Semejanza De Escultura

Es positivo que en la Bienal aparezcan tendencias expresionistas, ya que de semejante suerte cabe contrastarlas con las representativas de otros fervores. No cabe duda de que la crueldad y la deformación pueden ser útil para hacer llegar y, al tiempo, generar emociones de cierto género. El propósito de los expresionistas, de manera especial de los alemanes, tendía a suscitar una repercusión, no únicamente de carácter estético, en el espectador, usando símbolos y fórmulas de varia significación. Santi Surós es expresionista por la utilización intensa y dramática del dolor, y de él quisiese haber encontrado un número de cuadros suficiente para dar idea completa de sus destrezas.

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Nuestros artistas -y hablo de quienes meritan este nombre, no de los simuladores- están menos apartados de lo que la leyenda afirma. Su vivienda en España no les impide sostener en forma su curiosidad y seguir con atención las experiencias de ultrapuertos para contrastarlas, si merecen la pena, con las propias. Dejo aparte algunos puntos de mimetismo, ya que en este momento no voy a discutir el problema, cansado manido, de las influencias en la creación artística. El Espai 13 de la Fundación Joan Miró presenta la segunda distribución del período comisariado por David Armengol. Gabriel Pericàs es uno de los artistas jóvenes que más expectativas ha levantado en los últimos tiempos.

Esta es su primera exposición individual esencial en una institución. Muestra una sucesión de piezas -un vídeo muy ralentizado en el que a una mujer le cae el tirante del vestido dejando el pecho a la vista o una fotografía que amplía el fotograma del primer pubis mostrado en el cine español- bajo el título común The Nipple Slip Speech. Obviamente, el título hace referencia a esa caída del tirante de un vestido; desde ahí, y como ya es habitual en su trabajo, Pericàs hilvana un relato en el que se fija en aspectos aparentemente marginales pero cargados de sentido. De esta manera es con la capacidad de viajar desde el pubis de la Cantudo hasta distintas cuñas para sujetar puertas, de las que ofrece una gran colección de fotografías en forma de archivo. La exposición es, finalmente, un viaje y un índice por un relato que el artista lleva a cabo en una performance/conferencia, a la que también tiene relación el título de la exposición.

No; abandonemos la geografía y busquemos ángulos de referencia mucho más aclaradores y seguros. Decimos que 2 figuras son semejantes cuando teniendo distinto tamaño preservan su forma. Esta relación es incesante y también igual para todos los elementos que conforman dichas figuras.

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La primera aplicación de las des es la semejanza, en tanto que esta es una proporcionalidad establecida entre los lados de 2 figuras de ángulos iguales. Son semejantes dos figuras geométricas cuyos lados son proporcionales y los ángulos comprendidos entre éstos iguales. En las formas geométricas 2 formas semejantes son aquellas que tienen sus lados proporcionales y sus ángulos correspondientes iguales. Con ocasión de la Bienal se demostró la vitalidad de la plástica española, magnífica en sus realidades y prometedora en sus esperanzas. Pese a las sensibles ausencias registradas, hay aquí proyectos de gran clase, pintura de calidad en bastantes casos, y increíble en ciertos, como el de Benjamín Palencia, a quien con justicia se le ha discernido el enorme premio de pintura.

Su España tiene aspecto fantasmal, notoriamente desacorde con las impresiones transmitidas por Benjamín Palencia, para quien la tierra castellana tiene una fuerza y una vida manifiesta en la vibración de colores fuertes -amarillos intensos, rojos penetrantes- y en lo fulgurante del toque. Sunyer recuerda a Vázquez Díaz; no en su pintura, pero en sus contradicciones. A las lonas que muestra en la Bienal -muy inferiores a las de otro tiempo- les falta vitalidad.

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No es posible reseñar todas y cada una de las corrientes, todas y cada una de las tendencias que se dan de alta en la exposición. Tal imposibilidad es confortadora, ya que viene producida por la persistencia de indomeñables individualismos y por la voluntad, vigente en los mejores, de no ceder a patrones de confección. El artista busca su lenguaje y debe encontrarlo por sus propios medios, arriesgándose a errar, a fin de que, en el momento en que el acierto surja, pueda con verdad reputarlo de el. No le está tolerado evadirse de su tiempo, y de ahí que, sin menoscabo de su singularidad, la obra mostrará huellas de las concepciones dominantes en la temporada. Carece de sentido la intención de resistir a las incitaciones del presente cercan al artista y le oprimen con tanto ardor que, siquiera por verse obligado a luchar contra ellas, a defenderse de ellas -en los casos de hostilidad y resistencia-, acaba por ceder, hasta cierto grado, a sus insistentes solicitaciones. Tres exposiciones muy distintas y en tres lugares muy diferentes coinciden estos días en Barcelona.

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El arte no figurativo está escasamente representado en la Bienal. Si la clasificación se procura con determinado rigor, va a ser exacto excluir del grupo a pintores como Mampaso y García Vilella. Ni es viable confundir a los cultivadores de una pintura traspasada de reflejos oníricos, como la de Cuixart, Tàpies, Ponç y Tharrats, con el arte de formas irrepresentativas preconizado por Kandinsky y sus acólitos. Esos cuatro pintores -todos ellos menores de treinta años- están en la línea de un surrealismo renovado, sin muchos arrastres turbios, menos barroco y confuso, pero, por fin, distante de la no figuración. Yo he creído ver en un cuadro de Ponç la figura del diablo según la encontramos representada desde el siglo XV, y precisamente en entre las tablas (que proceden de la compilación Weisberger) colgadas en el Museo del Prado. No creo que se trate de imitación, no inconsciente; pero la semejanza es clara.

Escultura De Joan Banassar Cerdà

Tienen, es verdad, perfección artesana; mas pueden ser clasificadas en esa región neutra de las proyectos compuestas por inercia, con más oficio que vigor. Frecuenta reprocharse a la crítica un desapoderado afán de encasillar obras y artistas, violentando para lograrlo las diferencias entre unos y otros y mitigando deliberadamente lo que cada cual tiene de más característico. Con frecuencia oímos protestas contra tales desafueros, que, en el momento en que suceden, han de ser ásperamente censurados. Prescindiré de las sumarias clasificaciones localistas por reputarlas inexpresivas y no sólo inadecuadas, sino más bien radicalmente confusionarias. ¿Pues qué «Escuela de Madrid», por servirnos de un ejemplo, sería la que incluyese a artistas de tan vario afán como Lara y Caballero, Mampaso y Zabaleta?

Son, hasta en el título, un ataque a la solemnidad filistea, a la pedantería engolada, y concentran en poco espacio un planeta lleno de lirismo e incluso de ternura. Pintura representativa, pero -y o sea lo definitivo- representativa de las conmuevas y, por consiguiente, significante de estados de ánimo. Ironía y inocencia conciertan su dificultad, pues la primera diríase nacida en instintivo movimiento de protección y autodefensa; contribuyen a matizar la experiencia estética, a ofrecerle particularidad y significación.

Quisiese demorarme en el comentario valorativo; pero en esta coyuntura debo dedicarme preferentemente a la tarea de exponer, grosso modo y sin demasiada insistencia, las relaciones estéticas que brotan en la Bienal. Junto a esta pintura imaginativa, de matiz surrealista, las creaciones de Mampaso, alusivas a una realidad transfigurada, resultan menos figurativas, quizá pues los contactos con los elementos se establecen en un plano profundo y con formas sencillas. Ramís -en quien hallo reminiscencias de Juan Miró-, Millares y Planasdurá están situados en lo no figurativo, con pasión y resolución. Los ideogramas de Millares, como las composiciones de Planasdurá, tienen gran brío expresivo, originado en la decisión de crear el cuadro como un orbe sin conexión con la verdad, ordenando los elementos de aquél según con sus respectivos temperamentos. ¡Cuánta distancia entre la dinámica pictografía de Millares y la severa arquitectura de Planasdurá! Sus cuadros dicen cuán hondas y vibrantes son las sugestiones líricas implícitas en esta pintura.