Nací el 9 de enero de 1984 en un pueblo pequeño de Francisco Morazán , donde una piedra en un río podía ser una montaña y donde solo otro niño podía verla. Mis compañeros adultos nunca disculparon que yo todavía viera una montaña en una piedra; fue en ese instante que decidí redactar. Pero no me resulta interesante la escritura superflua ni melosa, me interesa la literatura que rete a la demás gente y donde cualquiera se sienta bienvenido, donde el cordero y el león logren leer juntos. Mi lema es «cometerás fallos al comienzo, por segundo corregirás esos errores y por tercero veremos si prosigue tu interés en esta profesión». También diseñé el premio al industrial del año.
Es un exitación deleitarse en el cambio de alegato. Aunque en relación a Yago no sé si estoy del todo de acuerdo contigo… Primero la voz de los celos se cuela en palacio como amigo y también introduce el germen de la sospecha y pausadamente empieza a crecer la semilla de la locura haciéndote dudar de lo que ves, y cegando el juicio. Sobre el ámbito, dos elementos, una torre de tablero de ajedrez y un telón traslúcido, en paralelo y junto al foro.
Nau Ivanow, Barcelona
Iago representa aquello peor en lo que uno puede llegar a convertirse en el momento en que es fruto de los celos, que no es otra cosa que en un agente contagioso de su enfermedad. Otelo es víctima de los celos pero no su agente, no por lo menos en el sentido de Iago. Los celos de Otelo empiezan y terminan con él y con su objeto de amor . No obstante, parte de la fuerza y fascinación de Iago, de su poder transformador y catártico, radica en su “humanidad”.
Merced a su ayuda el intrépido moro logró escalar situaciones en la sociedad veneciana, en las relaciones políticas y en el reconocimiento militar. Se trata indudablemente de un personaje que compone la sorpresa en la obra. ¿Por qué razón debería dudar de su mayor hombre de seguridad? Los compañeros leales son aquellos que nos sostienen en los peores instantes y uno tiende a confiar en ellos ciegamente.
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Todos y cada uno de los mucho más viles deseos del ser humanos se juntan en un solo personaje. Contamos en Yago al personaje ideal de los villanos. Tanta es la dificultad del personaje que aun en la adaptación al cine de los años 90 del siglo XX se le propuso al actor Kenneth Branagh, popular por su vanidad, interpretar al personaje de Yago y este aceptó con entusiasmo. Entre los individuos mucho más impresionantes e memorables de la literatura universal es indudablemente Yago. Un personaje paradigmático que sintetiza uno de nuestras peores peculiaridades como seres humanos. Uno se pregunta por qué ciertos individuos son reconocidos como la fiel representación de nuestros vicios.
Su personaje es tan transformador e influyente en positivo que es equiparable a la máxima cristina de “quien se encuentre libre de culpa que tire la primera piedra”. De ahí que realice ese discurso del que charlamos. Si su público considera que el mal viene de fuera yerra en su función. Si piensa que no puede convertirse en Otelo o lo que es peor en Iago, asimismo. Si no cree en la humanidad de Iago, juzgándolo como un ser inhumano, difícilmente habrá aprendido algo.
Dani Martín Sube A Su \’hija Segrega\’ Al ámbito Y Protagonizan El Momentazo De Su Gira: “le Da Vergüenza”
La personalidad de Yago deja a cualquier actor representar el papel con una amplia gama de matices. Primero se trabaja la lealtad del Alférez, hombre de confianza de Otelo, con precisión y contudencia, entonces se muestra de a poco la turbulenta avaricia del pérfido Yago. Un hombre temible disfrazado de verdadero amigo. Para bastantes críticos Yago es un personaje realmente luciferino.
Si somos todos virtuosos no deberíamos poder admitir a una persona viciosa. La verdad es que todos en algún lugar de nuestro corazón poseemos algo de ese personaje malvado. Si bien nos avergüence reconocerlo reconocemos en esos personajes nuestras pequeñas debilidades. Quizás ellos sean déspotas y nosotros solo unos rigurosos jefes en nuestros trabajos, pero la relación existe.
Quizás todos y cada uno de los individuos de este magnífico drama sufren de algún vicio o defecto humano. El héroe de la historia es un hombre receloso que termina cometiendo homicidio por su falta de método en el momento de analizar las cosas. Los hombres poderosos de la obra se concretan como seres distantes y también inaccesibles.
Pablo Valentín es Abel El pinzas, era de los más destacados amigos de Omar, le dolió bastante traicionarlo. En este momento es el hombre de confianza de Lucio en sus negocios turbios. Aparte de su contenido me ha encantado el ritmo y tono que le confieres.