El anciano Octavio le concedió cada vez mayor responsabilidad. Según todos los indicios, le consideraba insolente y exageradamente guardado, pero apreciaba su inteligencia y su talento militar. Pero el azar volvió a colocarle en primera línea política.
Según Dión Casio , «empezó a gastar en caballos, luchadores y en otras cosas semejantes sin freno, y vació en poquísimo tiempo el dinero atesorado, que era bastante», esto es, cerca de tres mil millones de sestercios. A riberas del lago Albano estaba la localidad Alba Longa, establecida por Ascanio, el hijo del héroe troyano Eneas.
Augusto no era un hombre que perdonara fácilmente la rebeldía. Su crisis marital, la pérdida de su segundo hijo y la muerte de su hermano Druso, con quien mantenía una aceptable relación, debieron tener algo que ver. Más tarde, Tiberio argumentó que deseaba ceder el importancia a Cayo y Lucio, nietos y también hijos adoptivos de Octavio, destinados a sucederle en el trono. Octavio, ya proclamado emperador, le obligó a divorciarse de su primera esposa –con la que tenía un hijo, Druso el Menor– para casarlo con su hija Julia, que terminaba de enviudar.
Diríase que a Livia Orestila la violó en su ceremonia de esponsales y se casó con ella para repudiarla tras unos días. No desvelaré identidades, pero un historiador especializado en la Antigua Roma me dijo cuando los autores tradicionales eran una especide de cronistas del corazón. Tipos con sus filias y sus fobias; sus intereses y sus odios. Apúntate a los newsletter que mucho más te interesen y recibe gratis los más destacados reportajes, fotografías, y novedades cada semana en tu correo electrónico.
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Y de ese pasado, nada resulta mucho más enigmático que los 2 siglos y medio de monarquía que antecedieron a la instauración de la República Romana. Solía recogerse en una capilla de su palacio para leer las Sagradas Escrituras y orar, pero al mismo tiempo se abandonaba a errores capitales como la soberbia. Se interesó en ellas mucho más de lo frecuente en un emperador de la temporada y quizá practicó alguna.
Tiberio no tenía lazos de sangre directos con Octavio ni se formó para heredar un cargo tan importante. El azar le colocó en esa situación siendo ahora un hombre de mediana edad. No obstante, la política marcó su vida personal desde la infancia. A los pocos meses de haber accedido al trono, en el otoño del año 37 d.C., Calígula sufrió lo que probablemente fue una crisis nerviosa o una encefalitis (una inflamación del cerebro causada por algún género de infección). Suetonio menciona que durante su niñez ahora había registrado arduos problemas médicos, con un ataque de epilepsia periódicos que en la edad avanzada se convirtieron en desvanecimientos.
Pero una tormenta apagó la pira y unos canes comenzaron a morder sus restos. Imperdonable que esté Julio César que no fue emperador y que falte el primero de todos. El que Nerva haya reinado poco no importa tanto si sus reformas fueron recordadas y si impactaron en los años venideros. Y julio César no fue emperador con la desaparición de el es que Roma pasa de república a ser ya el imperio que conocemos. Sin duda, durante siglos los emperadores ostentaron un inmenso poder y cada uno ha dejado su huella en la historia. La creación de la ciudad del Bósforo y la asimilación del cristianismo con el Edicto de Milán fueron las principales disposiciones del emperador.
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La madre de Tiberio recibió el título de Augusta y fue adoptada póstumamente por su marido, complicada maniobra que la convertía en miembro de la familia Julia. Tiberio siempre aseguró que el propio Augusto lo había preparado de esta manera antes de morir, y posiblemente fuera cierto, porque el Divino planificó hasta el último aspecto de su funeral. Pero asimismo pudo tratarse de una precaución del nuevo emperador.
El derecho de beso en la vieja RomaEn la vieja Roma, las mujeres consideradas respetables debían dejarse besar no solo por su marido, sino por sus parientes masculinos mucho más cercanos. Esta práctica, llamada Ius osculi servía para revisar que no hubieran bebido vino. A Tarquinio Prisco le sucedió su yerno Servio Tulio, asimismo de origen etrusco.
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Marco Antonio, el romano que no pudo reinarMilitar brillante y intrépido, durante años fue el aliado mucho más leal de Julio César, y tras el homicidio de su guía parecía destinado a convertirse en el nuevo hombre fuerte de Roma. Pero sus fallos de gobierno, su desprecio hacia el futuro Augusto y su pasión por el lujo y por Cleopatra acabarían acarreándole la ruina. El segundo rey de la lista clásico fue Numa Pompilio, yerno de Tito Tacio y el primero de los reyes sabinos de Roma. En los primeros siglos de su historia Roma fue una monarquía, que según la tradición constó de siete reyes. No obstante, gracias a la falta de documentos de aquella temporada, muchos expertos piensan que se trata de figuras legendarias o semilegendarias. Si bien no fue un dirigente especialmente maligno –para los estándares de la temporada–, Diocleciano siempre y en todo momento va a seŕ recordado por la terrible persecución a la que sometió́ a los cristianos durante los últimos años de su reinado.
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Asimismo instituyó los primeros sacerdotes, los augures, y la división política y militar en tribus y curias, que representaban a los ciudadanos. Tras su muerte fue divinizado como Quirino, entre los dioses mucho más viejos de Roma. No opinaban lo mismo los cristianos, quienes contemplaron, aterrorizados, de qué forma se multiplicaba el número de mártires a lo largo de su reinado.
Sin embargo, asesinó a Marco Agripa Póstumo para entrar al poder. Este producto se publicó en el número 441 de la revista Historia y Vida. Constantino y Licinio chocaron entre sí solamente desembarazarse del último tetrarca que seguía dando guerra, Maximino Daya. Eliminado este, los 2 campeones se repartieron el planeta. Para eludir roces, colocaron al frente de las provincias lindantes de los dos hemisferios a un césar, Basiano.