española, a fines de 1507, pronto entró en contacto con los dominicos de la isla, liderados por fray Pedro de Córdoba, y entre los que se encontraba fray Antón de Montesinos. El domingo de Adviento del 21 de diciembre de 1511, los integrantes de la Orden de Reverendos en La Española redactaron un sermón condenatorio fundamentado en el Evangelio de San Juan. Para esto, Montesinos fue el encargado de llevar a cabo lectura desde el púlpito de la principal iglesia de Santurrón Domingo.
Desengañado por no poder llevar a cabo su gran emprendimiento utópico, entra a formar parte de los progenitores dominicos. A continuación, es nombrado obispo de Chiapas administrando la diócesis de forma ejemplar. Su aventura de america acaba en 1547 cuando decide regresar a España donde muere en 1566, en La capital española, a una edad bastante avanzada para la temporada. A finales de 1559, Las Casas y Ladrada abandonaron el Colegio de San Gregorio, para moverse a Toledo con la corte de Felipe II. El año de 1560, transcurrió para ambos en el convento dominico de San Pedro Mártir, y en la primavera de 1561, se desplazaron con la corte a La capital española. Finalmente, se establecieron en el convento dominico de Nuestra Señora de Atocha, donde Las Viviendas pasó el resto de su historia, dedicándose a redactar algunos memoriales para el Consejo de Indias. El 18 de julio de 1566, fallecía el dominico, año en el que la conquista del continente americano iba finalizando, o al menos se se encontraba estableciendo los límites de la extensión del imperio español en América, que se sostendría hasta finales del XVII.
Las Casas pasó a Cuba en 1513 como capellán y asesor de Pánfilo de Narváez, que había emprendido al lado de Diego Velázquez la conquista y población de la isla. Las Viviendas se separó de él muy pronto, disgustado por el suplicio de los indígenas Hatuey y la matanza de Caonao. En un sermón predicado el día de la Asunción de María, el 15 de agosto de 1514, Las Viviendas denunció la iniquidad de todos estos métodos y renunció a cuanto había logrado. En 1515, de regreso a La Española y alentado por fray Pedro de Córdoba, resuelve volver a España para exponer en la corte la situación de los indígenas. La proposición que defendería en la península y la que siempre mantendría era la de que España y las Indias conformaban una unidad indivisible y que el deber y razón de la colonización de españa en el Nuevo Mundo era la de llevar la luz del Evangelio; España era un instrumento de la Providencia para efectuar esta misión. En el mes de diciembre de 1515 Las Viviendas se entrevista en Plasencia con Fernando el Católico, que muy enfermo lo lo remitió a los responsables de los asuntos indianos, Rodríguez de Fonseca y Lope Conchillos, que no le conceden mayor atención.
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Sus extensos escritos, el más popular es Brevísima relación de la destrucción de las Indias y de Historia de las Indias, la crónicade las primeras décadas de la colonización de las Indias Occidentales y se centran sobre todo en las atrocidades cometidas por los colonizadores contra los pueblos indígenas. Alllegar comouno delos primeroscolonoseuropeosen las Américas,participó en, y al final fue obligado a oponerse a las atrocidades cometidas contra los originarios americanos por los colonizadores españoles. En 1515, reformó sus puntos de vista, renunció a sus esclavos y los indios de confía, y abogó, ante el rey Carlos V, emperador del Sacro Imperio De roma, en nombre de los derechos de los indígenas. Bartolomé de las Casas pasó 50 años de su historia combatiendo activamente la esclavitud y el abusocolonial violento delos pueblos indígenas, singularmente al tratar de seducir a la corte de españa a adoptar una política más humana. Y si bien él no pudo socorrer a los pueblos indígenas de las Indias occidentales, sus sacrificios resultaronen una sucesión de actualizaciones en la situación jurídicade los indígenas, y en un mayor enfoquesobrela ética del colonialismo.
Le movía un ideal de extensión evangélica, junto a la sed de aventuras, afán de riquezas y experiencias novedosas propias de un espíritu alterado. Desde su llegada a La Española (el día de hoy República Dominicana y Haití) el 15 de abril de 1502, actuó como un colono mucho más, ya que fue minero y encomendero y participó en la opresión de las insurjas de los indígenas de las regiones de Jaraguá y del Higüey. Tuvo asimismo una hacienda en las orillas del río Janique y se dedicó a explotar la tierra empleando para sus trabajos a los indígenas.
En esa capitulación se declaró la independencia personal de los indígenas. Las Casas partió de Sevilla en diciembre de 1520, pasando a Puerto Rico en enero de 1521 y luego a Beato Domingo. Allí tuvo conocimiento de los hechos acontecidos en Cumaná, en el oriente venezolano, donde los indígenas habían destruido 2 misiones y habían dado muerte a religiosos y españoles en venganza por una expedición esclavista efectuada en el mes de septiembre del año previo. Su intento de colonización pacífica fracasará, tanto por la poca receptividad de los indígenas como por las incursiones esclavistas hechas en su sepa, que provocaron el ataque y destrucción de la misión en enero de 1522. Las Casas, muy abatido, decidió entrar en la orden de los reverendos en el mes de diciembre de 1522, acogiéndose al convento de la ciudad más importante de La Española, donde profesó por año siguiente. Durante tres años continuó en silencio dedicado al estudio de la teología y al perfeccionamiento de sus conocimientos jurídicos.
La obra de Fray Bartolome de las Casas, pese a ser contradictoria, le puso a todos estos reinos en bandeja un razonamiento para acusar a los españoles de los mucho más aberrantes crímenes contra la humanidad. Al fin y al cabo, las acusaciones salían de dentro dando carta de naturaleza a todas y cada una de las exageraciones que el ardiente espiritual vertió sobre sus compatriotas. Muy breve relación de la destrucción de Las Indias publicada en 1552 y dedicada al, por entonces, príncipe Felipe, para enseñarle las injusticias que se estaba cometiendo con la población local. Las tensiones entre Las Viviendas y los jerónimos no se hicieron aguardar, gracias a que los segundos se ganaron el favor de los encomenderos de La Española, pues autorizaron que ciertas embarcaciones partieran hacia las costas de Tierra Estable y capturaran originarios para ser vendidos más tarde. De este modo, a lo largo de la primera mitad de 1517, los jerónimos y Las Casas se cruzaron acusaciones mutuas en su correspondencia con el cardenal Cisneros, quien, en el mes de julio del mismo año, exigió a Bartolomé regresara inmediatamente a la Península. No obstante, Las Viviendas nunca volvió a entrevistarse con el cardenal, ya que murió en el mes de septiembre de 1517, provocando una situación de interinidad en los temas de Indias, cuyas decisiones políticas muy pronto quedaron a cargo de Carlos I y su séquito de consejeros procedentes de Flandes.
(Véase Cristóbal Colón, Descubrimiento de América -en voz Descubrimiento- y Viajes colombinos). La obra fue traducida y publicada en todos y cada uno de los idiomas probables rápidamente convirtiéndose en la prueba irrefutable de la maldad de españa en los territorios americanos. Cualquier acto que se hiciera en territorios colonizados iba a ser explicado gracias a una crueldad racial innata si pararse a contrastar apunte alguno. La obra de Fray Bartolomé de las Viviendas, por tanto, sirvió para iniciar una auténtica campaña de marketing y de desprestigio que dura hasta este día. Es una denuncia en toda regla, exagerada según ciertos críticos, contra los colonos españoles. Fray Bartolomé de las Casas los acusa de destruir pueblos enteros, liquidar ciudades y de exterminio casi.